Cerca de 300.000 personas físicas y pequeños y medianos empresarios se consideran engañadas por sus bancos y cajas de ahorros tras ofrecerles un seguro para evitar que las subidas del euribor les siguiese aumentando la factura del préstamo hipotecario.
Estos consumidores se encontraron, sin embargo, con un contrato financiero atípico (swap) que les ha impedido aprovechar las rebajas de tipos y les cuesta una fortuna cancelarlo, entre 9.000 y 15.000 euros según las circunstancias de cada crédito, para volver a la situación anterior a la firma del contrato o cambiar de entidad bancaria (en el caso de la sentencia ganada por el consumidor en la Audiencia Provincial de Asturias, el coste ascendía a 74.000 euros).
Esta cantidad corresponde a la aplicación de la diferencia entre el tipo de interés aceptado y los que realmente se dan en el mercado.
Las plataformas de afectados que se ha creado preparan en la actualidad reclamaciones masivas ante los tribunales, el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y los servicios de atención al cliente de las diversas entidades bancarias.
Hasta el momento hay muy pocas sentencias judiciales sobre el asunto. No llegan todavía a la decena, pero aunque las primeras fueron favorables a las entidades bancarias, las últimas se han fallado a favor de los consumidores, lo que ha animado las denuncias. En éstas, los jueces manifiestan que se han empleado cláusulas poco transparentes, falta información sobre las desventajas del producto y se han incluido cláusulas que sólo favorecen a los prestamistas.
La indignación de los titulares de estos créditos hipotecarios se debe a que las entidades les ofrecieron la posibilidad de evitar que los tipos de interés subieran su mensualidad y ahorrarse una cantidad importante de dinero a través de un seguro de cobertura de tipos, y lo que se encontraron es que habían aceptado un swap.
Una bomba de relojería
Algunas de las entidades bancarias, ante la posibilidad de que los tribunales puedan anular estos activos financieros han comenzado a ofrecer la posibilidad de cambiarlo por un crédito por la misma cantidad que deben pagar al banco.
Hay afectados que han decidido acogerse ya a estas ofertas al considerar que aprovechar los actuales tipos, a pesar de pagar los sobrecostes que les han supuesto estos contratos, les es más rentable que acudir a los tribunales. No obstante, una gran mayoría de ellos están preparando sus defensas jurídicas.
Fuente: www.eleconomista.es
Esta cantidad corresponde a la aplicación de la diferencia entre el tipo de interés aceptado y los que realmente se dan en el mercado.
Las plataformas de afectados que se ha creado preparan en la actualidad reclamaciones masivas ante los tribunales, el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y los servicios de atención al cliente de las diversas entidades bancarias.
Hasta el momento hay muy pocas sentencias judiciales sobre el asunto. No llegan todavía a la decena, pero aunque las primeras fueron favorables a las entidades bancarias, las últimas se han fallado a favor de los consumidores, lo que ha animado las denuncias. En éstas, los jueces manifiestan que se han empleado cláusulas poco transparentes, falta información sobre las desventajas del producto y se han incluido cláusulas que sólo favorecen a los prestamistas.
La indignación de los titulares de estos créditos hipotecarios se debe a que las entidades les ofrecieron la posibilidad de evitar que los tipos de interés subieran su mensualidad y ahorrarse una cantidad importante de dinero a través de un seguro de cobertura de tipos, y lo que se encontraron es que habían aceptado un swap.
Una bomba de relojería
Algunas de las entidades bancarias, ante la posibilidad de que los tribunales puedan anular estos activos financieros han comenzado a ofrecer la posibilidad de cambiarlo por un crédito por la misma cantidad que deben pagar al banco.
Hay afectados que han decidido acogerse ya a estas ofertas al considerar que aprovechar los actuales tipos, a pesar de pagar los sobrecostes que les han supuesto estos contratos, les es más rentable que acudir a los tribunales. No obstante, una gran mayoría de ellos están preparando sus defensas jurídicas.
Fuente: www.eleconomista.es