Las últimas revisiones al alza de las previsiones macros que han realizado los analistas han insuflado nuevos bríos al mercado inmobiliario. Y es que con más crecimiento económico y más empleo, el sector solo puede salir beneficiado. Esta es la principal conclusión que arroja el informe presentado ayer por la consultora CBRE, según el cual el precio de la vivienda crecerá en España este año entre un 4% y un 6% y otro tanto en 2018. Sobre si ese encarecimiento es o no saludable y sostenible en el tiempo sin poner en riesgo el volumen de compraventas, el director de Residencial y Suelo de CBRE, Samuel Población, aseguró que hay que tener en cuenta que los precios parten de niveles mínimos y que no están subiendo en todos los territorios por igual.
En este sentido, admitió que es cierto que la demanda actual es más sensible que en el pasado a subidas bruscas de precio, por lo que confió en que a corto y medio plazo los repuntes se mantengan en niveles moderados “porque los salarios y la renta disponible o la capacidad de endeudamiento no aumentan en la misma proporción”. “Es verdad que los promotores avisan de que si los precios suben de un determinado nivel, el número de compradores se resiente”, explicaron desde CBRE.
Otro de los factores que explica que todas las proyecciones pronostiquen revalorizaciones de la vivienda es porque la demanda continuará aumentando, apoyada por esa mejora del mercado laboral y las prudentes condiciones de financiación. Y eso que el 40% de las casas se venden al contado. Allí donde volvieron a aparecer las grúas hace ya más de dos años, las promociones seguirán aumentando a buen ritmo, ya que se trata de los lugares donde más rápido consiguió absorberse el stock del pasado. Se trata de las provincias de Madrid, Barcelona, Alicante, Málaga, Mallorca, y en general todo el archipiélago balear.
En los últimos meses se ha detectado que comienzan a despertar de su letargo Valencia, Sevilla, Zaragoza y Córdoba, entre otras. En total, CBRE estima una demanda de entre 120.000 y 140.000 casas nuevas en los dos próximos años, mientras el nivel de producción cerrará este 2017 en los 85.000 visados. Esto demuestra que no se está construyendo más de lo necesario, como sí ocurrió en las postrimerías del boom. Otro síntoma saludable del mercado es la pujanza del alquiler, que está propiciando que casi una de cada cinco transacciones (el 18%) sean para adquirir casas con el objetivo de alquilarlas después, ya que su rentabilidad bruta es del 4,3%, mayor que la de productos alternativos como la renta variable o la deuda pública.
¿POR QUÉ EL SECTOR ES TAN POSITIVO?
Los expertos no vislumbran nubes en el horizonte inmobiliario. Estas son las claves que lo explican.
Coyuntura. El hecho de que el PIBvaya a crecer más de lo estimado inicialmente generará más empleo y, con ello, más demandantes potenciales de casas.
Oferta y demanda. La producción de casas finalizará en torno a los 85.000 visados para una demanda de pisos a estrenar de 120.000, lo que ayudará a seguir drenando el stock.
Ascenso del alquiler. En España, el 22% de las familias reside en alquiler cuando antes de la crisis apenas superaban el 15%. CBRE asegura que en cinco o siete años, se logrará batir la media europea actual, situada en el 30%.
Fuente: http://www.cincodias.com/