Las advertencias veladas que lanzó el sector financiero tras conocer el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre las cláusulas suelo, anticipando un incremento de costes hipotecarios, se han hecho realidad. Los tipos de interés que aplica la banca en los préstamos para adquirir una vivienda aumentaron hasta el 1,92% en el primer mes del año, según los últimos datos de la Asociación Hipotecaria Española. Esta cifra supone un impulso cercano al 3% con respecto al de diciembre, cuando se encontraban en el 1,87%, distanciándose del camino descendente que ha seguido el euríbor en el inicio de este ejercicio.
El repunte experimentado por los intereses ha llegado después de que la Corte de Luxemburgo se mostrara favorable a que las entidades afectadas devolvieran todo el dinero cobrado de más a sus clientes por las cláusulas suelo, y no sólo el que correspondía hasta el mes de mayo de 2013.
La subida del coste de los préstamos se materializa tras seis meses en los que no paraba de descender desde el 2% que marcó en julio. En ese mismo periodo, el euríbor cayó desde el -0,02% con el que cerró a mediados del año pasado hasta el -0,09% del primer mes de 2017. Incluso, en el resto de países de la zona euro los intereses hipotecarios también retrocedieron en enero desde el 1,91% previo hasta el 1,88%.
En el caso español, su evolución siempre la marcaba el índice interbancario al que se referencian la mayor parte de los préstamos, lo que condicionaba el tipo medio al que se comercializaban esos créditos. Es decir, que si el euríbor descendía, también lo hacían los costes de las hipotecas, a pesar de que cada vez se reducían con menos fuerza al encontrarse ya en mínimos históricos.
Sin embargo, esta tendencia se ha roto justo en el momento en el que se ha redoblado la presión judicial sobre la banca por el conflicto de las cláusulas suelo, pero también por otros problemas como los ligados a los gastos iniciales de formalización o comisiones como la de vencimiento anticipado. Ante esta circunstancia, los avisos sobre los cambios que sufrirían estos productos habían sido continuos desde que se conoció la resolución del TJUE. El último lo hizo la semana pasada la agencia de calificación Standard&Poor´s al reconocer que los costes hipotecarios subirán «o bien porque sigue habiendo problemas de comercialización y siguen produciéndose litigios, o bien porque ha mejorado la comercialización, con el coste consiguiente».
El presidente de BBVA, Francisco González, también lo advirtió en la presentación de resultados de la entidad. «Cuantos más requisitos, el producto es más caro y no creo que esto conduzca a nada bueno», señaló refiriéndose a la modificación de la Ley Hipotecaria que prepara el Gobierno para evitar problemas como los de las cláusulas suelo. «No puede ser que cualquier problema lo aguante la cuenta de resultados de la banca», indicó también el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri. «No se puede pretender cambiar las leyes ante casos concretos», afirmó el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu.
Impulso del interés fijo
La subida de tipos de enero se debe a una doble causa. En primer lugar, porque las entidades han incrementado los diferenciales que aplican en todos sus préstamos. En el caso de las hipotecas variables, ninguna firma ofrece ya intereses por debajo de los 0,90 puntos más el euríbor y la mayoría tienden a establecer una referencia que supera los 1,25 puntos además del índice interbancario. En las de tipo fijo, el 3% es el coste mínimo por debajo del cual el sector ya no comercializa estos créditos, aunque llegó a venderlos al 2,5% durante buena parte del año pasado.
Pero el cambio más importante que podría estar provocando el repunte de los intereses está relacionado con el auge de los préstamos a tipo fijo. En diciembre, el 31,6% de los créditos para vivienda ya se formalizaban con esta modalidad, frente al 10% de un año antes, cuando eran aún minoritarios.
La comercialización de este tipo de productos va acaparando cada vez más terreno fundamentalmente por el impulso que le han dado los propios bancos. Así consiguen asegurarse un interés hipotecario mínimo para toda la vida del préstamo, sin tener que acudir a fórmulas de créditos variables con limitaciones tan conflictivas como las de las cláusulas suelo.
En otros casos, la banca también opta por un camino intermedio con las hipotecas mixtas: durante los primeros años se establece un tipo de interés fijo, para después pasar a uno variable. Con esta fórmula, también consiguen cuadrar unos créditos sobre vivienda que se han convertido en un quebradero de cabeza a raíz de las últimas sentencias, además de las que aún quedan por tramitar en muchos juzgados.
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