Aunque el euríbor acaba de cumplir un año en negativo y mes tras marca nuevo mínimo, tarde o temprano comenzará a subir.
Y lo hará de la mano del Banco Central Europeo (BCE). En la última reunión del banco central, acontecida en marzo, su presidente, Mario Draghi, mejoró las perspectivas de inflación y de crecimiento y mantuvo los plazos. De esta manera, todo parece indicar que el QE finalizará el próximo diciembre. A partir de ahí se abren las puertas para la normalización del precio del dinero que se podría dar en la primera mitad de 2018. Este dato es prácticamente orientativo, ya que va a depender del entorno económico en esas fechas y los datos macroeconómicos que pudieran presentar pero lo más probables es que así sea ya que todas las políticas del Banco Central Europeo apuntan en esa dirección, explican desde XTB.
Daniel García, analista de XTB, reconoce que "el Euribor efectivamente ha tocado suelo, ya que es muy poco probable que el Euribor se sitúe por debajo de -0.10%, pues podría llegar a ser incluso preocupantes un entorno de tipos negativos en un periodo de tiempo tan prolongado".
El hipotecado que lleva varios años viendo como su cuota mensual baja tendrá que hacer frente a las primeras subidas, inicialmente testimoniales, para ser más contundentes con el paso de los meses. Ante esta situación, puede llevar a cabo una serie de acciones para que le afecte menos.
Estefanía González, portavoz de finanzas personales, divide a los hipotecados en dos tipos, Los que se van a hipotecar y los que ya están hipotecados.
Los primeros pueden optar por hipotecas fijas, aunque "hay que tener cuidado ante dos aspectos", como recuerda González. El primero, que están empezando a subir, tanto el interés que aplican como sus comisiones, así que, de esperar demasiado, su precio se podría encarecer. En segundo lugar, "si vamos a contratar una hipoteca a muy largo plazo, hay que echar muchas cuentas. Las hipotecas fijas a 20-30 años tienen intereses muy elevados y, según las estimaciones que manejamos en Kelisto (basadas en simulaciones que imitan el comportamiento del euríbor desde su creación), este tipo de productos no merecen la pena. Por tanto, se trata de opciones para consumidores muy conservadores, que quieran tener muy controlado lo que gastan y, sobre todo, que puedan contratar hipotecas a plazos cortos".
Si no quieren una hipoteca a tipo fijo y prefieren una variable, "lo recomendable es ser precavido y echar cuentas. En un contexto de tipos bajos como el actual, lo que habría que hacer es echar cuentas y saber si seríamos capaces de asumir la cuota de una hipoteca si el euríbor volviera a máximos (al 5%). Si eso es así, y la cuota resultante no supera el 30-35% de nuestros ingresos, se podría optar por una hipoteca variable en condiciones de seguridad".
En cuanto a los que están ya hipotecados, González recomienda "sentarse a negociar con el banco y solicitar una ampliación del plazo de amortización. Incluso, se podría pedir un aplazamiento de parte de la deuda hasta los últimos pagos".
En caso de que esta opción no sea viable, se podría analizar la posibilidad de optar por un producto de protección ante subidas de tipos, como los CAP. Ahora bien, hay que ser muy precavido, leer muy bien la letra pequeña del producto que nos ofrecen y, sobre todo, sopesar muy bien que el período de protección y el interés tope que nos proponen son razonables. De no serlo, podría convertirse en una protección cara y prácticamente inútil.
Por su parte, Javier Mezcua, experto de HelpMyCash, señala que "si los pronósticos se confirman y la subida de tipos se consolida, los consumidores con hipotecas variables referenciadas a euríbor notarán un ligero incremento en las cuotas de sus hipotecas, aunque quien más y quien menos tiene un blindaje de seis meses o un año, puesto que el nuevo interés no se actualizará en la hipotecahasta la revisión de la misma, que suele ser semestral o anual".
Por lo tanto, aunque el euríbor suba, no lo hará drásticamente y el incremento no provocará un agravio notable en la economía de las familias, ya que alguien que firmó una hipoteca variable ya pagó en el pasado cuotas más altas que en la actualidad, cuando el euríbor cotizaba al 5 % (2008).
Quienes más notarán la subida serán las familias que firmaron una hipoteca en 2013, cuando el euríbor bajó del 1 % y los diferenciales de las hipotecas estaban más altos que nunca próximos al 2 %, reitera Mezcua. Estas personas nunca han pagado una cuota con el euríbor alto, y si ya disponen de un diferencial elevado, en el caso de que a medio plazo el euríbor alcanzara su cotización máxima del 5 %, tendrían que afrontar una hipoteca con un interés del 7 %.
Los consejos de Mezcua para estos hipotecados pasan por "plantearse cambiar el interés de su hipoteca, hacer una novación y pasar a tipo fijo, y si su banco no acepta el cambio plantearse una subrogación de entidad para cambiar el tipo de variable a fijo".
Otra de las opciones que podría adoptar puede negociar con su banco una rebaja del diferencial si es elevado. La novación sería aconsejable para recién hipotecados, mientras que los que ya se encuentran en los últimos años no tendría mucho sentido.
Fuente: http://www.finanzas.com/