En los años de bonanza, los bancos y cajas concedían a casi cualquier cliente una hipoteca por el 100% del valor de la vivienda que pretendía comprar. Y de paso, le ofrecían dinero para hacer un viaje o reformar el piso. Ni han vuelto esos tiempos ni parece que lo vayan a hacer en un futuro próximo.Pero las familias solventes que quieren un techo en propiedad están encontrando en los últimos meses una actitud más receptiva en las entidades. Con restricciones, pero el grifo del crédito ya no está cerrado, como en el punto álgido de la crisis financiera.
El Instituto Nacional de Estadística certificó que en septiembre las hipotecas constituidas sobre vivienda repuntaron como no lo habían hecho en casi dos años. En octubre, último mes del que hay datos, volvieron a caer ligeramente. Expertos como el consejero delegado de la consultora inmobiliaria Irea, Mikel Echavarren, atribuyen este descenso a que, en muchas ocasiones, la estadística refleja compras que se han hecho con mucha antelación.
Un directivo de un banco mediano comentaba recientemente que en noviembre ha concedido tantas hipotecas como en todos los meses anteriores de 2009. Las entidades financieras, inmobiliarias y expertos consultados comparten esta impresión. Echavarren explica esta actitud más amable en las propias necesidades de la banca. "Con el año tan difícil que se le viene encima, el sector necesita mejorar su margen de beneficio prestando más dinero. Y a quien puede prestar con más garantías es a las familias que quieren una casa", asegura. Así se explican campañas comerciales que ahora abundan en las puertas de las sucursales. "Sí, damos hipotecas", dice el BBVA. "Hipotecambias", sugiere Caja España.
Las fuentes consultadas del sector financiero comparten este análisis. Pero matizan que el aumento de las ventas de pisos y de la concesión de hipotecas, que se ha visto principalmente en el último trimestre de 2009, se debe también a que los clientes más solventes se han animado a comprar. "Todavía hay que esperar un poco para ver si los datos de noviembre y diciembre continúan. Por una parte, los que tienen posibilidades reales de comprar estaban a la espera de que los precios cayeran más; y ya se han animado. Y por otra, las restricciones de liquidez en los mercados externos que sufrieron bancos y cajas en la parte más dura de la crisis financiera ya no están tan presentes. No hay que olvidar que, al fin y al cabo, nuestro negocio se basa en prestar dinero", añaden fuentes de las cajas de ahorros. En la mayor demanda también influye que, si el Gobierno cumple su promesa, éste será el último año con desgravación fiscal a la compra de vivienda para rentas altas y medias.
Al otro lado de la chequera, las inmobiliarias reciben como agua de mayo las inyecciones de dinero que tanto necesitan. "Hemos notado la reactivación a partir del último trimestre del año pasado. Las grandes cajas, sobre todo, son las que más están abriendo la mano con los clientes a los que antes se les decía que no por sistema", afirma el responsable de una gran promotora que prefiere permanecer en el anonimato. Pedro Pérez, representante del G-14, el lobby de las grandes promotoras, confirma esta tesis, en clara discrepancia con la banca. Porque mientras los empresarios del ladrillo llevan meses acusando a las entidades de haberse cerrado a cal y canto, éstas lo niegan. "Es verdad que podíamos tardar más tiempo en aprobar las operaciones porque se endurecieron los análisis de riesgo. Pero nunca denegamos un préstamo a los clientes realmente solventes", dice un representante de las cajas.
Los responsables de riesgo de las entidades siguen mirando con lupa las condiciones laborales de los solicitantes. Pero bancos y cajas ofrecen ahora diferenciales más favorables que hace meses. Los clientes que deambulan de sucursal en sucursal a la búsqueda de las condiciones se encuentran ahora con un coeficiente sobre el Euríbor que oscila entre el 0,5% y el 0,75%. En banca por Internet, el diferencial puede bajar al 0,3%.
"Sólo aprobamos operaciones en las que el prestamista tenga un contrato laboral indefinido. Y que tenga dos o tres años de antigüedad en la empresa", asegura la responsable de la sucursal de un banco pequeño en Madrid. "A principios de 2009, nadie solía entrar para preguntar por un préstamo. Y ahora es cuando más gente estoy viendo en los últimos años", añade la misma persona.
El crédito fluye más ahora, pero eso no quiere decir que bancos y cajas se hayan entregado a las alegrías de antaño. Conseguir un préstamo superior al 80% del valor de la hipoteca es ahora una misión casi imposible. Éste es el punto más oscuro de los que buscan una casa. Porque al sumar los gastos inherentes a la compra, resultan necesarios unos ahorros en torno al 30% del valor de tasación. Dado que la caída de precios ha sido moderada, ésta es una cantidad excesiva para muchos bolsillos. Como resume un comprador que ha visitado una veintena de entidades para buscar las condiciones más ventajosas: "Lo que te dan es más caro que antes y muchas veces no te alcanza".
www.elpais.com
El Instituto Nacional de Estadística certificó que en septiembre las hipotecas constituidas sobre vivienda repuntaron como no lo habían hecho en casi dos años. En octubre, último mes del que hay datos, volvieron a caer ligeramente. Expertos como el consejero delegado de la consultora inmobiliaria Irea, Mikel Echavarren, atribuyen este descenso a que, en muchas ocasiones, la estadística refleja compras que se han hecho con mucha antelación.
Un directivo de un banco mediano comentaba recientemente que en noviembre ha concedido tantas hipotecas como en todos los meses anteriores de 2009. Las entidades financieras, inmobiliarias y expertos consultados comparten esta impresión. Echavarren explica esta actitud más amable en las propias necesidades de la banca. "Con el año tan difícil que se le viene encima, el sector necesita mejorar su margen de beneficio prestando más dinero. Y a quien puede prestar con más garantías es a las familias que quieren una casa", asegura. Así se explican campañas comerciales que ahora abundan en las puertas de las sucursales. "Sí, damos hipotecas", dice el BBVA. "Hipotecambias", sugiere Caja España.
Las fuentes consultadas del sector financiero comparten este análisis. Pero matizan que el aumento de las ventas de pisos y de la concesión de hipotecas, que se ha visto principalmente en el último trimestre de 2009, se debe también a que los clientes más solventes se han animado a comprar. "Todavía hay que esperar un poco para ver si los datos de noviembre y diciembre continúan. Por una parte, los que tienen posibilidades reales de comprar estaban a la espera de que los precios cayeran más; y ya se han animado. Y por otra, las restricciones de liquidez en los mercados externos que sufrieron bancos y cajas en la parte más dura de la crisis financiera ya no están tan presentes. No hay que olvidar que, al fin y al cabo, nuestro negocio se basa en prestar dinero", añaden fuentes de las cajas de ahorros. En la mayor demanda también influye que, si el Gobierno cumple su promesa, éste será el último año con desgravación fiscal a la compra de vivienda para rentas altas y medias.
Al otro lado de la chequera, las inmobiliarias reciben como agua de mayo las inyecciones de dinero que tanto necesitan. "Hemos notado la reactivación a partir del último trimestre del año pasado. Las grandes cajas, sobre todo, son las que más están abriendo la mano con los clientes a los que antes se les decía que no por sistema", afirma el responsable de una gran promotora que prefiere permanecer en el anonimato. Pedro Pérez, representante del G-14, el lobby de las grandes promotoras, confirma esta tesis, en clara discrepancia con la banca. Porque mientras los empresarios del ladrillo llevan meses acusando a las entidades de haberse cerrado a cal y canto, éstas lo niegan. "Es verdad que podíamos tardar más tiempo en aprobar las operaciones porque se endurecieron los análisis de riesgo. Pero nunca denegamos un préstamo a los clientes realmente solventes", dice un representante de las cajas.
Los responsables de riesgo de las entidades siguen mirando con lupa las condiciones laborales de los solicitantes. Pero bancos y cajas ofrecen ahora diferenciales más favorables que hace meses. Los clientes que deambulan de sucursal en sucursal a la búsqueda de las condiciones se encuentran ahora con un coeficiente sobre el Euríbor que oscila entre el 0,5% y el 0,75%. En banca por Internet, el diferencial puede bajar al 0,3%.
"Sólo aprobamos operaciones en las que el prestamista tenga un contrato laboral indefinido. Y que tenga dos o tres años de antigüedad en la empresa", asegura la responsable de la sucursal de un banco pequeño en Madrid. "A principios de 2009, nadie solía entrar para preguntar por un préstamo. Y ahora es cuando más gente estoy viendo en los últimos años", añade la misma persona.
El crédito fluye más ahora, pero eso no quiere decir que bancos y cajas se hayan entregado a las alegrías de antaño. Conseguir un préstamo superior al 80% del valor de la hipoteca es ahora una misión casi imposible. Éste es el punto más oscuro de los que buscan una casa. Porque al sumar los gastos inherentes a la compra, resultan necesarios unos ahorros en torno al 30% del valor de tasación. Dado que la caída de precios ha sido moderada, ésta es una cantidad excesiva para muchos bolsillos. Como resume un comprador que ha visitado una veintena de entidades para buscar las condiciones más ventajosas: "Lo que te dan es más caro que antes y muchas veces no te alcanza".
www.elpais.com