¿Es una buena idea invertir en Housers?


¿Está pensando en invertir en Housers? Desde 50 euros puede convertirse en 'copropietario' de un inmueble. Este es el resumen de lo que puede ser invertir en esta compañía de crowdfunding inmobiliario que recientemente acaba de recibir el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para actuar como plataforma de financiación participativa (PFP) tanto en la modalidad de equity como en la modalidad de préstamos, convirtiéndose en la primera compañía que opera esta modalidad en recibirlo.

Antonio Sales, analista de XTB, cree que puede ser una inversión interesante dentro de una estrategia de diversificación del capital, siempre y cuando se nos «dé la opción de elegir el inmueble». Carlos Farrás, socio director de DPM Finanzas, señala que una de las principales ventajas es la sencillez ya que «permite al inversor elegir y participar en diferentes proyectos inmobiliarios desde importes pequeños». Por su parte, Victoria Torre, responsable del departamento de análisis y de producto de SelfBank, pone de manifiesto las rentabilidades que se pueden lograr mediante este tipo de inversiones, entre el 4 y el 7 por ciento, por encima de lo que ofrecen otros productos del mercado.

De momento, las cifras están apoyando al proyecto ya que cuenta con 92 inmuebles y 43.000 usuarios, con una rentabilidad del 3,63 por ciento solo a través del alquiler. Álvaro Luna, socio y fundador de la compañía, señala que para final de año se han marcado como objetivo los 90 millones de euros en inmuebles y 100.000 usuarios.

Pero también riesgos

Y, aunque cada vez es más habitual utilizar la economía colaborativa, ésta no está exenta de riesgos. En primer lugar, lo que debe tener claro el inversor es que se trata de una inversión totalmente ilíquida: solo podrá recuperar su dinero si el inmueble en el que ha invertido se vende. Esta iliquidez viene, además, reforzada porque no se convierte en propietario de un inmueble sino que forma parte de una sociedad limitada que a su vez compra esa propiedad. Y de esta manera, puede convertirse en partícipe de varias sociedades que tengan en propiedad distintos inmuebles. Luna explica que, para solventar esto, el inversor debe esperar a que se venda el inmueble, pero estas operaciones de venta ya están señaladas en el proyecto.

Asimismo, si una operación no funciona según lo esperado, son los propios inversores los que asumen el riesgo y la pérdida económica. Esta posibilidad está registrada en los términos y condiciones que tienen que firmar al incorporarse a Housers.

Farrás señala otros aspectos que restan atractivo a la inversión. Por un lado, la falta de seguridad jurídica: a fecha de hoy, no aparece registrada en la CNMV como Plataforma de Financiación Participativa. «Si bien Housers ha informado recientemente que ha sido aprobada por la CNMV como PFP, ha reconocido por otro lado que está pendiente de algunos trámites burocráticos», recalca Farras. Otro de los riesgos está relacionado con aspectos societarios y de liquidez que se suman a los del activo inmobiliario. «Se trata de inversiones que entrañan un riesgo y que requiere de conocimiento financiero donde el inversor no es partícipe en la compra de un inmueble, sino de una sociedad limitada, y por lo tanto, debe conocer muy bien las implicaciones que tiene ser partícipe de una S.L.. Adicionalmente, requiere tener unos mínimos conocimientos económicos y del sector inmobiliario para valorar correctamente en qué activos invertir, siendo consciente de los riesgos que asume en la valoración del activo. Sin olvidar, que existe el riesgo de impago por parte del inquilino».

Aunque Housers permite diversificar las inversiones en diferentes proyectos, en DPM Finanzas piensan que el número de proyectos actualmente es reducido por lo que no ofrece una diversificación excesivamente elevada.

Torre añade otra desventaja que está relacionada «con la dificultad de tasación de las viviendas, así como la evolución del sector que puede hacer oscilar su precio, comprometiendo el que se había fijado como objetivo».
Por último, existe un control total por parte de Housers en la administración de los gastos de las sociedades donde se invierte, por lo que dificulta al inversor tener cierto control sobre el control de gastos y los posibles conflictos de interés. 

Pregúntese...

Sales aconseja el inversor que antes de poner parte de su capital en la compañía pregunte acerca de cómo va a recibir la inversión, la rentabilidad y que despeje la duda de cómo se valoran los inmuebles. «En este tipo de inversiones, se confía en que la empresa fije el valor del inmueble a precio de mercado, pero no hay un organismo que advierta en caso de sobrevaloración». Por su parte, Farrás da una serie de consejos al inversor que quiera apostar por Housers, como puede ser evaluar todos los riesgos inherentes a esta inversión, no dejarse guiar por la rentabilidad esperada del proyecto y recomienda las socimis con una fiscalidad más ventajosa, mayor liquidez, una diversificación más amplia y con un equipo con experiencia contrastada. Para evitar estas dudas, Álvaro Luna explica que se apoyan en tres patas: «Herramientas de big data, tasaciones oficiales del Banco de España y la acción del equipo especialista en inmobiliario formado por siete personas».


 
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