"Las socimis no sustituyen la compra de un piso, son una inversión complementaria"


Tomó su nombre del arquitecto romano que dejó plasmado por escrito el primer tratado de arquitectura de la historia y, casualidades de la vida, su sede inicial se encontraba situada en la calle del mismo nombre. Hablamos de Vitruvio Real Estate Socimi, una sociedad cotizada de inversión inmobiliaria, que se constituyó en el verano de 2014 y que está a punto de cumplir el segundo aniversario de su debut en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB).

La compañía nació con activos valorados en siete millones de euros y su salto bursátil, en julio de 2016, se produjo con un patrimonio de 56 millones, cifra que a cierre de 2017 se duplicó hasta 107 millones gracias, fundamentalmente, a la integración de Consulnor Patrimonio Inmobiliario (CPI), el vehículo de inversión de la gestora de Banca March, así como por la entrada de la familia Borbón y varias adquisiciones.

Los ingresos por el alquiler de sus 36 activos ascienden a 5,1 millones de euros, aunque se ampliarán hasta más de seis millones con la puesta en el mercado tras su rehabilitación de dos de sus activos estrella: Sagasta 24 (residencial) y Fernández de la Hoz 52 (oficinas).

El Confidencial ha hablado con la persona que lleva las riendas de la compañía, Joaquín López-Chicheri, que el próximo miércoles 30 de mayo participa en '¿Es posible invertir en inmobiliario y no morir en el intento?', un evento organizado por El Confidencial que se celebra en el Espacio Bertelsmann (Madrid) a partir de las 18:00.

PREGUNTA. ¿Cuál es la estrategia de inversión de Vitruvio?

RESPUESTA. Somos un vehículo de inversión patrimonialista. Compramos activos muy bien ubicados, céntricos y en las grandes ciudades. De hecho, prácticamente el 80% de nuestra cartera se concentra en Madrid. Realizamos inversiones a largo plazo, nuestra cartera es diversificada tanto por usos como por inquilinos, y tenemos muy poca deuda, apenas del 25%. No buscamos entrar y salir rápidamente de las operaciones, sino estabilidad en nuestra cartera y en los inquilinos de nuestros edificios. Esta estrategia nos ha permitido estar siempre en beneficios y repartir dividendos todos los ejercicios.

P. ¿En qué niveles de inversión por operación se mueve la sociedad?

R. No somos una de las grandes socimis, jugamos en una liga por debajo. Nuestras inversiones se mueven en un rango entre los seis y los 20 millones de euros, cifras que nos permiten entrar a un mercado con mucha menos competencia, ya que los fondos de inversión internacionales buscan operaciones de un importe muy superior. Tampoco tenemos obligación de invertir. Solamente compramos si las valoraciones son interesantes, de tal manera que si no se puede comprar, esperamos. Podríamos realizar compras más grandes, pero de esta manera podemos tener una cartera diversificada con muchos inquilinos, de tal manera que ninguno de ellos, si decide marcharse, tiene un gran impacto en la cuenta de resultados. El objetivo es tener muchos inquilinos, muchas rentas y muchos dividendos trimestrales.


Sagasta 24.

P. El mercado de las socimis camina hacia la especialización, ¿es algo que se plantean?

R. En un mercado como el español, que no es tan grande, la especialización tiene sentido para aquellos inversores que operan un negocio, son gestores de espacios de oficinas compartidos ['coworking'] o residencias de estudiantes. Pero a quienes tenemos un enfoque patrimonialista, esa especialización no nos interesa, porque implica asumir un riesgo operativo que no es acorde con nuestro perfil conservador. Estamos enfocados en tener una cartera diversificada tanto por usos, ya que tenemos edificios residenciales, locales comerciales, oficinas y naves logísticas, como por inquilinos.

P. ¿Son las socimis una buena opción de inversión para los particulares?

R. Las socimis no vienen a sustituir la compra de un piso por parte de los particulares, son una inversión complementaria. La compra de un piso tiene un componente emocional, dejar un legado a un hijo, que no va a sustituir una socimi, pero invertir en este tipo de vehículos sí va a permitir completar el ahorro de ese particular. Vitruvio ofrece una cartera muy diversificada, que solo podría tener un patrimonialista, además de un dividendo recurrente. Desde que Vitruvio nació, siempre hemos dado dividendos y obtenido beneficios. No obstante, desde el punto de vista financiero, sí es mejor invertir en una socimi diversificada que comprar un piso, puesto que comporta menor riesgo. Además, al ser una sociedad pequeña, nuestra cartera de inmuebles es muy sencilla de entender, lo que nos permite acceder a cualquier potencial inversor, incluso a aquellos que no son especialistas en el inmobiliario.

P. Llama la atención que Vitruvio no tiene un accionista de referencia...

R. No hay ningún grupo de control detrás de la sociedad. Hay casi 300 accionistas y el que más porcentaje tiene apenas supera el 5%, lo que da estabilidad a la compañía, al no verse afectada por los posibles cambios accionariales. El perfil de nuestros inversores es gente que quiere invertir a largo plazo en una cartera diversificada que genere rentas de manera estable y con un dividendo recurrente, no un inversor que quiere especular, porque no es la filosofía ni la estrategia de Vitruvio.

P. ¿Qué operación fue su estreno en el mercado inmobiliario?

R. Fue un edificio residencial ubicado en Ayala 101. El inmueble contaba con 30 inquilinos y cuatro locales comerciales. Fue nuestra primera compra, en la que también buscábamos tener una cartera de inquilinos diversificada. A esta operación siguieron la compra de oficinas, locales comerciales y activos logísticos.

P. ¿Qué activos destacaría sobre los demás?

R. Los más destacados, ahora mismo, son Sagasta 24, un edificio con uso mixto residencial y comercial, así como Fernández de la Hoz 52, un edificio de oficinas. Ambos saldrán al mercado en alquiler antes del verano, tras haber sido sometidos a un gran proceso de rehabilitación. Entre ambos, suponen un 25% de la cartera de Vitruvio y permitirán que los ingresos de la compañía se incrementen por encima de los seis millones de euros, lo que globalmente supondría una rentabilidad de la cartera de inmuebles en el entorno del 5% al año.

'¿Es posible invertir en inmobiliario y no morir en el intento?' estará presentado y moderado por Alberto Artero, director general de El Confidencial. En caso de estar interesado en asistir a esta cita de referencia del sector inmobiliario, no dude en registrarse a través del siguiente formulario.




 
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