En una vivienda de lujo todo es diferente. Sus dimensiones, sus prestaciones, su mobiliario, su decoración y, también, sus riesgos. Por eso, diferentes compañías de seguros especializadas ofrecen unas pólizas únicamente para hogares exclusivos. Una de ellas es Hiscox, con una división completa pensada para este tipo de casas. Eva Peribáñez, responsable técnico de arte y clientes privados de esta aseguradora, cuenta cómo funcionan: “El asegurado de estas pólizas no tiene que tener un perfil social o adquisitivo concreto. No nos fijamos en eso. El único requisito es que se asegure un mínimo de 150.000 euros en contenido”, explica.
Así, sumando el valor de los muebles, electrodomésticos, ropa, enseres personales y objetos de decoración que el cliente desea asegurar, la cantidad debe ascender al menos a esa cifra, aunque como reconoce la experta, puede llegar a los dos o tres millones de euros. La media, ilustra, estará en torno a los 600.000. “Lo único que no entra en este lote son las obras de arte y las joyas. Por supuesto, pueden asegurarse, pero se cuentan aparte, porque si no la póliza se puede desequilibrar”. Una vez que todo esto está claro, es cuando los profesionales de la aseguradora se ponen manos a la obra.
“Solemos trabajar con corredores de seguros, ya que un mediador especializado en cada uno de los segmentos puede dar un servicio mucho mejor”. Además, prosigue Peribáñez, hay que tener en cuenta que este tipo de usuarios suele contar con expertos de confianza que les asesoran y ayudan en otros aspectos, y de los que no quieren prescindir. “La información suele llegarnos a través de ellos”. Con estos datos la aseguradora realiza una propuesta, y si el cliente acepta es cuando tiene lugar la visita de los expertos de Hiscox. “Simplemente para verificar todo, con el objetivo de evitar posibles disgustos posteriores”.
Y es que, tal y como cuenta Peribáñez, entre este tipo de clientes a veces también hay situaciones un tanto extrañas, como viviendas que tienen bienes en su interior que alcanzan varios cientos de miles de euros pero que no cuentan con las medidas de seguridad adecuadas. O clientes que deciden colocar una obra de arte en un lugar arriesgado para su integridad y conservación, como un cuarto de baño. “Por eso, al visitar un hogar, muchas veces proponemos diferentes mejoras de seguridad y protección”.
Otra de las casas con la que trabaja la compañía.
La visita al domicilio, muchas veces, también es necesaria para ver de primera mano algunos bienes que no suelen encontrarse en la mayoría de casas, como animales disecados, vinos que casi valen más que la propia vivienda, instrumentos musicales únicos o colchones de varias decenas de miles de euros. Eva Peribáñez recuerda a un cliente que tenía instalada una plataforma en uno de sus salones con acceso directo al garaje. “En ella, ponía a uno de sus coches para poder subirlo a la sala y tenerlo expuesto por ejemplo durante una visita”. Esta relación previa con el asegurado también es importante, reconoce la experta, para que la empresa conozca a su cliente. “Tenemos que asegurarnos que es de fiar, que no hace cosas raras ni está envuelto en nada extraño”.
Otras diferencias
Este tipo de pólizas cuentan también con otras novedades respecto a las convencionales. La mayoría, por ejemplo, establece todos los riesgos que cubren, “y si ocurre algo que no está en la lista, no se responde. Nosotros lo hacemos al revés. Aseguramos todo salvo aquello de lo que hemos avisado previamente”. También, dado que este tipo de clientes suelen contar con más de una casa, permiten incluir varias viviendas dentro de la misma póliza, siempre y cuando el domicilio fiscal se encuentre, en este caso, en España. El contenido, además, tiene una cobertura internacional. “Esto quiere decir que, por ejemplo, una joya, no tiene por qué estar dentro de la vivienda para que esté cubierta. Puede llevarse de viaje sin que deje de estar protegida”, indica Peribáñez.