De las viviendas grandes de antaño, con muchas habitaciones, pensadas para acoger a familias numerosas, se ha pasado a casas de tamaño reducido para satisfacer la demanda del cada vez mayor número de singles;
del gotelé que en los 80 vestía las paredes a las superficies cada vez más lisas de hoy; o la sustitución de muebles de madera maciza que ocupaban gran parte del salón por estructuras livianas para espacios cada vez más diáfanos. Coincidiendo con el número 1.000 de SU VIVIENDA, así han evolucionado el interiorismo y la decoración en España en estas últimas dos décadas.
del gotelé que en los 80 vestía las paredes a las superficies cada vez más lisas de hoy; o la sustitución de muebles de madera maciza que ocupaban gran parte del salón por estructuras livianas para espacios cada vez más diáfanos. Coincidiendo con el número 1.000 de SU VIVIENDA, así han evolucionado el interiorismo y la decoración en España en estas últimas dos décadas.
Dejando a un lado cuestiones de estilo, los cambios en la estructura familiar han influido en la forma actual de las casas. Según el último Censo de Población y Vivienda de 2011, informe que el Instituto Nacional de Estadística elabora cada 10 años y en el que relaciona las características de los ciudadanos españoles con las de las viviendas que ocupan, el tipo de familia más común en 1991 era el de una pareja con dos hijos (2.679.982 casos). Veinte años después, el grupo más numeroso es el de las parejas sin hijos, seguido de parejas con un solo hijo. Además, el número de familias numerosas [tres hijos o más] no ha parado de descender desde 1991. En la actualidad, hay más hogares monoparentales con dos hijos que los formados por familias con cuatro vástagos. Asimismo, lejos quedaron los tiempos en los que los ciudadanos se compraban una casa para toda la vida. La vivienda que necesita una pareja joven no es la misma que para un matrimonio con hijos o aquel en el que los retoños han abandonado el nido. Según el informe de julio de 2017 Visión de los españoles sobre el mercado de la vivienda de Fotocasa, el 30% de los ciudadanos es partidario de alquilar una vivienda frente al 37% que prefiere comprarla. Por segmentos de población, el primer grupo corresponde a ciudadanos de entre 18 y 24 años, mientras que el segundo abarca personas con una media de 48 años.
Nuevos tipos de viviendas
Estos cambios en los prototipos de familia han afectado a la estructura de las viviendas. Según un estudio de la consultora Knight Frank de 2016, si durante los últimos años el tipo de casa más demandada era la de tres dormitorios o más, el aumento de hogares con menos miembros se está traduciendo en un mayor número de viviendas de dos o menos habitaciones. Además, éstas son más pequeñas porque los hermanos han dejado de compartir cuarto. Los padres prefieren reducir el tamaño de las habitaciones para que cada hijo pueda explorar su individualidad. Unos metros que gana el salón, en la actualidad el espacio social por excelencia.
En este sentido, Iria del Bosque, diseñadora de interiores y docente del título superior de Diseño de Interiores del IED habla de la importancia de la flexibilidad. "Las viviendas han dejado de estandarizarse. Deben presentarse en varios formatos para poder adaptarse a los distintos tipos de familias que pueden vivir en ella". Ya sea un single, una pareja o una familia con hijos. Asimismo, a diferencia del siglo pasado, los ciudadanos del XXI tienen muy claro que estética y funcionalidad van de la mano. Han dejado de existir espacios reservados solo a las visitas o los momentos especiales. "Las estancias se conciben para ser vividas todos los días", continúa.
El nuevo milenio también trajo consigo espacios cada vez más abiertos y versátiles. "Esto es debido a que antes el ocio se practicaba en la calle", cuenta Del Bosque. "Ahora, las viviendas, principalmente el salón, se han convertido en sí mismas en un espacio de ocio". ¿Quién no ha terminado una fiesta en casa en la cocina? De ahí la moda de las cocinas abiertas, como una forma de ampliar el lugar de reunión. Mientras, la intimidad queda reservada a dormitorios y baños.
Por su parte, Cristina Llibre, country manager de Houzz España, añade: "La cocina ha dejado de ser un espacio operativo para convertirse en un espacio social". Por ello, casi el 50% de los usuarios de este portal online, líder en arquitectura, diseño de interiores, decoración y paisajismo, decidió integrarla con el salón. "La última tendencia, siempre que es posible, pasa por abrir la cocina al jardín [37%]", prosigue.
Según un informe de esta plataforma, el gasto medio que los usuarios invierten en la reforma de la cocina asciende a 7.900 euros, siendo el estilo moderno el más demandando (37%), seguido del contemporáneo (21%) y el nórdico (13%). Entre las prioridades de los que se lanzan a su reforma están sacar un mayor partido a los espacios y la renovación de la encimera. En este sentido, el cuarzo, la gran variedad de colores en los que se presenta y su garantía de higiene, continúa siendo el material estrella. Asimismo, el 75% de los usuarios que realiza obras en su cocina apuesta por la incorporación de electrodomésticos high tech, como pantallas táctiles.
Mientras, el culto al cuerpo y a la belleza ha propiciado un aumento del tamaño del baño. "Se está convirtiendo, cada vez más, en nuestro pequeño spa", dice Silvia Arenas, directora creativa de Westwing España. Precisamente, el baño es la estancia de la vivienda donde se lleva a cabo una de las reformas más demandadas en la actualidad: el cambio de la bañera por un plato de ducha. Asimismo, ha aumentado la tendencia de poner un lavabo doble: el 23% de los propietarios que reformó su baño en 2017 eligió esta opción por delante de un único seno, y se han agrandado los espejos. Además, gracias a los nuevos tratamientos antihumedad, cada vez más personas apuesta por encimeras de madera para esta estancia. La inversión media que los usuarios de Houzz dedicaron a reformar esta parte de la vivienda asciende a 3.900 euros.
Democratización del diseño
Por un lado, si la decoración actual dista mucho de la del siglo pasado es debido en gran parte al nacimiento de Ikea. Fuera gotelés y estanterías llenas de figuritas. Fue en 1943 cuando Ingvar Kampard fundó esta empresa de venta de artículos por correo. En 1996, ya como multinacional, abrió en Badalona (Barcelona) su primera tienda en la Península Ibérica. Setenta y cinco años después de su nacimiento, puede decirse que el gigante sueco es el responsable de haber democratizado el diseño de interiores y cambiado la forma de entender la decoración. En la actualidad, sus muebles están presentes en miles de hogares de 39 países del mundo. Solo en 2016, vendieron más de 9 millones de mesas auxiliares Lack, uno de sus productos estrella.
"Antes de Ikea sólo unos pocos podían aspirar a los muebles de diseño", apunta Del Bosque. Además, su precio asequible ha permitido al ciudadano poder renovar más fácilmente su casa en función de sus preferencias. "Ha propiciado que los hogares se conviertan en un espacio en continua evolución que se adapta a las necesidades y el crecimiento de sus usuarios", añade.
Otra de las tendencias surgidas con el nuevo siglo, herencia del mundo de la moda, es la aparición en interiorismo de diseños de temporada. Firmas tradicionales de ropa, como Zara, H&M y Primark, presentan cada Primavera/Verano y Otoño/Invierno sus colecciones home. Con ellas, es posible renovar las fundas de los cojines, cambiar las cortinas o añadir algún adorno decorativo a nuestro hogar y que parezca que hemos modificado el interiorismo por completo. Igual que en el armario, "las colecciones de temporada son una forma de actualizar la decoración de nuestra casa", dice Del Bosque.
En lo que a decoración se refiere, la entrada en el siglo XX puede dividirse en dos etapas. Por un lado, los momentos previos a la crisis económica y la propia recesión se tradujeron en una supremacía del estilo escandinavo. Paredes blancas, muebles de líneas sencillas, uso de madera natural y colores pastel... Ni se podía ni se quería aparentar. Poco a poco, España está amoldándose a una tendencia de crecimiento y recuperación económica que se traduce en "una vuelta a la decoración sofisticada y los ambiente maximalistas", señala Arenas. Materiales ricos como terciopelos, dorados, mármoles y flecos se convierten en toda una declaración de principios: "El objetivo es crear el concepto de casa-espectáculo, lista para ser subida a Instagram", añade.
Por estancias, el salón es la habitación en la que más se esmeran los españoles en materia de interiorismo. La última tendencia es que no hay reglas. "Hoy no se decora siguiendo un solo estilo, sino que se mezclan varios para adaptar la casa al gusto y personalidad de cada uno", afirma Arenas. Pufs en todas sus versiones, biombos, espejos (sobre todo geométricos) y sofás en forma de riñón son algunas de las piezas de moda.
Sostenibilidad
Por otro lado, el final del siglo XX y comienzo de XXI coincidió con una amenaza real: el cambio climático. Esto dio lugar a la aparición de una nueva filosofía que propugna el consumo sostenible. En interiorismo se conoce como slow deco. "El diseño de mobiliario tiende cada vez más al uso de materiales sostenibles, reciclados y/o reciclables", prosigue Del Bosque.
Se trata de cambiar el hábito de usar y tirar por un consumo responsable de productos, realizados según criterios sostenibles y por personas con unas condiciones de trabajo justas. Según Quiero, consultora especializada en integrar negocio y sostenibilidad, el 55% de la población española está muy sensibilizada con este tema. "Se busca, cada vez más, a la utilización de materiales naturales como pueden ser la madera, la piedra o las fibras", continúa la interiorista.
De esta forma, los muebles han dejado de ser enormes piezas macizas de madera tratada con químicos. En su lugar, los ciudadanos prefieren piezas más livianas, fabricadas con maderas con certificados ecológicos y de acabado natural; las telas que dan forma a cortinas, sábanas y toallas se confeccionan con materiales orgánicos; y hasta el menaje se produce sin revestimientos tóxicos. "Por ejemplo, antes solo se empleaba terrazo en pavimentos y revestimientos. Ahora, es el material de moda también en mesas, lámparas y jarrones", apunta Del Bosque. Asimismo, el reciclaje y el trabajo do it yourself son otras de las señas de identidad de la casa bio. Todo ello con el fin de conseguir un hogar de 10.