Año nuevo, piso nuevo. Muchos de los 50 primeros adjudicatarios de las viviendas que se han construido en las parcelas de la Fábrica de Tabacos visitaban ayer por primera vez sus pisos. «Ayer (por el día 31) vimos a uno con el colchón y el somier; no sabemos si ya dormiría aquí», apuntaba una familia que acompañaba a la hija a ver su nuevo piso. «Hay que amueblarlo, porque solo tienen algo en la cocina», indicaban.
Entre los días 29, 30 y 31 los primeros 50 adjudicatarios de las nuevas viviendas firmaron las escrituras de las mismas y recibieron las llaves. «Ahora tenemos un plazo de quince días para indicar si vemos alguna deficiencia», explicaba uno de los nuevos dueños, tras mostrar a otra persona su piso.
«No pensaba que estuvieran tan bien acabados, porque siempre tienes miedo de que dejen las cosas mal, pero la verdad es que están bien», explicaba una pareja a punto de ser padres. Ella apuntaba que posiblemente tuviera lugar el parto antes de trasladarse a la nueva casa.
Ingrid Mosquera sostenía que no dudaba de que los pisos estuvieran bien acabados, mientras enseñaba el suyo, sobre todo la cocina. Destacaba que le gustaba el amplio patio interior del edificio si bien recordaba que en Eirís hubo algún problema con el mismo: «Parece que les entraba el agua hasta la puerta y estas no son puertas exteriores; pero a mi este patio me gusta mucho; además me tocó un trastero arriba».
Los familiares de otra de las nuevas vecinas del inmueble situado frente a la Fábrica de Tabacos también indicaban que los pisos estaban bien «salvo alguna ocurrencia, pero eso pasa siempre». Luego subían a la terraza, situada por encima de las siete plantas, ocupaba en gran parte por los paneles solares y desde la que se descubre, entre otras cosas, el deficiente estado de la Fábrica de Tabacos o se ven el resto de las viviendas, hasta 178, que están prácticamente acabadas pero aún no han sido escrituradas. «Esto fue una lotería de las buenas», decía una feliz nueva inquilina avanzando que desde hoy tienen que dar de alta servicios como el agua, el gas o la luz, que ahora es de obra.
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