Científicos, técnicos o cualquier colectivo interesado podrá alquilar temporalmente una de las 25 viviendas bioclimáticas que componen la primera urbanización de estas características en el mundo , construida por encargo del Cabildo de Tenerife dentro de un proyecto científico para la integración de las energías renovables en la arquitectura.
Las viviendas de esta urbanización, que próximamente será inaugurada en el sur de Tenerife, son todas diferentes, pero se han construido con un objetivo común: autosuficiencia energética y cero emisiones de dióxido de carbono (CO2).
Cada uno de los arquitectos seleccionados en un concurso internacional convocado por el Instituto Tecnológico de Energías Renovables (ITER) ha plasmado en las viviendas sus propias soluciones bioclimáticas, según la información facilitada por el Cabildo de Tenerife.
La urbanización, ubicada en terrenos del ITER, se ha concebido como un laboratorio que ahora debe ser habitado por personas que realicen sus actividades normales en él, aunque el alquiler será por periodos cortos.
De esa manera, se podrá seguir el comportamiento real de cada vivienda y de cada una de las soluciones energéticas y bioclimáticas ideadas por los arquitectos.
Este experimento permitirá, a partir de soluciones concretas de ahorro energético, obtener patrones de diseño de edificios en climas cálidos similares al de Canarias, de manera que se diversifiquen los recursos energéticos convencionales y se reduzca el impacto ambiental de la edificación.
Las 25 viviendas y la urbanización en su conjunto tienen en común soluciones para reducir al mínimo el gasto de energía y agua y el uso de energías renovables para su abastecimiento.
Como ninguna vivienda es igual a otra y cada arquitecto ha adaptado las soluciones bioclimáticas a su respectivo proyecto, esta urbanización es única para poder estudiar las distintas técnicas empleadas.
En las viviendas hay sensores para medir temperatura, humedad o circulación del aire y una vez ocupadas se podrá establecer el confort de cada una.
Aunque diferentes, hay aspectos comunes a todas las casas, como su aislamiento térmico para evitar las pérdidas de calor y frío o la reducción de ruidos del exterior.
Los arquitectos han dispuesto áreas orientadas al sur para aprovechar la energía solar, muros y techos que sirven como almacén de calor que luego se transfiere al interior, espacios de sombra con paneles fotovoltaicos, fuentes o estanques para favorecer la refrigeración, y técnicas de máximo aprovechamiento de la luz natural.
La integración en el paisaje y la utilización de vegetación autóctona son también premisas comunes, así como el uso de electrodomésticos del nivel más eficiente existente, bombillas de bajo consumo, sensores para apagar luces innecesarias, griferías con reducciones de caudal y sistemas de reutilización del agua doméstica para varios usos.
La generación eléctrica se consigue con sistemas fotovoltaicos integrados en techos y fachadas, todos conectados a una red común de la urbanización para favorecer la estabilidad del sistema.
En una de las viviendas está previsto instalar un pequeño aerogenerador.
Para las necesidades de agua de consumo humano y riego, la urbanización dispone de una planta desaladora por ósmosis inversa y una depuradora, mientras que el agua caliente sanitaria se consigue por energía solar.
Fuente: www.enllave.es