El sector de la construcción es cada vez más importante para los ayuntamientos, especialmente para los que confían en el ladrillo buena parte de su capacidad recaudadora. Un buen indicador para medir el auge de este sector en los ayuntamientos es el Impuesto indirecto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), una tasa que los concellos cobran a las empresas constructoras que hacen edificaciones en el término municipal, y que se establece en función del tamaño de la obra. Según los datos de los presupuestos municipales recogidos por el Ministerio de Administraciones Públicas, los concellos gallegos han disparado sus ingresos por este concepto en la última década, con recaudaciones cuatro veces mayores que las de 1998, especialmente en los ayuntamientos de la costa, en las áreas metropolitanas y en las ciudades como A Coruña, cuya recaudación por el ICIO disparó un 354%. Y eso, pese a que la crisis económica y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria supusieron un bajón en los ingresos de muchos concellos en los dos últimos años.
El importe del ICIO suele rondar el 4% del presupuesto total del proyecto, aunque algunos ayuntamientos lo elevan hasta la décima parte del coste de la obra y otros lo reducen al 2% para incentivar la construcción. Además, los alcaldes pueden establecer excepciones o reducciones del impuesto en algunos casos -por ejemplo, no cobrar la tasa a las edificaciones en suelo rústico, para promover la regularización de las viviendas-. Como media, los concellos gallegos presupuestaron en 2008 un 300% más de ingresos (cuatro veces más) que en 1998. En Miño, Sanxenxo, Barreiros, Malpica y Poio el aumento superó el mil por cien -es decir, estos municipios recaudaron diez veces más por este impuesto indirecto- y en Mugardos, Laxe y O Porriño, entre otros concellos, los ingresos municipales procedentes del sector de la construcción se multiplicaron por veinte o más.
En el área metropolitana de A Coruña, el municipio en el que más creció la recaudación del ICIO fue Carral, que en 1998 cobró 210.000 euros a las constructoras que hicieron obras en su término municipal y en 2008, 845.000, cuatro veces más. En el lado contrario, Bergondo y Betanzos fueron de los pocos municipios gallegos en los que cayó la recaudación de este gravamen. En el caso del ayuntamiento de A Coruña, el aumento fue de un 324%, por encima de la media gallega, aunque la ciudad en la que más despuntó el negocio inmobiliario fue Vigo, donde la subida de los ingresos del ICIO fue del 450%, casi seis veces más que lo ingresado en 1998.
En términos absolutos, A Coruña fue el ayuntamiento gallego que más recaudó por el ICIO en 2008: 12,7 millones de euros procedentes de las constructoras y promotoras que hicieron obras en la ciudad. Los siguientes puestos del ranking lo ocupan Vigo, con 10,7 millones, Santiago (6,8 millones), Lugo (4,8 millones) y Sanxenxo, que con apenas 17.000 habitantes ingresó en las arcas municipales 4,4 millones de euros en 2008, más que Ourense, Pontevedra y Ferrol. Ames, O Porriño, Vilagarcía, Narón y Oleiros fueron otros de los municipios de menos de 50.000 habitantes que más engrosaron sus arcas gracias al negocio del ladrillo. En total, 32 de los 315 municipios gallegos recaudaron en 2008 más de un millón de euros del sector inmobiliario, una cifra que hace diez años sólo alcanzaban seis ayuntamientos.
Y a la par que han disparado los ingresos relacionados con la construcción, los ayuntamientos gallegos también han aumentado su dependencia del ladrillo en las cuentas municipales. Como media, la recaudación del ICIO en 2008 supuso el 6% de todo lo que ingresaron los ayuntamientos, el doble del peso que tenía esa partida en los ingresos de 1998. Y en algunas localidades el peso de estas tasas inmobiliarias respecto al total de entradas es muchísimo mayor, de más del 20% en los concellos de Mugardos, O Vicedo, Malpica, O Valadouro, Ponteceso y San Cibrao das Viñas. En el caso de Carral, el 18% de los ingresos municipales dependen de la construcción, el triple que la media.
Fuente: www.laopinioncoruna.es
El importe del ICIO suele rondar el 4% del presupuesto total del proyecto, aunque algunos ayuntamientos lo elevan hasta la décima parte del coste de la obra y otros lo reducen al 2% para incentivar la construcción. Además, los alcaldes pueden establecer excepciones o reducciones del impuesto en algunos casos -por ejemplo, no cobrar la tasa a las edificaciones en suelo rústico, para promover la regularización de las viviendas-. Como media, los concellos gallegos presupuestaron en 2008 un 300% más de ingresos (cuatro veces más) que en 1998. En Miño, Sanxenxo, Barreiros, Malpica y Poio el aumento superó el mil por cien -es decir, estos municipios recaudaron diez veces más por este impuesto indirecto- y en Mugardos, Laxe y O Porriño, entre otros concellos, los ingresos municipales procedentes del sector de la construcción se multiplicaron por veinte o más.
En el área metropolitana de A Coruña, el municipio en el que más creció la recaudación del ICIO fue Carral, que en 1998 cobró 210.000 euros a las constructoras que hicieron obras en su término municipal y en 2008, 845.000, cuatro veces más. En el lado contrario, Bergondo y Betanzos fueron de los pocos municipios gallegos en los que cayó la recaudación de este gravamen. En el caso del ayuntamiento de A Coruña, el aumento fue de un 324%, por encima de la media gallega, aunque la ciudad en la que más despuntó el negocio inmobiliario fue Vigo, donde la subida de los ingresos del ICIO fue del 450%, casi seis veces más que lo ingresado en 1998.
En términos absolutos, A Coruña fue el ayuntamiento gallego que más recaudó por el ICIO en 2008: 12,7 millones de euros procedentes de las constructoras y promotoras que hicieron obras en la ciudad. Los siguientes puestos del ranking lo ocupan Vigo, con 10,7 millones, Santiago (6,8 millones), Lugo (4,8 millones) y Sanxenxo, que con apenas 17.000 habitantes ingresó en las arcas municipales 4,4 millones de euros en 2008, más que Ourense, Pontevedra y Ferrol. Ames, O Porriño, Vilagarcía, Narón y Oleiros fueron otros de los municipios de menos de 50.000 habitantes que más engrosaron sus arcas gracias al negocio del ladrillo. En total, 32 de los 315 municipios gallegos recaudaron en 2008 más de un millón de euros del sector inmobiliario, una cifra que hace diez años sólo alcanzaban seis ayuntamientos.
Y a la par que han disparado los ingresos relacionados con la construcción, los ayuntamientos gallegos también han aumentado su dependencia del ladrillo en las cuentas municipales. Como media, la recaudación del ICIO en 2008 supuso el 6% de todo lo que ingresaron los ayuntamientos, el doble del peso que tenía esa partida en los ingresos de 1998. Y en algunas localidades el peso de estas tasas inmobiliarias respecto al total de entradas es muchísimo mayor, de más del 20% en los concellos de Mugardos, O Vicedo, Malpica, O Valadouro, Ponteceso y San Cibrao das Viñas. En el caso de Carral, el 18% de los ingresos municipales dependen de la construcción, el triple que la media.
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