Las constantes vitales del sector inmobiliario siguen latiendo muy débiles. Sin embargo, en los próximos meses varios factores podrían estimularlas.El incremento del impuesto sobre la compra de vivienda a partir de julio y el fin de la desgravación "universal" de estas adquisiciones a partir de 2011 están moviendo a muchos ciudadanos a plantearse si ha llegado ya la hora de contratar una nueva hipoteca y cambiar de casa.
Aunque al mercado inmobiliario le queda un largo camino para purgar sus excesos, las últimas cifras sobre transacciones de inmuebles han abierto tímidamente la puerta al optimismo.
Según datos del Ministerio de Economía, estas operaciones aumentaron un 4,1% en los tres últimos meses de 2009, frente al mismo periodo del año anterior. Este avance supone el primer ascenso desde el cuarto trimestre de 2006, con 130.572 operaciones.
¿Cambio de tendencia?
Tales cifras avalan que, aunque los tiempos de frenesí inmobiliario quedan muy lejos y muchos ciudadanos están conteniendo su intención de compra a la espera de que los precios de la vivienda caigan todavía más, la demanda no es eternamente elástica y ya hay quien ve buenas oportunidades en el mercado.
Varias entidades reconocen que el interés que muestran sus clientes sobre la contratación de hipotecas puente "préstamos orientados a facilitar el cambio de casa" está aumentando. Sin embargo, la mayor parte de las solicitudes de información se concretan en contadas ocasiones. "Muchos de estos clientes están esperando a que los precios bajen más o se dedican a buscar casa sin prisa, hasta que surja algún chollo", señala un banquero.
El experto añade que las hipotecas puente tenían más sentido cuando, en los años de bonanza, el ritmo de transacciones de compra-venta de inmuebles era muy acelerado. "Entonces, había que adquirir la vivienda a marchas forzadas porque, si esperabas unas semanas, o bien te habían quitado la casa que te gustaba, o bien se había encarecido", explica.
Otra fuente del sector considera que "el aumento del IVA y la erradicación de la desgravación en la declaración de la renta en la compra de vivienda habitual para las familias con ingresos superiores a los 24.107 euros brutos anuales, que entrará en vigor en 2011, darán un empujón al mercado inmobiliario".
De acuerdo con la reforma fiscal que el Ejecutivo aprobó a finales de 2009 el IVA que afecta a la vivienda nueva se eleva del 7% al 8%. Esta medida, además, abre la puerta a la subida del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que afecta a los inmuebles de segunda mano, hasta el 8%. Cantabria ha sido la primera comunidad autónoma en anunciar la reforma del IPT.
Claves de los préstamos puente
La mayor parte de las entidades ofrece hipotecas puente, aunque muchas no las comercializan activamente. Mediante este producto, el banco o caja anticipa al cliente el importe para hacer frente a la nueva vivienda. Algunas firmas como BBVA, Santander, Caixa Catalunya o BBK financian hasta el 100% del nuevo inmueble. Las entidades conceden un periodo de carencia de entre 12 y 24 meses en el que no se amortiza principal.
Sólo se pagan intereses o, en ocasiones, ni siquiera éstos. De este modo, la cuota es muy reducida hasta que se logra vender la antigua casa, aunque el coste de financiación es mayor. Generalmente la banca toma como garantía hipotecaria ambas viviendas. Aunque estos productos permiten vender la vieja casa sin prisas, el coste de la operación es más elevado que el de una hipoteca convencional.
Fuente: http://www.expansion.com/
Aunque al mercado inmobiliario le queda un largo camino para purgar sus excesos, las últimas cifras sobre transacciones de inmuebles han abierto tímidamente la puerta al optimismo.
Según datos del Ministerio de Economía, estas operaciones aumentaron un 4,1% en los tres últimos meses de 2009, frente al mismo periodo del año anterior. Este avance supone el primer ascenso desde el cuarto trimestre de 2006, con 130.572 operaciones.
¿Cambio de tendencia?
Tales cifras avalan que, aunque los tiempos de frenesí inmobiliario quedan muy lejos y muchos ciudadanos están conteniendo su intención de compra a la espera de que los precios de la vivienda caigan todavía más, la demanda no es eternamente elástica y ya hay quien ve buenas oportunidades en el mercado.
Varias entidades reconocen que el interés que muestran sus clientes sobre la contratación de hipotecas puente "préstamos orientados a facilitar el cambio de casa" está aumentando. Sin embargo, la mayor parte de las solicitudes de información se concretan en contadas ocasiones. "Muchos de estos clientes están esperando a que los precios bajen más o se dedican a buscar casa sin prisa, hasta que surja algún chollo", señala un banquero.
El experto añade que las hipotecas puente tenían más sentido cuando, en los años de bonanza, el ritmo de transacciones de compra-venta de inmuebles era muy acelerado. "Entonces, había que adquirir la vivienda a marchas forzadas porque, si esperabas unas semanas, o bien te habían quitado la casa que te gustaba, o bien se había encarecido", explica.
Otra fuente del sector considera que "el aumento del IVA y la erradicación de la desgravación en la declaración de la renta en la compra de vivienda habitual para las familias con ingresos superiores a los 24.107 euros brutos anuales, que entrará en vigor en 2011, darán un empujón al mercado inmobiliario".
De acuerdo con la reforma fiscal que el Ejecutivo aprobó a finales de 2009 el IVA que afecta a la vivienda nueva se eleva del 7% al 8%. Esta medida, además, abre la puerta a la subida del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que afecta a los inmuebles de segunda mano, hasta el 8%. Cantabria ha sido la primera comunidad autónoma en anunciar la reforma del IPT.
Claves de los préstamos puente
La mayor parte de las entidades ofrece hipotecas puente, aunque muchas no las comercializan activamente. Mediante este producto, el banco o caja anticipa al cliente el importe para hacer frente a la nueva vivienda. Algunas firmas como BBVA, Santander, Caixa Catalunya o BBK financian hasta el 100% del nuevo inmueble. Las entidades conceden un periodo de carencia de entre 12 y 24 meses en el que no se amortiza principal.
Sólo se pagan intereses o, en ocasiones, ni siquiera éstos. De este modo, la cuota es muy reducida hasta que se logra vender la antigua casa, aunque el coste de financiación es mayor. Generalmente la banca toma como garantía hipotecaria ambas viviendas. Aunque estos productos permiten vender la vieja casa sin prisas, el coste de la operación es más elevado que el de una hipoteca convencional.
Fuente: http://www.expansion.com/