La recuperación del sector inmobiliario en España se percibe en todos los ámbitos del mercado, también en el de las grandes operaciones corporativas. La opa que la inmobiliaria catalana Colonial (ahora con sede social en Madrid) anunció ayer para hacerse con el control del 100% de Axiare Patrimonio, socimi especializada en el alquiler de oficinas en la capital, a un precio de 18,5 euros por acción, es una muestra de que el músculo ha vuelto claramente al sector. La oferta, que supone valorar Axiare en 1.462 millones de euros, otorga una prima del 13% sobre el último precio de las acciones antes del lanzamiento de la OPA, 16,36 euros. La inmobiliaria catalana prevé lanzar una emisión de bonos por 800 millones de euros para financiar la operación, así como la venta de activos no estratégicos por 300 millones de euros y un aumento de capital por otros 450 millones.
Colonial aspira así a convertirse en la primera compañía propietaria de oficinas en España y en una de las primeras de Europa, con una cartera de 9.764 millones de euros, con la que se acerca a la primera operadora de España, Merlin Properties. El nuevo gigante del ladrillo generará una cartera de 1,7 millones de metros cuadrados de oficinas, capaces de arrojar una facturación total de 350 millones.
La adquisición de Axiare se produce en un entorno de tipos de interés bajos y en un año marcado por operaciones como la compra de la consultora inmobiliaria Aguirre Newman por parte de la británica Savills y el salto a bolsa de promotoras como Neinor Homes y Aedas. Todo ello constituye una muestra del potencial que ofrece el sector en España, así como del enorme atractivo que tiene para la inversión. La concentración de capital durante los primeros nueve meses del año en el sector alcanzó los 9.600 millones de euros, casi un 48% más en términos interanuales. Y aunque la aportación del ladrillo a la economía equivale todavía a la mitad de lo que representaba antes de la crisis, la recuperación es notable. Se trata de una buena noticia que debe combinarse con una dosis de prudencia elemental: la de recordar las duras lecciones aprendidas por el sector en el pasado y utilizarlas para afrontar el futuro de forma ordenada y sostenible.