Sareb da la puntilla a la familia Sanahuja y le ejecuta bienes por una deuda de 13 millones


Los problemas económicos acorralan a una de las sagas inmobiliarias que más titulares dieron en los años de la burbuja inmobiliaria. Hablamos de la familia Sanahuja, otrora principal accionista de Metrovacesa —el patriarca, Román Sanahuja, fue el presidente de la inmobiliaria—, con deudas con Hacienda de 44 millones de euros, según la polémica y última lista de morosos que publica el ministro Cristóbal Montoro.

La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) ha instado la subasta judicial de varios terrenos propiedad de la familia para intentar recuperar los cerca de 13 millones de euros que adeudan al banco malo.



La subasta judicial de los activos, tal y como recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE), ha sido instada por el Juzgado de Primera Instancia Número 32 de Madrid y se dirige contra las sociedades Parque Residencial Vicálvaro y Sanahuja Escofet Inmobiliaria, ambas propiedad de Román Sanahuja Pons, ​su mujer Ana María Escofet Brado y sus dos hijos Juan Manuel y Javier Sanahuja Escofet. La primera de ellas, además, tiene una reclamación de Hacienda de tres millones de euros, mientras que la segunda, en concurso desde 2013, debe algo más de 16 millones al erario público.

Precisamente este último fue objeto de una ejecución hipotecaria —lo que popularmente se conoce como desahucio— hace varios meses, cuando el Juzgado número 36 de Primera Instancia de Barcelona instó la subasta del chalé donde vivía uno de los hijos varones del dueño de Sacresa y artífice del famoso asalto a Metrovacesa que finalmente le llevó a la quiebra. La cantidad reclamada entonces ascendía a casi 2,7 millones de euros, si bien, sobre esta propiedad, existía también un embargo administrativo a favor de la Hacienda pública que superaba los 33,7 millones de euros. De hecho, tal y como constaba en el Registro de la Propiedad, en junio de 2016, la deuda de Sacresa Terrenos Promoción con la Agencia Tributaria superaba los 14,6 millones.

La vivienda se encontraba en una de las zonas más exclusivas y lujosas de Barcelona. En el barrio de Sarriá, a poco más de 500 metros del famoso palacete de Pedralbes en el que vivieron los duques de Palma, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, y que recientemente ha sido adquirido por un magnate árabe.

Esta no fue la primera de las propiedades que ha perdido el clan catalán, en serios apuros económicos desde hace varios años, especialmente desde 2014, cuando la Fiscalía pidió cuatro años de cárcel para varios miembros de la familia por un presunto delito contra la Hacienda pública por defraudar 15,5 millones euros en 2007.

Unos meses antes perdían la propiedad del palacete de Saldaña, situado en el número 32 de la madrileña calle de Ortega y Gasset. Una joya que Román Sanahuja adquirió aprovechando que el juez instructor del caso Malaya, Miguel Ángel Torres, autorizó la venta del edificio, propiedad por aquel entonces de Juan Antonio Roca, uno de los múltiples imputados en el caso. Pagó 15,5 millones de euros y fue subastado por 11,2.

Los bienes que ahora salen a subasta son seis solares —uno en Getafe y cinco en Vicálvaro—. El de Getafe es el más atractivo, puesto que sale a la venta con un valor de subasta de 12,7 millones de euros. Los de Vicálvaro salen a subasta por entre 2,5 y 5,7 millones.

El imperio de los Sanahuja llega poco a poco a su fin.

 
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