Hace tres años, cuando la crisis apenas parecía el vaticinio de los más agoreros, los bancos y las cajas casi no aparecían en el capital social de las inmobiliarias cotizadas españolas. Eran los llamados ‘señores del ladrillo’ los que acumulaban la mayor parte del capital de estas compañías. Hoy, la historia da un giro y estos ‘feudos familiares’ de Sanahujas y Portillos han pasado, prácticamente, a manos de la banca.
De 2007 a 2010, casi se ha duplicado el número de inmobiliarias en las que las entidades financieras cuentan con participaciones significativas. De las 19 que cotizan en bolsa -10 de ellas en el mercado continuo- ya están en el accionariado de nueve, cuando antes sólo figuraban en cuatro (ver cuadro).
A golpe de ejecuciones de garantías hipotecarias, bancos y cajas se han visto obligados a incrementar su presencia en el capital de estas empresas. Metrovacesa es un buen ejemplo de ello. Las entidades financieras copan ya el 71% de su accionariado, cuando en 2007 era la familia Sanahuja la que controlaba la inmobiliaria.
Y es que ya ninguno de los ‘colosos del ladrillo’ se mantiene al pie del cañón de unas compañías –las cotizadas en el mercado continuo- que una vez valieron más de 40.000 millones de euros en bolsa (en enero de 2007) y que hoy en día suman 6.817 millones de euros.
Este ‘ajuste’ en su precio de mercado es uno de los principales motivos que frena a la banca a deshacerse de sus participaciones. Los expertos consultados por Expansión.com creen que, aunque el fuerte incremento del sector financiero en el accionariado de las inmobiliarias “no se va a seguir dando”, la banca, de momento, no las venderá “hasta que no haya una cierta recuperación del sector”.
Nuria Álvarez, analista de banca de Renta 4 lo tiene claro. A pesar de que cada entidad financiera tiene necesidades diferentes, no considera que vayan a deshacerse de sus participaciones “hasta que puedan vender a precios adecuados”.
Banco Popular, por ejemplo, que cuenta con una participación del 10,920% en Metrovacesa (una de las inmobiliarias más afectadas por la caída del ladrillo) no debería vender hasta que el valor de mercado y la tasación que ha hecho se acerquen. El banco dirigido por Ángel Ron ha valorado Metrovacesa en 32 euros cuando su acción ronda –a 14 de abril de 2010- los 11,89 euros.
Antes de dar este paso, la banca prefiere soltar lastre de su stock inmobiliario. Además, los expertos consultados afirman que los bancos del Ibex “no tienen necesidad de liquidez” en estos momentos, por lo que no resultaría rentable deshacerse de su posición en el accionariado de algunas inmobiliarias. Otra situación distinta es la que está pasando las cajas de ahorros.
Aunque su posición en estas compañías es menor, su necesidad de liquidez en un momento de reordenación del sector podría obligar a alguna a vender su participación. Además, sus fuentes de financiación son escasas.
Un imperio de papel
La burbuja pinchó y los Martín, los Portillo y los Bañuelos se vieron obligados a renunciar a sus imperios y la banca a elevar su participación en unas compañías que valían menos de lo que parecía.
Una de las primeras en caer fue Astroc. Enrique Bañuelos vio engordar a una inmobiliaria que pasó del anonimato a valer alrededor de 7.000 millones de euros, para, en los primeros meses de 2007 caer y convertir a su presidente en uno de los más perjudicados por la crisis del ladrillo. Tras varias fusiones y una nueva imagen, Astroc se convirtió en Afirma. Bañuelos dejó la presidencia y la compañía. En la actualidad, del accionariado de la inmobiliaria cuenta con la presencia de Caja de ahorros de Galicia con un 4,084%.
Otra que se cayó como si fuera de plomo fue Martinsa Fadesa. Fernando Martín, antiguo presidente de esta compañía, se embarcó en la compra de Fadesa en septiembre de 2006 por 4.000 millones de euros, para anunciar la mayor suspensión de pagos de la historia española tan sólo dos años después. Su accionariado, sin embargo, se ha modificado muy poco. En 2007 Bancaja contaba con un 6% y hoy en día esta entidad mantiene, prácticamente, la misma cifra.
¿Y los Sanahuja? La familia que mantuvo una lucha encarnizada con Joaquín Rivero por el control de Metrovacesa perdió posteriormente dicho control en favor de sus bancos acreedores y ahora luchan también en un "back to basics". Hace tres años, los Sanahuja controlaban el 70,51% de la inmobiliaria. Hoy, este porcentaje se reparte entre Banco Popular, que cuenta con un 10,920% del accionariado, el mismo que tiene Banco Sabadell; BBVA, que acumula el 11,433%, Santander que tiene el 23,634% y las dos mayores cajas españolas con un 9,125% de Caja Madrid y el 5,186% de La Caixa.
A las entidades no les quedó, por tanto, más remedio que cambiar la deuda que tenían contraída estas compañías por acciones y ahora no pueden permitirse movimientos a la baja. “Los bancos han aprendido la lección”, dicen desde Renta 4. “No va a volver a ocurrir un boom inmobiliario como hemos visto”, aseguran. En cualquier caso, la banca seguro no será tan laxa como en esos días de billetes y ladrillos.
Fuente: http://www.expansion.com/
De 2007 a 2010, casi se ha duplicado el número de inmobiliarias en las que las entidades financieras cuentan con participaciones significativas. De las 19 que cotizan en bolsa -10 de ellas en el mercado continuo- ya están en el accionariado de nueve, cuando antes sólo figuraban en cuatro (ver cuadro).
A golpe de ejecuciones de garantías hipotecarias, bancos y cajas se han visto obligados a incrementar su presencia en el capital de estas empresas. Metrovacesa es un buen ejemplo de ello. Las entidades financieras copan ya el 71% de su accionariado, cuando en 2007 era la familia Sanahuja la que controlaba la inmobiliaria.
Y es que ya ninguno de los ‘colosos del ladrillo’ se mantiene al pie del cañón de unas compañías –las cotizadas en el mercado continuo- que una vez valieron más de 40.000 millones de euros en bolsa (en enero de 2007) y que hoy en día suman 6.817 millones de euros.
Este ‘ajuste’ en su precio de mercado es uno de los principales motivos que frena a la banca a deshacerse de sus participaciones. Los expertos consultados por Expansión.com creen que, aunque el fuerte incremento del sector financiero en el accionariado de las inmobiliarias “no se va a seguir dando”, la banca, de momento, no las venderá “hasta que no haya una cierta recuperación del sector”.
Nuria Álvarez, analista de banca de Renta 4 lo tiene claro. A pesar de que cada entidad financiera tiene necesidades diferentes, no considera que vayan a deshacerse de sus participaciones “hasta que puedan vender a precios adecuados”.
Banco Popular, por ejemplo, que cuenta con una participación del 10,920% en Metrovacesa (una de las inmobiliarias más afectadas por la caída del ladrillo) no debería vender hasta que el valor de mercado y la tasación que ha hecho se acerquen. El banco dirigido por Ángel Ron ha valorado Metrovacesa en 32 euros cuando su acción ronda –a 14 de abril de 2010- los 11,89 euros.
Antes de dar este paso, la banca prefiere soltar lastre de su stock inmobiliario. Además, los expertos consultados afirman que los bancos del Ibex “no tienen necesidad de liquidez” en estos momentos, por lo que no resultaría rentable deshacerse de su posición en el accionariado de algunas inmobiliarias. Otra situación distinta es la que está pasando las cajas de ahorros.
Aunque su posición en estas compañías es menor, su necesidad de liquidez en un momento de reordenación del sector podría obligar a alguna a vender su participación. Además, sus fuentes de financiación son escasas.
Un imperio de papel
La burbuja pinchó y los Martín, los Portillo y los Bañuelos se vieron obligados a renunciar a sus imperios y la banca a elevar su participación en unas compañías que valían menos de lo que parecía.
Una de las primeras en caer fue Astroc. Enrique Bañuelos vio engordar a una inmobiliaria que pasó del anonimato a valer alrededor de 7.000 millones de euros, para, en los primeros meses de 2007 caer y convertir a su presidente en uno de los más perjudicados por la crisis del ladrillo. Tras varias fusiones y una nueva imagen, Astroc se convirtió en Afirma. Bañuelos dejó la presidencia y la compañía. En la actualidad, del accionariado de la inmobiliaria cuenta con la presencia de Caja de ahorros de Galicia con un 4,084%.
Otra que se cayó como si fuera de plomo fue Martinsa Fadesa. Fernando Martín, antiguo presidente de esta compañía, se embarcó en la compra de Fadesa en septiembre de 2006 por 4.000 millones de euros, para anunciar la mayor suspensión de pagos de la historia española tan sólo dos años después. Su accionariado, sin embargo, se ha modificado muy poco. En 2007 Bancaja contaba con un 6% y hoy en día esta entidad mantiene, prácticamente, la misma cifra.
¿Y los Sanahuja? La familia que mantuvo una lucha encarnizada con Joaquín Rivero por el control de Metrovacesa perdió posteriormente dicho control en favor de sus bancos acreedores y ahora luchan también en un "back to basics". Hace tres años, los Sanahuja controlaban el 70,51% de la inmobiliaria. Hoy, este porcentaje se reparte entre Banco Popular, que cuenta con un 10,920% del accionariado, el mismo que tiene Banco Sabadell; BBVA, que acumula el 11,433%, Santander que tiene el 23,634% y las dos mayores cajas españolas con un 9,125% de Caja Madrid y el 5,186% de La Caixa.
A las entidades no les quedó, por tanto, más remedio que cambiar la deuda que tenían contraída estas compañías por acciones y ahora no pueden permitirse movimientos a la baja. “Los bancos han aprendido la lección”, dicen desde Renta 4. “No va a volver a ocurrir un boom inmobiliario como hemos visto”, aseguran. En cualquier caso, la banca seguro no será tan laxa como en esos días de billetes y ladrillos.
Fuente: http://www.expansion.com/