Los promotores advierten de que faltan trabajadores para la construcción de viviendas


Hay mucha más construcción de viviendas que mano de obra. Y eso genera tensiones”, así de contundente se muestra Juan Velayos, consejero delegado de la inmobiliaria cotizada Neinor Homes. “Para nosotros no hay un problema de costes, porque hacemos contratos de llave en mano con las constructoras (con precio cerrado), pero nos preocupan más los plazos”, añade.

Este es un caso particular que se está generalizando en la obra residencial debido a la recuperación del sector tras años de parón. El número de viviendas iniciadas para este año puede duplicarse o incluso triplicarse respecto al mínimo de 30.000 casas y el objetivo es alcanzar en los próximos años una velocidad de crucero de entre 125.000 y 150.000 viviendas anuales. Lejos quedan las más de 800.000 unidades que se llegaron a tocar en el pasado boom.

“Mucha gente que vivió los años de bonanza se ha jubilado o se ha cambiado a otros sectores. Falta gente joven que quiera ir a la obra, porque en este sector la experiencia y la formación sobre un oficio se obtiene en la obra”, explica Ana Hernández, presidenta de la comisión de formación de la patronal de promotores madrileña Asprima. La Encuesta de Población Activa (EPA) recoge que en el primer trimestre de 2008, cuando terminaba el anterior ciclo alcista, 1.470.000 personas trabajaban en la edificación residencial, frente a los 435.800 profesionales de la última oleada, del segundo trimestre de 2017. Toda la construcción llegó a contar con más de 2,4 millones de afiliados, que se han reducido a los 1,06 millones actuales. “A los jóvenes no les interesa ir a la obra. Los salarios oscilan de 1.000 a 1.500 euros, muy lejos de los 3.000 o 4.000 euros que ganaba un albañil antes. Prefieren no pasar frío o calor. La obra es dura. Creo también que es una cuestión familiar y me pregunto si hay padres que les parece estupendo que sus hijos sean ninis”, añade la responsable de la patronal.

La mayor parte de las promotoras contratan a una constructora para realizar la obra, que a su vez, subcontrata a empresas o cuadrillas para los distintos oficios. Son estas constructoras las que se están enfrentando con el problema de encontrar trabajadores para la obra.

“Faltan profesionales para muchos oficios. Esto genera tensiones y retrasos. Hay muchas más obras que equipos. Nosotros utilizamos subcontratas de otras provincias para cubrir la escasez en Madrid y Barcelona”, reconoce Carlos García Velasco, director general de Inbisa Construcción. Y pone ejemplos de esos gremios con carencias: caravisteros, encofradores, ferralleros, soladores, alicatadores, operarios de pladur, pintores, soldadores, fontaneros, electricistas, cerrajeros... “Es real que las cuadrillas te dejan tirado y se van a la obra de enfrente si les pagan más”.

“De un día para otro se van de la obra”, confirma Teresa Minondo, directora de personas y organización del grupo navarro ACR. Pero apunta otro de los problemas: “Los salarios empiezan a crecer considerablemente. Hay empleos para los que han subido un 50% y un 60% en los últimos 12 meses”. Minondo también añade escasez de profesionales en los jefes de grupo (arquitectos y aparejadores), jefes de obra y encargados (que dirigen a los distintos gremios in situ). “Empieza a haber retrasos por esto”, coincide. “Hay un gap de profesionales porque durante 10 años nadie se ha formado. No hay ladrilleros, no hay yeseros. Las cuadrillas saltan de una promoción a otra porque les pagan más”, opina Ignacio Moreno, director general de Inmoglaciar, que prevé entregar 1.100 viviendas en 2018.

La responsable de Asprima ve la solución en la formación de los jóvenes, una inmigración cualificada y subidas de salarios, “pero no a nivel del boom”. Coincide con ella Minondo, de ACR: “Si los salarios suben, los precios de los pisos se elevarán. Estamos cayendo en el mismo error que en la época de la burbuja”, advierte.

El presidente de Asprima y APCE, Juan Antonio Gómez-Pintado manifestó ayer durante una jornada sobre la transformación del sector organizada por EY que espera que esta escasez de mano de obra sea puntual y se solucione lo antes posible, evitando así que se convierta en un problema de costes. De hecho, la única estadística oficial de costes de construcción que existe, que elabora Fomento, constata que los costes de mano de obra y materiales del sector residencial están subiendo al 1,7% anual, mientras solo la mano de obra de toda la construcción lo hace a un ritmo inferior, del 1,14%, con datos hasta julio pasado. Gómez-Pintado instó a las promotoras a proseguir con el proceso de concentración para contrarrestar la falta de financiación para el volumen de obra nueva en proyecto.

LOS RETOS DEL SECTOR A CORTO Y MEDIO PLAZO

Todas las variables de actividad y precios del sector acumulan tres años de datos positivos, lo que hace ya indiscutible la recuperación. Sin embargo, las empresas encaran una nueva etapa repleta de desafíos.

Financiación. Aunque los promotores dan por normalizado el flujo de crédito, lo cierto es que desde la patronal APCE se advierte de que puede que no exista en la actualidad volumen de financiación suficiente para todos los proyectos en curso. Por este motivo, y dado que la banca ha endurecido los criterios que exige para otorgar préstamos al promotor, la patronal insta a las empresas a fusionarse para ganar tamaño y solvencia.

Innovación. Las empresas que no apuesten por la innovación no tienen cabida en el mercado. Así de contundentes se muestran el CEO de Neinor, Juan Velayos, y Miguel Pereda, consejero director general de Grupo Lar.

Sostenibilidad. Las nuevas viviendas han de ser eficientes desde el punto de vista energético como parte de una apuesta decidida por la sostenibilidad. Quienes no entiendan esto o decidan que no es crucial escuchar al cliente, deberán echar el cierre.


Fuente: http://www.cincodias.com/
 
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