Sareb no se adjudicará el rascacielos de Benidorm hasta el fin de la batalla judicial


Revés judicial para la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb). El juez de la Audiencia Provincial de Alicante ha desestimado el recurso que presentó para poder adjudicarse el mega rascacielos InTempo, en Benidorm, hasta que no se resuelva la batalla judicial con los demás acreedores de la empresa que lo levantó, Olga Urbana, y que decidirá ese mismo juzgado en los próximos meses.

La adjudicación de dicho activo, el rascacielos residencial más alto de España y el segundo de Europa, y uno de los símbolos de la locura inmobiliaria, se ha convertido en una auténtica pesadilla para la Sareb. La entidad que preside Jaime Echegoyen llegó a recibir varias ofertas por dicho edificio dentro del proceso de liquidación concursal de la promotora quebrada, cuyos dos únicos activos son el edificio InTempo, valorado en 91,6 millones de euros, y la promoción Edimar IX, valorada en 3,3 millones.


Las ofertas, presentadas por dos fondos de inversión, no llegaron a ser lo suficientemente elevadas para cubrir la deuda —unos 100 millones de euros— que dicha constructora mantiene con el banco malo. Una de estas ofertas, de 47 millones (Gela Management), se presentó dentro del plazo previsto, y la segunda (TPG), de 52 millones, 20 días fuera de plazo. Sin embargo, ninguna de ellas fue lo suficientemente atractiva como para que Sareb renunciara a su derecho de adjudicarse el rascacielos tal y como contemplaba el plan de liquidación concursal. Derecho que ejerció al poner sobre la mesa 58,5 millones de euros.


Foto: Alfredo Pascual.

Sareb podría haberse adjudicado el activo, haberlo terminado o vendido, de no haber sido porque un pequeño grupo de acreedores de Olga Urbana liderados por Kono Estructuras, una pequeña empresa alicantina de apenas medio centenar de trabajadores que fue la encargada de finalizar la estructura del edificio, acudió a los tribunales para conseguir que el banco malo tenga la consideración de acreedor subordinado y no privilegiado en el proceso de liquidación de la promotora, de lo que dependerá que Sareb sea el primero o el último en cobrar sus deudas.

El Juzgado de lo Mercantil ya se pronunció a favor de Sareb y el asunto se juzga ahora en la Audiencia Provincial de Alicante, que es quien ha rechazado ahora el recurso del banco malo en el que solicitaba poder adjudicarse el rascacielos mientras se pronuncian los tribunales.

Si el juez de Alicante se manifiesta a favor de Sareb, esta podrá adjudicarse finalmente InTempo por 58,5 millones de euros, pero si se pronuncia a favor de los pequeños acreedores, el asunto terminará, previsiblemente en el Tribunal Supremo, con lo que la batalla judicial podría alargarse varios meses más.

Sareb tiene la consideración actual de acreedor privilegiado dentro del proceso concursal de Olga Urbana. Si la Audiencia Provincial decide que debería ser acreedor subordinado, no solo se situaría a la cola de una larga lista de casi 140 acreedores, sino que podría llegar a ser declarada culpable de la mala gestión que llevó a la ruina a Olga Urbana, con las responsabilidades que esto acarrearía, como por ejemplo tener que responder económicamente ante los acreedores.

"Si el juez declara su crédito como subordinado, sería porque habría considerado a Sareb administrador de hecho de la promotora, lo que significaría que no solo perdería derechos como acreedor, sino que ganaría responsabilidades frente a los acreedores si es calificado el concurso como culpable", explica​ a El Confidencial Mari Carmen Mascaró, fundadora de Kono Estructuras.

La batalla judicial se antoja larga —puede extenderse en el tiempo durante varios años— porque ambas partes están dispuestas a luchar hasta el final. "Llegaré hasta el Tribunal Supremo si es necesario", reitera a este diario Mari Carmen Mascaró Fuster.
Foto: Alfredo Pascual.


Sareb, dueño de la deuda

Hasta que se pronuncie la Audiencia Provincial de Alicante, lo cierto es que Sareb no es dueño del edificio sino de una deuda contraída con Olga Urban, cuyo crédito, concedido por Caixa Galicia, pasó a manos del banco malo. Se trata de una deuda de 100 millones de euros.

En total, hay 137 acreedores que suman unas deudas de algo más de 141 millones de euros, entre los que figuran desde particulares que compraron alguna de sus 269 viviendas hasta diferentes compañías vinculadas a la construcción que realizaron diversos trabajos en el rascacielos, pasando por la Agencia Tributaria, diferentes entidades financieras (Sabadell o Abanca) y la propia Sareb. Con deudas que van desde los 4.500 euros hasta los 108 millones que Olga Urbana debe al banco malo.

 
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