Una década después de la burbuja, el mercado inmobiliario en España vuelve a 'calentarse'


La inversión en centros comerciales, almacenes y oficinas alcanzará este año el nivel más alto desde 2007, justo antes de que el estallido de una burbuja inmobiliaria hundiera a la economía española en la peor depresión desde que en España se impuso la democracia.

Los bancos están despejando el camino para la recuperación, superan a sus competidores de la Eurozona en lo que se refiere al ritmo de limpieza de sus balances. Los bancos españoles se están deshaciendo de activos embargados a la par que atraen compradores extranjeros con grandes descuentos. Y como la economía de España ahora supera al resto del continente, 2018 será tan fuerte para la inversión inmobiliaria comercial como 2017, según Savills.
Un mercado más barato

"Básicamente es el año en que todas las piezas encajan en su lugar", asegura Ismael Clemente, fundador y presidente ejecutivo de MERLIN Properties, con sede en Madrid. "A la economía española le está yendo bien, sus bancos están sanos, existe un marco legal favorable para los inversores y la propiedad sigue siendo barata en comparación con otras ciudades europeas".

Por ahora, la situación está muy lejos de 2008, cuando los inversores no podían deshacerse de los inmuebles españoles lo suficientemente rápido. La recuperación comenzó cuatro años más tarde con el rescate del sistema bancario de 41.000 millones de euros, y está cobrando impulso a medida que las entidades crediticias descuentan y eliminan activos inmobiliarios tóxicos.

"Cuando estalló la crisis financiera mundial, los teléfonos, literalmente, dejaron de sonar de la noche a la mañana y se mantuvieron en silencio hasta 2012, cuando llegó el rescate bancario español", asegura Fernando Rodríguez de Acuña Martínez, director de la consultora madrileña sobre inmuebles de Acuña & Asociados. "Los volúmenes de inversión de hoy son el resultado de ese rescate, que ha permitido a las entidades crediticias reducir los préstamos y activos inmobiliarios a un precio que los inversores pueden pagar".
Una limpieza de calado

El segundo banco más grande de España, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), acordó el mes pasado vender los activos inmobiliarios de ejecución hipotecaria, con un valor bruto en libros de 13.000 millones de euros, a Cerberus Capital Management.

En agosto, Blackstone pagó cerca de 5.000 millones de euros por el 51% de los activos inmobiliarios de Banco Popular, que tenían un valor nominal de alrededor de 30.000 millones de euros.

Esos dos acuerdos representan la mayor parte de las ventas de deuda inmobiliaria de difícil recuperación de este año, las cuales alcanzaron un récord de 48.200 millones de euros, según la consultora Evercore Partners International. La cifra supera la de los cuatro años precedentes juntos.

"El año 2017 se ha visto una transferencia significativa de activos inmobiliarios y préstamos de bancos a fondos de inversión", coemnta David Finkel, director general de Talus Real Estate, que se instaló en Madrid en 2013 para invertir en propiedades españolas. "Espero que la tendencia continúe y los volúmenes de transacciones en 2018 y más adelante crezcan aún más, a medida que los compradores de estas grandes carteras vendan a precios superiores".

Un poco más de dos tercios del dinero desembolsado este año proviene de compradores extranjeros, mientras que los activos minoristas son la inversión más popular, seguidos de hoteles y oficinas, según datos de Savills. Los centros comerciales españoles ofrecen a los propietarios un rendimiento del 4,25%, en comparación con el 3,75% en Berlín, Fráncfort y París, según la compañía inmobiliaria Knight Frank.

La economía también está ayudando a impulsar los acuerdos, con España que crecerá un 3,1% este año y un 2,5% en 2018. Eso supera a las principales naciones de la zona del euro y muestra que incluso las turbulencias políticas provocadas por la crisis secesionista, están siendo superadas por el impulso de la economía.

El desempleo está en mínimos de nueve años y la ambición del primer ministro Mariano Rajoy por alcanzar los 20 millones de españoles trabajando para 2020 están ayudando a la confianza del consumidor y del negocio y traduciéndose en alquileres más altos para propiedades comerciales y de oficinas, explica Luis Espadas, jefe de mercados de capitales en Savills en Madrid.

"Los alquileres están subiendo y también la ocupación, y eso es lo que está motivando a los inversores", asegura Espadas. "Pueden ver que todavía hay mucho potencial".


Fuente: http://www.eleconomista.es/
 
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