La empresa zaragozana Moduacero realiza viviendas modulares en estructuras de acero galvanizado, que son sostenibles y suponen un importante ahorro en el gasto energético de la vivienda. En la actualidad, está construyendo varias viviendas de estas características en diversas comunidades españolas.
Casas de hormigón, de madera, prefabricadas... y, ahora, también con estructuras de acero galvanizado. Esta es la propuesta de la empresa zaragozana Moduacero, que está siendo pionera en la comunidad en la construcción de este tipo de viviendas, que se caracterizan por ser sostenibles y por ser más duraderas y resistentes que otro tipo de construcciones.
Una particularidad esta última por las que son idóneas para aquellas zonas en las que "hay un clima extremo y condiciones meteorológicas que impiden construir en hormigón", según ha indicado Fernando Abad, jefe de Ventas de Moduacero, a elEconomista.es
Estas estructuras metálicas permiten realizar cualquier tipo de vivienda, que tan solo se diferencia del resto en su estructura de acero galvanizado y en su rápido montaje porque "puede estar terminada en un menor plazo". De media, se calcula que el plazo de entrega de la vivienda se reduce en cuatro meses.
La construcción de estas viviendas se realiza a través del steel framing, que consiste en un sistema de construcción en seco para sustituir la estructura de hormigón tradicional y mampostería por bastidores unidos entre sí y formando un conjunto estructural con gran resistencia a las cargas.
Estas viviendas modulares también se caracterizan por ser sostenibles y por el ahorro energético que se consigue en la factura energética por el aislamiento que incorporan, que protege la vivienda del frío del invierno y del calor del verano. La eficiencia energética es A. También se consigue un mejor aislamiento acústico.
Además, son construcciones que requieren un menor mantenimiento., que "es mínimo porque se trata de que la casa te sirva a ti y no tener que trabajar para la casa" haciendo siempre reparaciones como sucede muchas veces en las casas de campo o en las de los pueblos.
La vivienda presenta otra particularidad frente a las de hormigón u otro tipo de construcciones. En concreto, permite aprovechar mejor el terreno sobre el que se construye porque las estructuras de acero tienen menos espesor que los muros exteriores de hormigón.
Además, esta construcción de viviendas permite la personalización de su interior y el diseño a gusto del cliente. "La distribución puede ser la que se quiera". De hecho, se trabaja con un arquitecto en el proyecto y el cliente tiene una memoria de calidades y ficha técnica con todos los materiales de la obra para primar la transparencia.
Este tipo de viviendas, que cumplen el código de edificación, están teniendo una buena aceptación, a pesar de que la impresión que generan al principio.
"Las personas se imaginan una casa prefabricada de madera abandonada de hace 40 años, pero no es así. La estructura es resistente. El cliente, una vez, la conoce se centra en cómo quiere su vivienda porque ve que es segura. Nosotros les ensañamos casas hechas y se ofrece la posibilidad de dormir en una de las casas del Pirineo aragonés para ver lo que le gusta o no".
Este tipo de construcciones está teniendo especial presencia en la zona norte. De momento, Moduacero está inmersa en la construcción de una vivienda en la localidad oscense de Almudévar, aunque también se tiene en proyecto otras construcciones en otras autonomías como Navarra, además de estar previstos otros dos proyectos que se llevarán a cabo en Zaragoza capital y en Almudévar.
"Hasta hace un año, aproximadamente, las personas tenían miedo o no querían gastar por la crisis, pero ahora la situación está cambiando. Hemos recibido más de 80 consultas por la web. Es un mercado en el que hay mucho por Internet", aunque lo que funciona es "el boca a boca. La previsión para 2018 es buena. Tenemos ya previsto hacer entre seis y ocho casas, lo que nunca hemos hecho hasta ahora".
Una idea nacida de la necesidad
Esta línea de negocio de Moduacero se ha puesto en marcha a partir de sus propia necesidad. "La idea no era comercializarlas, era para nosotros".
Y así comenzaron a trabajar a finales de 2011 en el proyecto y para tener un prototipo, que se montó dentro de la nave de la empresa, cuya actividad siempre ha estado relacionada con el acero, y que se fue mejorando para optimizar los costes.
En 2015, "vimos que había una demanda. Empezamos a hablar con fabricantes, proveedores, arquitectos... y creamos un equipo de trabajo para ofrecer algo que otras empresas no ofrecen, ya que se caracterizan por el bajo coste. Nosotros hacemos un producto de calidad media-alta con posibilidades de alta, y un servicio y atención personalizado".