La nueva guerra crediticia que han emprendido desde hace semanas la mayoría de entidades financieras se ha convertido en el nuevo motor de las compraventas, tras unos últimos años en que este grifo ha estado casi cerrado. No obstante, el ritmo de firma de nuevas hipotecas para la compra de vivienda está lejos aún de los niveles de la burbuja y ni siquiera llegan a la mitad que antes de la crisis. En concreto, fueron 29.778 en enero frente a las 71.908 de diciembre de 2007.
Sí se ven, no obstante, señales de que la banca ha abierto más la mano. Así, en el inicio de 2018 creció un 7,9% en tasa interanual el importe medio de las hipotecas constituidas para financiar una casa hasta 121.954 euros. También aumentó un 9,2% el número de préstamos concedidos (un 44% más si se compara con diciembre, el mejor comienzo anual en el último lustro), por un importe total de 3.631 millones (un 51,9% más que a finales de 2017).
Del total de créditos contratados (41.831), prácticamente seis de cada diez (59,8%) fueron para una vivienda. A ello ha contribuido también el descenso en el tipo de interés medio de las hipotecas, que terminó enero en el 2,68%, lo que supone una rebaja del 14% respecto a enero de 2017. El plazo medio de los préstamos subió también a 24 años, mientras que el tipo fijo mantiene su pujanza: casi cuatro de cada diez se suscribieron así (37,2%), aunque la mayoría (62,8%) todavía se vinculan a una referencia variable.
Sin embargo, los analistas de los portales inmobiliarios advierten de un probable giro alcista en los intereses a medio plazo por el cambio ya descontado en la política del BCE.
Fuente: http://www.finanzas.com/