Las Cajas gallegas invirtieron 258 millones de euros en firmas inmobiliarias en plena crisis


Caixa Galicia es la entidad que más dinero destinó al negocio del ladrillo en 2008, más de 236 millones . El sector de la construcción concentra un 21, 86% de las inversiones empresariales de Caixanova
La crisis del ladrillo impactó de lleno en las cuentas de las dos cajas gallegas cuando en 2008 Martinsa Fadesa, Tremón, Marbar y Colonial, entre otras sociedades vinculadas al sector, suspendieron pagos con deudas millonarias. Este es el mayor riesgo en una posible fusión de las dos caixas, según la auditoría realizada por KPMG que avala la integración de las dos entidades. Facenda admitió que la gran debilidad de la unión son las operaciones de apoyo a promotores y constructores afectados por la crisis del ladrillo por el riesgo de una "burbuja inmobiliaria autóctona".

La quiebra de grandes constructoras se produjo cuando el sector acusaba la crisis financiera que estalló en 2007 en Estados Unidos y convulsionó la economía mundial, pero las cajas gallegas decidieron destinar en 2008 al menos 258 millones a inversiones inmobiliarias. Caixa Galicia fue la que más apostó por este sector, con una inversión de al menos 236.324.000 euros en todo el ejercicio. Caixanova, por su parte, destinó a este capítulo otros 22 millones de euros en 2008, aunque el 21,86% de todas las participaciones que el grupo financiero presidido por Julio Fernández Gayoso tiene en el tejido empresarial son del sector inmobiliario y de construcción, el segundo sector más importante en la cartera de empresas de la caja por detrás de las participaciones en sociedades financieras y de seguros, que absorben el 22,73%.

Caixa Galicia asegura que su exposición al sector inmobiliario -entre inversiones, créditos y promoción inmobiliaria propia- es inferior a la media de las entidades españolas, pero sólo en 2008, la caja que dirige José Luis Méndez invirtió 236.324.000 euros en el sector del ladrillo, según el informe de gobierno corporativo de la entidad correspondiente a 2008, el último hecho público hasta ahora.

La más elevada de las inversiones de Caixa Galicia fue en CXG desarrollos inmobiliarios, una empresa de su grupo que recibió una inyección de 70 millones de euros en septiembre de 2008. Le sigue por volumen (65,2 millones de euros) la inversión realizada en la inmobiliaria Colonial. Caixa Galicia fue una de las entidades acreedoras que se repartieron el 40% de las acciones de su ex presidente, Luis Portillo como pago de la deuda. Se quedó con un 3,35% del capital de la inmobiliaria que en 2008 alcanzó los 8.000 millones de deuda; Caixanova se adjudicó un 1,81%.

Igual que la de Colonial, la mayor parte de las inversiones inmobiliarias de Caixa Galicia se produjeron antes de la quiebra de Lehman Brothers, el 15 de septiembre de 2008, que cerró definitivamente el mercado del crédito. El grueso se produjo en empresas que o bien pertenecen a la Corporación Caixa Galicia o en las que la entidad controla al menos la mitad del capital, como Promociones urbanísticas Hayaplus, Comarexur, Blancacima del Noroeste, Galicat Invest, Landix operaciones urbanísticas, Hayedo de Montesaltos o Vilasot Promociones Inmobiliarias. La mayor parte de estas sociedades fueron absorbidas por CXG grupo inmobiliario, que en enero de 2009 se convirtió en la sociedad de cabecera del negocio inmobiliario de la caja, aunque no es la única. Caixa Galicia defiende sin embargo que siempre ha tenido una división inmobiliaria y que la seguirá teniendo tras la actual crisis.

Las inversiones de Caixanova en el sector del ladrillo fueron considerablemente menores que las de su competidora, diez veces menos. La entidad que dirige Julio Fernández Gayoso destinó 21,7 millones a inversiones inmobiliarias en 2008, una cantidad relativamente baja que la caja atribuye a una decisión estratégica de "diversificar" sus riesgos. La cantidad más elevada se destinó a la ampliación de capital de Sacyr, a lo que la caja destinó 10 millones de euros gracias a los cuales mantiene un 3,50% del accionariado en la constructora.

Otra ampliación de capital, la del Complejo Residencial Marina del Atlántico, absorbió otros 5 millones de euros que permitieron a Caixanova mantener su 50% en la sociedad. Caixanova también invirtió en sus propias empresas de promoción inmobiliaria, como son Financiera Inmobiliaria Proinova (3,1 millones) o Siresa Domus.

Además de las inversiones más o menos afortunadas en el sector de la construcción y la promoción de viviendas, la exposición de las cajas al ahora inestable sector inmobiliario viene determinada también por los créditos concedidos a las empresas del sector para la ejecución de sus proyectos y a los particulares que firmaron una hipoteca. La auditoría que la Xunta encargó para testar la viabilidad de una fusión gallega advierte del riesgo que afrontaría una caja única ante la existencia de una burbuja inmobiliaria autóctona, pero las dos entidades conocen bien ese riesgo.

Martinsa Fadesa protagonizó la mayor suspensión de pagos de la historia de España y aún no ha conseguido un acuerdo que le permita refinanciar su deuda. Caixa Galicia y Caixanova aparecieron pronto en las listas de acreedores de la promotora, aunque el impacto de esta quiebra fue más contundente en la primera, que hizo una provisión de fondos de 78 millones para hacer frente a ella. La deuda sin embargo ascendía a 270 millones de euros, cuatro veces mayor que la de Caixanova (69 millones). La caída de Tremón dejó 47 millones de deuda a la entidad que dirige José Luis Méndez y uno a la presidida por Gayoso, y Colonial 86 y 60 millones, respectivamente. La entidad viguesa prestó otros 20 millones a la constructora tudense Marbar, cuyo propietario desapareció tras cerrar la empresa. Caixanova se quedó además con 290 viviendas construidas por Francisco Hernando, El Pocero en Seseña, en pago a una deuda millonaria.

Fuente:www.laopinioncoruna.es

 
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