La gestora Fidelity advierte de que los inversores franceses están invirtiendo de forma descontrolada en vehículos de inversión colectiva inmobiliarios disparando los precios de los activos comerciales europeos a niveles insostenibles.
La inversión en SCPI (Société Civile de Placement Immobilier, sociedades de inversión comparables en España a las Socimi) alcanzaron una cifra de 5.600 millones de euros en 2016, un tercio más que un año antes, según calcula Fidelity.
La firma destaca que los inversores están buscando mayores rendimientos que la renta variable y fija y el favorable tratamiento fiscal. El resultado es que los flujos de inversión se han desviado a los activos comerciales de primera categoría en Berlín, París, Madrid o Zurich. Los precios han superado los niveles de 2007, un año antes del estallido de la crisis financiera.
El informe recuerda que el mercado inmobiliario puede girar con violencia, "como ocurrió el año pasado en Reino Unido con el Brexit". El pánico se apoderó de los pequeños inversores retirando de forma masiva de las aportaciones en fondos inmobiliarios, obligando a los gestores a suspender los reembolsos.
Riesgo de corralito
Los fondos inmobiliarios franceses y las SCPI "corren un riesgo similar" si se repiten las dudas sobre los retornos y la retiradas masivas, subraya Fidelity. "Los inversores franceses están acostumbrados a este tipo de instrumentos y confían en deshacer posiciones de manera flexible", Adrian Benedict , director de inversiones inmobiliarias de Fidelity International. Pero recuerda que las altas demandas de liquidez suele chocar con la realidad de los fondos disponibles provocando un bloqueo de las retiradas si el mercado inmobiliario cambia.
"No creemos que el mercado haya alcanzado todavía este nivel, pero cada vez somos más cautelosos porque el mercado tiene todas las características de una burbuja", apunta.