La nueva construcción trabaja para ser más industria que nunca


Construcción e industria han sido dos sectores sobre los que en ocasiones se ha querido proyectar la idea de que eran antagónicos. El primero, todavía con un fuerte componente artesanal y el segundo, en la vanguardia de la automatización de los procesos. Sin embargo, promotores, constructores y empresas auxiliares están decididas a cambiar esa dicotomía porque todos coinciden en que el futuro de la construcción pasa por su progresiva industrialización y a ello van a dedicar sus esfuerzos.

Así lo cree Fernando Moliner, presidente de la comisión técnica de la patronal de promotores Asprima. Recuerda que la primera gran revolución llegó con la metodología BIM (Building Information Modeling). Este sistema consiste en poder construir un edificio de manera virtual gracias a la tecnología 3D, 4D e incluso 5D, de forma que tal y como ocurre en el sector de la automoción, donde de un prototipo se pueden fabricar miles de vehículos, el edificio se convierte en una suerte de prototipo. “Esta modelación del edificio permite ver las fases y los plazos de desarrollo, anticipa futuros problemas de diseño o construcción, abarata costes y ayuda a planificar el mantenimiento de la promoción”, asegura Moliner.

Después de la fuerte destrucción de empleo que ha sufrido esta actividad, la duda es si las actuales plantillas están preparadas para abordar esta nueva forma de trabajar. El directivo de Asprima recuerda que las empresas ya hicieron muchos esfuerzos durante la crisis por quedarse con los mejores trabajadores, y ahora deberán incorporar a nuevos empleados a quienes tendrán que formar, algo que nos beneficia”, considera.

La metodología BIM es la gran revolución a corto y medio plazo, pero desde hace algún tiempo ya han comenzado a variar numerosas técnicas constructivas. En ese afán por lograr cada vez una mayor industrialización de los procesos edificatorios, comienza a ser ya frecuente en las promociones la prefabricación de espacios como baños y cocinas.

Reducción de costes

Así, en lugar de alicatar, instalar la fontanería, los sanitarios y la electricidad a pie de obra como se ha hecho tradicionalmente, todas esas labores se realizan en una fábrica y finalmente cada baño es embalado y transportado para ser acoplado al espacio reservado en la estructura del edificio.

¿Qué beneficios se obtienen con esta forma de trabajar? La directora de Conspace, Sandra Llorente, explica que a diferencia de la manera tradicional, ahora en la planta de montaje se prueban todos los elementos y se certifica que todo funciona correctamente. “Gracias al sistema BIM se conoce con anterioridad y sin posibilidad de error a qué distancia han de montarse las tuberías, o cómo quedan los materiales seleccionados. De esta manera, se evita que, por ejemplo, las bañeras se atasquen por los restos de pintura o escombros que en ocasiones se arrojan durante la obra”, argumenta Llorente.

Esto redunda en una mayor satisfacción para el propietario final de la casa, pero lo cierto es que cada vez más promotores se suman a esta prefabricación de algunos espacios, ya que supone menos consumo de materiales, menos tiempo de instalación y, con ello, un importante ahorro en los plazos de entrega. Y todos estos ahorros se traducen en dinero. “En estos momentos, somos capaces de colocar 20 baños en una mañana, algo impensable si se procede de la manera tradicional, por lo que a partir de promociones de más de 100 viviendas los ahorros de tiempo son de al menos un mes”, defiende la directora de Conspace, que ya ha trabajado con estas técnicas para Vía Célere, entre otras empresas.

LAS VENTAJAS

Trabajo en obra. La prefabricación de muchos espacios ha mejorado las condiciones laborales de los trabajadores. La tarea en el andamio o en el popularmente conocido como tajo se simplifica porque el grueso de las labores ya se han realizado. En la obra hay menos trasiego de personal y materiales, lo que se traduce en más seguridad y limpieza.

Reformas. El hecho de contar con un baño o cocinas prefabricados no impide que se puedan renovar después a la manera tradicional.

Usos no residenciales. Igual que se pueden montar baños prefabricados en promociones nuevas, esta técnica se puede utilizar en la rehabilitación de hoteles, sin que el establecimiento deba cerrar.

 
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