Fumata blanca para los hipotecados que sufren una cláusula suelo que les ha impedido beneficiarse de las bajadas de los tipos de interés en los últimos años. El sector financiero y el Ministerio de Economía han llegado a un acuerdo para suprimir estas cláusulas, algo que varias entidades han empezado a hacer ya caso por caso, según diferentes fuentes al tanto de la situación. Ahora bien,esta supresión no tendrá efecto retroactivo en principio, tal y como había solicitado el sector: ni hasta mayo de 2013 (fecha de la sentencia del Supremo que anulaba estas cláusulas en BBVA, Abanca y Cajamar) ni mucho menos hasta la firma del crédito.
Esta era la propuesta que había hecho la banca al departamento de Luis de Guindos en septiembre y que ha sido aceptada de manera informal, ya que en principio no se va a recoger en ninguna norma jurídica. Ahora bien, el Gobierno ha advertido a las entidades financieras de que la medida puede acabar teniendo efectos retroactivos en función de lo que marque la sentencia del macrojuicio por una demanda de 15.000 afectados celebrado en Madrid este año, que se espera para mediados de noviembre como muy tarde. Si este fallo implica retroactividad, todas las entidades deberán aplicarla.
De momento, los clientes con este tipo de cláusulas dejarán de pagar de más cada mes a partir de ahora y verán que la letra de su hipoteca baja hasta el nivel del Euribor actual más el diferencial fijado en cada caso. Hasta el momento, algunas entidades habían ofrecido a sus clientes la supresión de esta cláusula a cambio de una compensación, normalmente la subida del tipo de interés o la contratación de otros productos como seguros o planes de pensiones. Tras la negociación con el Ejecutivo, tendrán que suprimirlas sin pedir nada a cambio.
Las fuentes consultadas aseguran que las entidades afectadas pretenden anunciar la medida en sus resultados trimestrales, que comienzan este viernes con los de Caixabank (que heredó el grueso de las hipotecas con cláusula de Banca Cívica) y Sabadell (que las recibió de la CAM). Aparte de estas dos, las más perjudicadas por la supresión de los suelos son Popular y Liberbank entre las cotizadas, con Bankia muy por detrás, y fuera del parqué, BMN o Unicaja. Los rumores de esta medida provocaron que ayer la cotización de Sabadell se desplomara un 4,21%, y la de Popular, el 3,34%.
En principio, se trata de la fórmula menos perjudicial para el sector, donde se habían encendido las alarmas ante la decisión del Gobierno de eliminar las cláusulas suelo como argumento ante las próximas elecciones generales, adelantada por El Confidencial en agosto. Ante la magnitud del impacto que esta medida podía tener en sus cuentas, se anticiparon al Ejecutivo con la propuesta de retirar voluntariamente estas cláusulas a cambio de que la medida no tuviera ningún tipo de retroactividad.
Solución salomónica entre todos los intereses
La banca presentó esta medida como una solución salomónica entre sus intereses, los de los consumidores y los del Ejecutivo. La retroactividad desde la fecha de concesión de cada préstamo provocaría enormes pérdidas en el sector y provocaría un mal mayor de aquel que se pretende resolver, como reconocía el propio Supremo en la sentencia citada. En cuanto a la banca, aceptaba esta supresión sin rechistar de forma 'voluntaria' para evitar que el Gobierno imponga la retroactividad hasta 2013, que es el escenario central de los analistas.
Por supuesto, Economía podía imponer dicha retroactividad. Pero en ese caso, la banca no lo aceptaría voluntariamente y tampoco es fácil encontrar una fórmula jurídica aceptable para la supresión; es más, el hecho de anular una cláusula de un contrato firmado ante notario y ajustada a la ley vigente en ese momento puede tener visos de inconstitucionalidad. Por último, tendría que vencer la resistencia del Banco de España, que teme que esta medida afecte a los niveles de solvencia de alguna entidad (que es su preocupación).
¿Por qué es importante la sentencia de Madrid?
Ahora bien, el Gobierno se ha guardado la carta de la sentencia del Juzgado de lo mercantil número 11 de Madrid. A priori, este fallo no debería tener tanta relevancia porque se trata de la primera instancia, es recurrible y tardaría años en llegar al Supremo. Pero las fuentes consultadas explican que la repercusión mediática puede ser enorme y potencialmente muy perjudicial tanto para el sector -que debe recuperar la confianza perdida de la sociedad, como reconoció ayer el presidente de la AEB, José María Roldán- como para el Gobierno, en un momento en que este tipo de cuestiones vuelven al primer plano de debate político y dan votos a los partidos alternativos.
Por eso, si la sentencia es condenatoria e impone retroactividad, el Ejecutivo se verá obligado a obligar a los bancos a aplicarla. ¿Y los bancos la aceptarían? Las fuentes consultadas explican que el sector está dispuesto a asumir voluntariamente como mal menor una retroactividad hasta la sentencia del Supremo de 2013, pero no más. Algunos analistas como JP Morgan o HSBCestiman que la retroactividad hasta esa fecha puede suponer hasta el 14% del beneficio de algunas entidades. El problema es que algunos casos incluidos en la demanda colectiva de Madrid se refieren a 2010, por lo que si el fallo impone la retroactividad hasta esa fecha, el Gobierno volverá a encontrarse con un problema.