No hay reforma. Las condiciones actuales del mercado hacen inviable el cambio en la metodología para calcular el euríbor. Así lo ha comunicado este jueves el Instituto Europeo de Mercados Monetarios (EMMI), que, tras seis meses analizando los datos del programa de verificación del nuevo euríbor, ha llegado a la conclusión de que "no es factible” la implantación de un nuevo método de cálculo basado en transacciones reales de la banca, en vez de en estimaciones. No obstante, anuncia que en los próximos meses seguirá trabajando en una alternativa híbrida, "capaz de adaptarse a las condiciones actuales del mercado".
“Bajo las actuales condiciones del mercado, no será factible que la actual metodología del euríbor evolucione hacia una metodología totalmente basada en transacciones siguiendo un camino de transición sin fisuras”, señala el EMMI en un comunicado hecho público la tarde de este jueves, al tiempo que señala que sus conclusiones han sido corroboradas por la Agencia Belga de Servicios Financieros y Mercados (FSMA), equivalente a la CNMV española.
La idea de reformar el euríbor data de principios de 2013, cuando saltaron las primeras sospechas respecto a la posible manipulación del indicador
Desde septiembre de 2016 y hasta febrero de 2017, es decir, durante seis meses, el EMMI ha llevado a cabo un programa de verificación en el que han participado 31 entidades de 12 países diferentes, que le ha permitido comprender mejor el mercado en el que se mueve actualmente el euríbor, que muestra "un cambio en la actividad del mercado como resultado de las actuales exigencias regulatorias y un entorno de tipos de interés negativos”.
La idea de reformar el euríbor data de principios de 2013, cuando saltaron las primeras sospechas respecto a la posible manipulación del indicador por parte de algunas entidades financieras europeas. El índice se calcula diariamente a partir de las contribuciones de un grupo de bancos con operativa importante en la zona del euro, pero no se calcula en base a transacciones reales entre ellos, sino en base a estimaciones. Es decir, no es el tipo de interés al que realmente se prestan dichas entidades financieras en el mercado interbancario, sino que es el tipo de interés al que dicen que prestarían, sin que necesariamente dichas transacciones tengan lugar.
Por tanto, al estar basado su cálculo en meras opiniones, y no en operaciones reales, "la posibilidad de manipulación, o de expresar opiniones interesadas, es infinitamente mayor que si la elaboración del índice se basara en transacciones reales”, apuntan los expertos. De ahí la idea de reformarlo para confeccionar un índice más sólido y transparente, capaz de reflejar mejor la situación del mercado.
Buena noticia para los hipotecados españoles
El hecho de que la reforma no haya salido finalmente adelante supone una gran noticia para los miles de hipotecados españoles, ya que, tal y como estaba planteada, habría provocado la inevitable subida del indicador y, por tanto, un encarecimiento de la cuota de la hipoteca. No olvidemos que el euríbor sirve de referencia al 90% de las hipotecas en España, en torno a un tercio de los hogares españoles, que durante dos años se han venido beneficiando de la imparable caída del indicador, actualmente en mínimos históricos.
La reforma, tal y como estaba planteada, habría provocado la inevitable subida del euríbor y, por tanto, un encarecimiento de la cuota de la hipoteca
En España, la reforma y sus posibles efectos sobre la estabilidad financiera ya habían desatado las alarmas de la CNMV. De hecho, la responsable de Resolución y Estabilidad Financiera del organismo, María José Gómez Yubero, reconocía en un artículo publicado en el último número de la 'Revista de Estabilidad Financiera', del Banco de España, que "cualquier cambio que se realice, ya sea para modificar el método de cálculo o su sustitución por otro indicador, perjudicará tanto a los hipotecados como a todas las empresas con créditos basados en este índice”.
El informe del EMMI llega a la conclusión de que los niveles del índice basado exclusivamente en transacciones reales no son suficientemente similares a los del euríbor actual. No sería, por tanto, posible la transición sin necesidad de modificar los actuales contratos. Además, la actividad en el mercado interbancario ha decrecido de forma sustancial, de forma que estos volúmenes no darían suficiente robustez al índice.
Desde 2012, coincidiendo con el momento en que se ponen en marcha las investigaciones sobre la presunta manipulación del indicador y otros índices, el panel de contribuidores al mismo se ha reducido a menos de la mitad. En la actualidad, tras la última salida, producida en septiembre de 2016, el panel está compuesto por 20 bancos, frente a los más de 40 que lo componían, debido a que en los últimos cuatro años 24 bancos han dejado de contribuir al euríbor.
Las salidas del panel se han producido en mayor medida por parte de bancos del norte de Europa, fundamentalmente alemanes, lo que ha conducido a que el panel en su composición actual presente una alta concentración de bancos del sur de Europa, radicados en los estados en que mayor peso tienen los contratos minoristas vinculados al índice, principalmente hipotecas.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/