La comercialización de las hipotecas a tipo fijo se impone a medida que transcurren los meses, ante el temor de muchos ciudadanos a que el euríbor inicie una escalada alcista, pero algunas de las entidades financieras que las ofrecen han aprovechado esta coyuntura para hacerlo con tipos cada vez más elevados. Hasta el pasado mes de noviembre, el coste financiero de los préstamos constituidos sobre los diferentes tipos de fincas (viviendas, locales y solares) se incrementó un 12,7% con respecto al mismo mes del año anterior, según el INE.
Las corporaciones han aprovechado la popularidad que tiene esta modalidad hipotecaria, en la que se abona la misma cuota durante toda la vida de la hipoteca o al menos durante buena parte de la misma, para incrementar los intereses que se aplican, aunque no hay ninguna señal de que el Banco Central Europeo (BCE) vaya a cambiar su política monetaria. Es más, el organismo presidido por Mario Draghi llevará a cabo una subida de tipos, muy gradual, solo a partir de 2019.
El tipo medio al que se ofrecen estas hipotecas se encuentra en el 3,6%, aunque en el caso de la financiación exclusiva para viviendas se sitúa por encima del 3,1%. Se trata de unas referencias muy superiores a las que se pueden comparar con las de tipo variable, cuyo coste medio es de un 2,4% y un 2,5% respectivamente. En este último caso, es el coste mínimo que previsiblemente tendrán que soportar los hogares, al encontrarse el euríbor en negativo -este martes cerró en el -0,18%-, y por tanto, los suelos en el 0%. La pregunta es hasta cuándo seguirá en ese estado, y cuánto tiempo tardará en llegar a referencias de entre el 2% o el 3%.
De hecho, los intereses que se aplican a las hipotecas variables siguen descendiendo y lo hacen de forma pronunciada como consecuencia de que el índice interbancario no tiene visos de subir, y por la competencia que existe entre la banca. En el último año, su coste financiero medio ha descendido un 17,1% con respecto al ejercicio anterior.
Quienes se hipotecan en estos momentos están pagando un interés medio inicial del 2,71% en sus préstamos (al relacionar fijos y variables), apenas una décima más de la registrada en octubre de 2017, al anterior dato del INE más actualizado. Son tipos en mínimos, aunque todavía superiores a los que pagan quienes ya estaban hipotecados desde años anteriores. El coste de esos préstamos se encuentra aún en el entorno del 1,9%, también una referencia histórica por su bajo nivel.
La opción de las hipotecas a tipo fijo sigue ganando adeptos al representar un tercio del conjunto de préstamos que se firman cada mes. En noviembre, esa referencia fue del 34% frente al 66% que siguen formalizándose a intereses variables. El cambio es sustancial con respecto a cómo se movía el mercado hipotecario hace dos años, cuando los créditos a tipo fijo apenas representaban una décima parte del total.
Unos 122.700 euros a 24 año
La estadística hipotecaria también refleja otros cambios que se están produciendo en el mercado inmobiliario, con una tendencia que se consolida con el paso del tiempo: más dinero y a más plazo, como antaño. Por ejemplo, sigue aumentando el importe que se solicita por parte de los clientes bancarios para hipotecarse, cuya cuantía asciende ya a 122.703 euros, casi un 11% más que un año antes. El mínimo que se llegó a solicitar fue, en medio de la crisis, a mediados de 2013, con una necesidad que apenas alcanzaba los 94.000 euros por operación, fruto de la devaluación de la vivienda. Además, el plazo medio para financiar inmuebles también ha vuelto a subir y ya supera los 24 años, después de haber caído hasta los 19 años en el peor tramo de la última recesión.