Es difícil sacar la bola de cristal e intentar anticipar cómo será la normalización de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). Su programa de expansión monetaria en teoría tiene fecha de caducidad: el próximo diciembre, pero todo apunta a que el BCE lo prorrogará con unas ligeras modificaciones. El euríbor, el índice al que se referencian la mayoría de las hipotecas, está descontando estas acciones y sigue marcando mínimos diarios sucesivamente. De hecho, en lo que llevamos de mes, la tasa diaria del euríbor se sitúa en el -0,176% frente al -0,168% que cerró septiembre. La tasa diaria ya perfora el -0,18%.
Así, según diversas fuentes, el BCE está ultimando un recorte de su programa de compra de deuda. Se prevé que el anuncio se produzca en la próxima reunión del consejo de gobierno del organismo, el próximo 26 de octubre, y este viernes se han comenzado a filtrar las medidas que contempla el organismo. De esta manera, el BCE no daría un carpetazo rotundo a la barra libre de liquidez con la que está regando la eurozona y que ha posibilitado la recuperación económica sino que se produciría una reducción de las compras de bonos, que comenzará en enero y podría pasar porque las adquisiciones bajen de 60.000 millones de euros al mes a 30.000 millones. A cambio, el programa, que oficialmente iba a acabar al cierre de este año, se extendería nueve meses y se dejaría abierto prolongarlo aún más o aumentar su cuantía si es necesario para acercar la inflación al objetivo oficial de que esté cerca pero por debajo del 2%, que en el mes de septiembre se cerró en el 1,5%. Esta prórroga sería la segunda después de haberlo hecho en marzo de este año.
Pero no solo la incertidumbre será la culpable de esta nueva prorroga del QE. El presidente del BCE, Mario Draghi, no se cansa de repetir que todavía hay ciertos riesgos que pueden amenazar la recuperación y que son de carácter geopolítico. Recordamos que la victoria de Donald Trump, el 'Brexit', cuya negociación sigue estancada, y la crisis reciente de Cataluña son algunos de ellos.
Todo esto hace que Draghi sea extraordinariamente prudente en sus actuaciones y, si bien, a principios de año los expertos creían que en la primera mitad de 2018 o como muy tarde a finales del próximo año sería el momento idóneo para acometer las primeras subidas de los tipos oficiales de interés todo parece indicar que se retrasará a mediados de 2019.
Así, Draghi dijo que el BCE mantendrá los tipos de interés en el suelo -están en el 0% desde hace año y medio- mucho más allá del fin del programa de compra de bonos de la entidad. Lo que podría situar la primera subida de tipos a mediados de 2019. De momento, el euríbor se prepara para situar su cotización mensual en el -0,18% y que supondría alcanzar el diferencial de las hipotecas más baratas concedidas durante el 'boom inmobiliario' como es la de Deutsche Bank: un 0,18%. De hecho, con estas hipotecas el banco ya no gana dinero porque los intereses que tienen que devolver los hipotecados es cero, aunque el índice habría que seguir cayendo más para que el banco tuviera que devolverles dinero.
¿Hasta dónde podrá caer?
Esta decisión del BCE del prorrogar el QE en 2018 y que podría anunciarse en la próxima reunión de finales de octubre provocará que el euríbor siga cayendo. A finales de año no sería de extrañar que se situara entorno al -0,20%--0,30% para moverse en una horquilla de ese nivel todo 2018. En 2019 si finalmente el BCE comienza a subir tipos alcanzaría el 0%, un nivel todavía bajo y que no alteraría las finanzas de los hipotecados.