Buena noticia para los hipotecados. El euríbor, el indicador al que se referencian la mayoría de las hipotecas, seguirá en negativo hasta finales de 2018 o principios de 2019, según las previsiones del sector financiero. A partir de esa fecha podría ir aumentando, pero su crecimiento sería lento, ya que hasta 2021 no llegaría a una media del 0,50%.
El ligero repunte de agosto solo fue un espejismo, ya que en septiembre volvió a caer, situándose la media en el 0,57% y en lo que llevamos de octubre la tendencia sigue. De hecho, el euríbor a un año se sitúa en el -0,064% en su cotización diaria, mientras que a tres meses la cifra es más llamativa: -0,301%.
Carlos Fernández, analista de XTB, explica que "a media mensual se sitúa en entornos del -0,056%, registrando una ligera caída respecto al mes de agosto. Los mercados financieros continúan moviéndose dentro del rango lateral de las últimas semanas y esa ausencia de volatilidad, favorece la tendencia bajista de fondo en el índice de referencia hipotecario".
Y una de las razones por las que el euríbor se mantendrá más tiempo de lo esperado en negativo es el Brexit, cuyo proceso, según Theresa May, se pondrá en marcha en marzo de 2017. La salida del Reino Unido de la Unión Europea provocará dos años más de tipos en negativo, como ya se puso de manifiesto el 24 de junio, día después del referéndum, ya que el euríbor aceleró sus movimientos en terreno negativo.
Por su parte, Felipe López-Gálvez, analista de SelfBank, explica que "En estos días cotiza en zona de mínimos históricos, por lo que no es descartable que pueda llegar a niveles más bajos. Las caídas de las últimas semanas son difíciles de explicar ya que el entorno del mercado ha sido más favorable y el BCE no ha cambiado su discurso ni ha tomado medidas adicionales. De seguir cayendo, no creemos que vaya a tener mucho más recorrido a la baja a no ser que el BCE anuncie más estímulos. También podría sufrir una repentina caída en caso de que haya tensiones en el mercado; recordemos que uno de los días que más bajo el Euribor fue la jornada posterior al Brexit"
En este contexto, Carlos Fernández continúa afirmando que "la presión hacia las entidades financieras continúa. Hay que tener presente que un Euribor negativo, supone una importante reducción en sus márgenes de negocio, y puede tener el efecto añadido de una reducción del crédito que fluye hacia la economía real. A pesar de los esfuerzo del BCE por lograr este objetivo, si los bancos no encuentran rentable prestar dinero, el escenario macroeconómico puede complicarse".
Todo parece indicar que el suelo se tocará el próximo año, en una horquilla que se podría situar entre el -0,1% y el -0,22%, lo que pondría a los bancos en la difícil situación de estar a punto de devolver a los hipotecados dinero por el préstamo hipotecario, puesto que en los años del 'boom inmobiliario' hubo créditos entre el 0,18% y el 0,25%.
Según las últimas previsiones, una vez tocado suelo, el indicador iría aumentando paulatinamente hasta situarse en el 0,50% en 2021.
A esto, también hay que sumar el QE que tiene puesto en marcha el Banco Central Europeo (BE) y, aunque en la reunión mensual de septiembre no adoptó medidas todavía queda la vital de diciembre, en la que los analistas estiman que se podría acometer una nueva revisión del programa. López -Gálvez recuerda que "el mandato único del BCE es la estabilidad de precios y esta parece estar dando síntomas de mejora. El IPC de la zona euro de septiembre ha subido hasta el 0,4% o lo que es lo mismo, su mayor nivel desde septiembre de 2014. Este incremento de precios indica que por fin las medidas impuestas por Mario Draghi están surtiendo efecto, por lo que en caso de prolongarse esta tendencia no serían necesarios más estímulos".
La subida del precio del petróleo es otra de las aliadas de Draghi, ya que tras el principio de acuerdo de la OPEP se han elevado las perspectivas de inflación, ya que el combustible es uno de los principales componentes del cálculo del IPC.
"Hay parte de mercado que apuesta a una normalización de la política del BCE antes de lo previsto. De ir retirando estímulos, lo más probable es que tal y como hizo la Fed primero se vaya retirando el programa de compra de bonos y más adelante se irían revisando al alza los tipos de interés: es por ello que ni los más optimistas piensan el BCE vaya a poder subir tipos antes de 2018 o 2019", asevera López-Gálvez.