El núcleo de población de estudiantes universitarios representa un "capítulo de alquileres importante" en el mercado inmobiliario de la ciudad, según reconoce el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, Herminio Carballido.Sin embargo la oferta disponible de este tipo de inmuebles especialmente dirigidos a los alumnos del campus todavía no ha sabido ajustarse a la demanda real. Bien sea por el crecimiento experimentado por la Universidade da Coruña (UDC) durante los últimos años o por las reservas que todavía guardan muchos propietarios a alquilar sus propiedades a los estudiantes, el caso es que todavía "hay más solicitantes que pisos", en palabras de Herminio Carballido. Es lo que caracteriza el paisaje del alquiler estudiantil en la ciudad, además de la inexistencia de una residencia pública y la persistencia de los galpones en A Zapateira.
Esto se traduce en un problema de alojamiento agravado por la ausencia de una residencia universitaria en el campus, todavía pendiente de construcción por más que la Xunta se haya comprometido a su puesta en funcionamiento. Así las cosas, son muchos los jóvenes, como asevera Carballido, que se encuentran a comienzo del curso sin un lugar fijo en el que establecerse. Otros tienen que conformarse con las ofertas que todavía permanecen en el mercado días antes de iniciarse las clases. "Los que vienen en septiembre ya cogen lo que queda", subraya el presidente de los agentes de la propiedad.
La Vicerrectoría de Estudiantes de la Universidad desconoce los datos reales relacionados con la demanda de pisos de sus alumnos, pero reconoce que la ausencia de una residencia lastra las posibilidades de alojamiento de sus matriculados. A pesar de ello, el centro trata de canalizar las solicitudes de vivienda de a través de una bolsa de alquileres, según explica la vicerrectora de Estudiantes y Relaciones Internacionales, María José Martínez. La labor se limita a ofrecer una plataforma desde la que ofrecer inmuebles, sin que la Universidad ejerza de intermediaria entre partes. Son los alumnos extranjeros quienes más habitualmente usan este servicio, en parte debido a que la ausencia de una residencia pública les hace dirigirse inmediatamente a los servicios de la UDC para buscar alojamiento.
La suma de la falta de alquileres y la ausencia de una residencia pública obliga a buscar soluciones para paliar la escasez de alojamientos. Para ello se investiga y se toman ejemplos de otros lugares. Uno de ellos es la iniciativa puesta en marcha en Poitiers y la Universidad del País Vasco. El objetivo es ofrecer alquileres a "bajo coste" a todos aquellos alumnos que busquen alojamiento. A cambio, estos deberán hacer trabajos de carácter social en los barrios en los que residan. Dicha iniciativa, actualmente bajo estudio en la UDC, está a expensas de la colaboración con el Ayuntamiento y la Concejalía de Vivienda y Rehabilitación Urbana. Sin embargo, la "prudencia presupuestaria" que caracteriza actualmente el funcionamiento de la Universidad hace que la Vicerrectoría de Estudiantes se vea "bastante limitada" para desarrollar este tipo de iniciativas y otras de características similares, según reconoce su responsable.
Freno a la especulación
Esta iniciativa serviría a la vez, según María José Martínez, como freno a la especulación en el mercado de los alquileres. Sin embargo, Carballido considera que la caída en la venta ha sido un obstáculo para este fenómeno y podrá ser aprovechado posteriormente como una manera de aumentar el número de pisos destinados a los estudiantes. El presidente de los agentes de la propiedad recuerda que un inmueble, por mucho que sus dueños teman alquilarlo a jóvenes por temor a los desperfectos que puedan causar, se devalúa más si está vacío. Por este motivo, muchos de esos apartamentos o pisos podrían pasar a engrosar la bolsa de la Universidad.
Fuente: http://www.laopinioncoruna.es/
Esto se traduce en un problema de alojamiento agravado por la ausencia de una residencia universitaria en el campus, todavía pendiente de construcción por más que la Xunta se haya comprometido a su puesta en funcionamiento. Así las cosas, son muchos los jóvenes, como asevera Carballido, que se encuentran a comienzo del curso sin un lugar fijo en el que establecerse. Otros tienen que conformarse con las ofertas que todavía permanecen en el mercado días antes de iniciarse las clases. "Los que vienen en septiembre ya cogen lo que queda", subraya el presidente de los agentes de la propiedad.
La Vicerrectoría de Estudiantes de la Universidad desconoce los datos reales relacionados con la demanda de pisos de sus alumnos, pero reconoce que la ausencia de una residencia lastra las posibilidades de alojamiento de sus matriculados. A pesar de ello, el centro trata de canalizar las solicitudes de vivienda de a través de una bolsa de alquileres, según explica la vicerrectora de Estudiantes y Relaciones Internacionales, María José Martínez. La labor se limita a ofrecer una plataforma desde la que ofrecer inmuebles, sin que la Universidad ejerza de intermediaria entre partes. Son los alumnos extranjeros quienes más habitualmente usan este servicio, en parte debido a que la ausencia de una residencia pública les hace dirigirse inmediatamente a los servicios de la UDC para buscar alojamiento.
La suma de la falta de alquileres y la ausencia de una residencia pública obliga a buscar soluciones para paliar la escasez de alojamientos. Para ello se investiga y se toman ejemplos de otros lugares. Uno de ellos es la iniciativa puesta en marcha en Poitiers y la Universidad del País Vasco. El objetivo es ofrecer alquileres a "bajo coste" a todos aquellos alumnos que busquen alojamiento. A cambio, estos deberán hacer trabajos de carácter social en los barrios en los que residan. Dicha iniciativa, actualmente bajo estudio en la UDC, está a expensas de la colaboración con el Ayuntamiento y la Concejalía de Vivienda y Rehabilitación Urbana. Sin embargo, la "prudencia presupuestaria" que caracteriza actualmente el funcionamiento de la Universidad hace que la Vicerrectoría de Estudiantes se vea "bastante limitada" para desarrollar este tipo de iniciativas y otras de características similares, según reconoce su responsable.
Freno a la especulación
Esta iniciativa serviría a la vez, según María José Martínez, como freno a la especulación en el mercado de los alquileres. Sin embargo, Carballido considera que la caída en la venta ha sido un obstáculo para este fenómeno y podrá ser aprovechado posteriormente como una manera de aumentar el número de pisos destinados a los estudiantes. El presidente de los agentes de la propiedad recuerda que un inmueble, por mucho que sus dueños teman alquilarlo a jóvenes por temor a los desperfectos que puedan causar, se devalúa más si está vacío. Por este motivo, muchos de esos apartamentos o pisos podrían pasar a engrosar la bolsa de la Universidad.
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