El precio de viviendas y locales se duplica según la acera donde estén ubicados



Trabajar o vivir en la calle Serrano de Madrid, la Diagonal de Barcelona o la Gran Vía de Bilbao es todo un lujo. Pero lo es en mayor o menor medida según la acera donde se encuentre el negocio o la vivienda. Así lo pone de manifiesto un reciente estudio elaborado por Tecnitasa, una de las cinco empresas de valoración más importantes del país, que ha comparado los alquileres de pisos y locales comerciales de algunas de las más emblemáticas calles de las grandes urbes.

Gracias al trabajo desempeñado por sus agentes de campo se ha podido constatar cómo por ejemplo en Madrid, en la calle Serrano, en el tramo comprendido entre Ortega y Gasset y la Puerta de Alcalá los alquileres de los locales comerciales varían de los 10.000 euros de media al mes de la acera de los números impares, a los 20.000 que alcanzan algunos establecimientos de la acera de los pares. De esta forma, cruzar la calle cuesta la friolera de un 100% más.

Lo mismo ocurre en Bilbao, en la Gran Vía de Diego López de Haro, donde la renta que se cobra por los locales oscila desde los 10.000 euros de la acera de los pares a los 15.000 de los impares, un 50% más. Los expertos de Tecnitasa aseguran que tanto en un caso como en otro la razón que explica esta disparidad de precios es la mayor densidad del tráfico peatonal en una acera que en otra, lo que provoca que el rendimiento económico de los negocios sea muy superior según sea su localización. Estas dos ciudades, Madrid y Bilbao son dos de las localidades donde se concentran las mayores disparidades de precios.

El informe ha analizado también cómo varían los precios de los pisos en avenidas emblemáticas como la Diagonal de Barcelona. En concreto, en el tramo Diagonal Mar el precio del metro cuadrado de una vivienda ubicada en la cera de los impares se sitúa de media en los 3.500 euros, mientras en la acera de enfrente se dispara hasta los 7.500 euros por metro cuadrado, un 114,2% más. El motivo no es otro que la apertura de la calle al mar, que ha propiciado que proliferen numerosas promociones inmobiliarias y terciarias, lo que ha cambiado radicalmente la fisonomía del lugar donde convive el barrio social de los años 70 (en la acera de los impares) con los nuevos edificios más vanguardistas y de alto standing de la acera de los pares.

En términos relativos, el contraste más elevado se localiza en Vigo. En la calle Urzaiz en el tramo comprendido entre Colón y Gran Vía los precios de los alquileres de los locales comerciales oscilan hasta un 300% al pasar de los 3.000 euros mensuales en la acera de los impares a los 9.000 de los pares por tratarse de la prolongación de la calle más exclusiva y zona de paso al Corte Inglés.

En Murcia, se produce un caso muy parecido, en concreto en la calle Antoñete Gálvez, situada en un barrio con grandes expectativas de regeneración urbana, cuyo desarrollo diferenciado provoca actualmente precios de las viviendas de 400 a 500 euros por metro cuadrado entre los números pares, frente a cifras que se triplican, llegando a alcanzar los 1.500 euros por metro cuadrado en la acera de los impares.

En Extremadura, concretamente en Badajoz, se da también una situación singular en la Avenida Santa Marina entre los números 36 a 56 al ser edificios construidos en la década de los 50 y muchos de ellos sin rehabilitar y sin ascensor, por lo que el precio de esas casas oscila en torno a los 900 euros por metro cuadrado. Sin embargo, al cruzar la calle la tónica general es de edificios construidos en los años 80, con mayores superficies y mejores calidades que hacen que los pisos sean hasta un 112% más caros con una media de 1.900 euros por metro cuadrado.

La misma circunstancia se produce en Andalucía. En distintas capitales como Sevilla, en las calles Antiloquia-Villas de Cuba los pisos llegan a duplicar sus precios, más del 110%, de los 1.000 euros por metro cuadrado de la acera de los pares a los 2.100 de los impares. Lo mismo que ocurre en Granada, en el Camino de Alfacar, donde los precios varían de 400 a 800 euros de una acera a otra. Los expertos subrayan cómo estas disparidades llegan a crear auténticas fronteras socioeconómicas.

 
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