La crisis ha cambiado el comportamiento de los españoles en el mercado de la vivienda, tal y como demuestran los datos publicados hoy por el Colegio de Registradores. Cada vez se compran viviendas más grandes, sobre todo allí donde son más baratas, las familias se hipotecan ya casi exclusivamente para adquirir su vivienda y permanecen como propietarias de la misma casa más tiempo que durante el boom.
Según los datos que manejan los registradores de la propiedad, mientras que en 2009 el periodo medio de tenencia de una misma vivienda en España era de apenas siete años y tres meses, el año pasado se situó en 13,4 años, lo que representa que ese plazo prácticamente se haya duplicado en apenas ocho años, tal y como destacó esta mañana durante la presentación de las cifras la directora de Relaciones Institucionales del Colegio de Registradores, Beatriz Corredor.
¿Qué significa este cambio? Pues todo parece indicar que después de lo ocurrido en los peores años de la crisis, cuando se constató que las viviendas sí pueden perder valor y además de forma significativa, los propietarios han dejado de especular mayoritariamente con los inmuebles y ahora cuando toman la decisión de comprar una casa, lo hacen no para venderla al poco tiempo y obtener una cuantiosa plusvalía (como en los años álgidos del boom) y sí para vivir en ella o para ponerla en alquiler.
En este sentido, conviene recordar que en los primeros años 2000, en plena efervescencia del sector inmobiliario, Hacienda llegó a plantear considerar como especulativas las rotaciones de vivienda de menos de cinco años; es decir que si un comprador adquiría el inmueble y en menos de cinco años lo vendía, se debía a fines meramente especulativos. Ahora, las cifras apuntan a que esa tendencia se ha moderado al haberse duplicado el periodo medio de tenencia de las casas.
¿Cómo son las casas que se compran ahora? Aunque el porcentaje se ha mantenido estable en los últimos tres años, que es cuando se inicia la recuperación inmobiliaria, lo cierto es que prácticamente la mitad de las transacciones las protagonizaron en 2016 casas de más de 80 metros cuadrados de superficie, lo que ratificaría la certeza de que la demanda actual es sobre todo la de hogares que ya tienen un piso, pero creen que ha llegado el momento de buscar su vivienda de reposición, aquella más grande y mejor situada que responde a sus nuevas necesidades familiares. En cambio, los pisos de menos de 40 metros cuadrados solo representan el 4% de las transacciones.
Otro dato que, en opinión de Beatriz Corredor, da muestra de la normalización por la que atraviesa el mercado es que crece con fuerza el porcentaje de operaciones protagonizadas por personas físicas (particulares) frente al retroceso de las compras de pisos atribuidas a personas jurídicas (empresas), fundamentalmente entidades bancarias. En 2016, los particulares adquirieron el 87,5% de las casas que se vendieron en España, frente a un 12,5% que fue comprado por empresas o personas jurídicas. En la serie histórica este porcentaje ha sido el habitual, excepto durante lo peor de la crisis, cuando bancos y otras empresas llegaban a comprar una de cada cuatro casas de las que se vendían en todo el año (el 25%).
Y todas esas viviendas, ¿se compran con crédito o al contado? De nuevo las cifras hablan de un mercado mucho más sano que el que se fraguó durante la pasada burbuja. Los registradores recordaron hoy cómo mientras en 2006 se contrataban al año más de 1,3 millones de hipotecas y apenas se vendían 916.000 casas, el pasado ejercicio la proporción fue de 403.743 viviendas que cambiaron de propietario y un volumen de préstamos hipotecarios de 280.888. Esto quiere decir que 122.855 casas se compraron sin necesidad de financiación, el 30,4% del total o casi una de cada tres.
Esto ha sido así porque la banca ha endurecido los criterios que aplica a la hora de conceder financiación hipotecaria "y por la mayor concienciación ciudadana sobre los riesgos que conlleva contratar una hipoteca", advirtió la directora de Relaciones Institucionales del Colegio de Registradores. En esos criterios de mayor prudencia destaca el vuelco que está dando el mercado hipotecario en cuanto al protagonismo de los créditos con tipos fijos. Los registradores constataron cómo 2016 finalizó con un 78,2% de las nuevas hipotecas suscritas a tipos variables, una proporción que desde 2003 se había mantenido rozando el 100% y los préstamos a tipos fijos crecieron hasta el 21,8%, cuando en pleno boom su presencia en el mercado era testimonial. Por lo tanto, una de cada cinco nuevas hipotecas ya se contrata con una referencia fija cuando solo un año antes ese porcentaje era del 6%. A la pregunta de si a este ritmo el mercado español podría convertirse en poco tiempo otro de los que concede hipotecas mayoritariamente a tipos fijos, Corredor reconoció que es difícil hacer proyecciones porque habrá que ver cómo reacciona la banca a las reformas legislativas que se avecinan.
Fuente: http://www.cincodias.com/