Cuando estalló la crisis inmobiliaria, expertos y empresas constructoras quisieron ver en la rehabilitación el nicho de negocio que relevaría a la nueva promoción como motor de crecimiento. Desde el Gobierno central llegó incluso a legislarse de modo que fuese más sencillo poner en marcha planes de renovación urbana de barrios enteros. Sin embargo, más de cuatro años después de las modificaciones llevadas a cabo, la recuperación es ya un hecho en el mercado de la vivienda y la rehabilitación sigue sin encontrar su hueco.
De todo ello debaten hasta el próximo día 24 distintos expertos en la IV edición de la Semana de la Rehabilitación, organizada por el Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de la Edificación (Caateeb) de Barcelona. El presidente de este colegio profesional, Jordi Gosalves, recuerda a CincoDías que desde esta institución “venimos creyendo en la rehabilitación desde hace muchos años, en los buenos tiempos y en los malos”. Considera que, aunque el sector parece haber salido de la crisis y ya es noticia que se inicien cada vez más promociones, “la obra nueva está muy concentrada en determinados lugares y, por ello, es bueno que vuelva a hablarse de la rehabilitación como actividad refugio”.
Este convencido defensor de que las ciudades no pueden seguir creciendo eternamente de forma horizontal consumiendo más suelo reconoce que aún existen muchas trabas legislativas para que la rehabilitación sea atractiva al promotor.
“La normativa continúa constituyendo una de las principales trabas para que se pongan en marcha más proyectos de renovación tanto a nivel de comunidades de propietarios como planes de rehabilitación de grandes áreas urbanas”, argumenta. En este sentido, Gosalves admite que las Administraciones públicas entienden la necesidad de poner las herramientas regulatorias necesarias para hacer atractiva la rehabilitación a los promotores, pero a la hora de pasar a la acción son lentas y carecen de recursos suficientes.
Medidas propuestas
No obstante, estima que no todo se resolvería simplemente invirtiendo más dinero. Así, los aparejadores han propuesto a las autoridades de la Generalitat de Cataluña exhibir en los edificios que superen la inspección técnica una placa que así lo acredite, como ya ocurre con las pegatinas que deben mostrar los coches como prueba de haber superado la ITV. “Con esta acción tan sencilla, estamos convencidos de que se podría generar una conciencia social que ahora no existe. Lo mismo hemos planteado con el certificado energético”, asegura el presidente de los aparejadores de Barcelona.
De esta manera, creen que todo sería mucho más transparente y unos edificios competirían con otros por no quedarse al margen de cumplir con los parámetros de seguridad, confortabilidad y eficiencia energética.
Junto con la falta de conciencia social sobre lo importante que es mantener el patrimonio inmobiliario, el acceso a la financiación es otra de las asignaturas pendientes en el fomento de la rehabilitación.
“Estamos a la espera de que se concreten las nuevas fórmulas que negocia el Gobierno con la banca. Pero, además, creemos que hay otras posibilidades, como la colaboración público-privada, por la que las empresas pueden participar de forma activa como ocurre en otros países y obtener cuantiosos réditos”, argumentan desde el colegio de aparejadores.
Aunque las rentabilidades del pasado es probable que no vuelvan, estos profesionales defienden que rehabilitar puede llegar a dar tantos beneficios como la promoción de obra nueva. Mientras llegan los cambios normativos y los nuevos créditos que reclama el sector, lo cierto es que las cifras oficiales que publica el Ministerio de Fomento demuestran que los visados para rehabilitación y reforma de casas y edificios continúan sin repuntar. En 2016, el inicio de proyectos de reforma de edificios apenas creció un 1,05%, mientras los relativos a viviendas lo hicieron un 2,67%. Las cifras de este año, disponibles hasta julio, no hacen ser mucho más optimistas.
OTROS TEMAS DE RELEVANCIA
Cultura a favor del mantenimiento. Los expertos en rehabilitación coinciden en que todavía hay mucho por hacer en el fomento de la cultura del mantenimiento. La sociedad no es consciente de los ahorros energéticos que puede obtener si lleva a cabo una correcta conservación de su casa y del edificio donde esta se ubica.
Protección contra incendios. La elección de los materiales adecuados para promover la protección pasiva contra incendios es otra de las cuestiones que fueron debatidas por los expertos. El debate abordó lo sucedido el pasado mes de junio en Londres, en el incendio de la torre Grenfell, donde murieron 80 personas en un inmueble que ya había sido rehabilitado.
Eficiencia energética. A pesar de que se están llevando a cabo ejemplos de buenas prácticas en materia de rehabilitación energética de edificios, los asistentes a las jornadas celebradas en Barcelona subrayaron la escasa pedagogía que han llevado a cabo las Administraciones públicas al respecto. Así, cuando se implantó la obligatoriedad de que todas las viviendas que se vendieran o alquilaran dispusieran de certificado energético, no se explicó a la ciudadanía las ventajas de contar con una mejor calificación. “El ciudadano solo percibió que era un coste más que debía asumir y nadie le explicó las ventajas, el tiempo que tardaría en amortizar el gasto y los ahorros que obtendría”, coincidieron los aparejadores.
Fuente: http://www.cincodias.com/