Creciente riesgo inmobiliario


Entre los argumentos habituales para urgir la reforma del sistema financiero, la creciente exposición de bancos y cajas al sector inmobiliario es quizás el más urgente. No sólo por la elevada suma de créditos concedidos a promotoras y el desbocado ritmo de adjudicación de hipotecas en los últimos años.

También las propias entidades han invertido en activos inmobiliarios, y el peso de éstos en sus balances se ha disparado a raíz del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, debido a que, en las refinanciaciones de urgencia a compañías sobreendeudadas del sector, el canje de deuda por activos se ha convertido en moneda de cambio corriente.

Las entidades con mayor peso de los activos inmobiliarios en su balance son tres cajas catalanas, Kutxa y CajaSur; mientras que el volumen total que atesora el sector financiero alcanza los 60.000 millones de euros. Esta cifra da una idea de hasta qué punto al sector financiero le conviene la pronta revitalización de los ritmos de compraventa de viviendas e inmuebles. El problema es que ese panorama no se atisba cercano.

Esta normalización también sería conveniente para frenar la morosidad derivada de préstamos inmobiliarios, que a finales de 2009 superaba los 43.000 millones. La última estimación del Banco de España cifró en 165.000 millones el volumen de activos problemáticos para bancos y cajas, pero el esperado avance de la morosidad total del sistema (actualmente en el 5,4%), en coherencia con una tasa de paro del 20%, amenaza con tensar la resistencia mostrada hasta ahora por el sector financiero.

Fuente: http://www.expansion.com/
 
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