La última señal que restaba para poder afirmar que el mercado inmobiliario se halla inmerso en un proceso completo de recuperación era la reactivación de la compra de suelo. Las ventas de solares, un subnegocio que se resistía a ofrecer signos de mejora, han aumentado de enero a agosto un 10,5% respecto al mismo periodo del año anterior.
La buena noticia no es solo que se estén vendiendo más terrenos, sino que también se están concediendo préstamos para financiar esas transacciones. La reactivación de la venta de suelo y la apertura del grifo de crédito para las operaciones constituye una prueba de que el mercado inmobiliario no solo se concentra en restaurar inmuebles y en terminar promociones abandonadas durante la crisis, sino que comienza a edificar obra nueva.
La financiación de la compra de solares se une así a las hipotecas para adquirir viviendas y a la financiación para terminar promociones que en su momento tuvieron que ser paralizadas. Los datos del INE revelan que en los seis primeros meses del año se vendieron en España 48.905 terrenos, una cifra que hace prever un cierre de año bastante por encima del registrado en 2014, cuando se vendieron 65.821 solares. Se trata, pese a todo, de una mejora sobre un punto de partida que poco tiene que ver con las cifras que se manejaban antes del estallido de la burbuja del ladrillo, cuando en España se llegaron a vender casi 200.000 solares en un solo año.
La mejora numérica en la venta de parcelas no se corresponde con un reflejo tan contundente en términos de acceso a la financiación. Los datos del INE revelan que de enero a julio se concedieron en nuestro país 4.897 créditos hipotecarios, lo que constituye un 1,6% menos que en el mismo período del año anterior. Pese a ese empate, todo apunta a que si no se produce algún revés destacable que de al traste con la buena evolución del mercado, 2015 terminará como el primer ejercicio en el que las hipotecas sobre terrenos vuelven a crecer desde 2009.
Como no puede ser de otro modo en una economía que ha vivido una larga travesía en el desierto –también en materia de financiación– las condiciones de los créditos que se conceden no tienen nada que ver con las que eran habituales en la época dorada del ladrillo. Al contrario que en aquellos años, cuando la banca financiaba al 100% las promociones, el límite ronda actualmente el 50% del valor de tasación y se exige, además, que un porcentaje que no baje del 40% esté vendido ya sobre plano. Se trata de salvaguardas sensatas y razonables en un mercado todavía frágil que debe afrontar su recuperación con la clara voluntad de no volver a repetir los errores del pasado. La recuperación del sector inmobiliario es una prioridad para la economía española. Precisamente por ello debe afrontarse con rigor, transparencia y responsabilidad.