El imperio creado por Jesús Ger en Oropesa del Mar idea fórmulas para obtener ingresos, liquidez y llenar de turistas los apartamentos de Marina d’Or. El grupo ya se ha puesto ponerse en contacto con unos 2.000 propietarios de apartamentos del complejo, el 14% del total, para ofrecerles una rentabilidad garantizada por hasta cinco años e impulsar la facturación de su división hotelera.
El otrora imperio inmobiliario desarrollado por el empresario Jesús Ger en Oropesa del Mar (Castellón) ha abierto en los últimos meses vías para remontar y diversificar sus ingresos tras unos años en los que la crisis económica llevó al concurso de acreedores a la división inmobiliaria del grupo.
La filial hotelera de Marina d’Or ha iniciado una campaña en la que se ha está poniendo en contacto con unos 2.000 propietarios de apartamentos, de los 15.000 que hay construidos en la Ciudad de Vacaciones, para ofrecerles el alquiler garantizado de su inmueble.
La propuesta, según explican fuentes de la compañía, es la firma de un contrato de alquiler por un año ampliable hasta cinco, a cambio de una renta que varía en función de la cercanía del inmueble con respecto a la playa. Así, reconocen, un propietario de un apartamento situado en primera playa puede obtener hasta 4.000 euros al año a cambio de la cesión de su inmueble.
55%
es lo que creció la plantilla de Marina d’Or el año pasado, hasta alcanzar las 673 personas a cierre de 2015, frente a las 434 de finales de 2014.
1983
es el año en que se fundó Marina d’Or . Jesús Ger construyó 15.000 pisos en una localidad con 10.000 habitantes inscritos.
Esta iniciativa sigue los pasos de la activada hace dos meses, en la que Hoteles Marina d’Or ofertaba apartamentos y locales comerciales con una rentabilidad garantizada del 7% y una duración de hasta tres años. La empresa, como publicó CincoDías el 3 de octubre, ofrece pisos desde 130.000 euros en uno de los de los inmuebles ubicados en primera línea de playa, el edificio Elcano, así como locales comerciales en venta desde 200.000 euros. La empresa continúa con una intensa campaña publicitaria en la que promete a pagar ese porcentaje a quienes adquieran una de sus viviendas.
El mecanismo de las dos promociones es similar: la empresa se compromete con el propietario del inmueble a darle un alquiler garantizado por un tiempo fijado en el contrato. Marina d’Or gestiona los alquileres de los pisos y realiza una labor de auditoría para comprobar el estado del inmueble y arreglar posibles desperfectos.
El propietario recibirá la rentabilidad acordada y deberá afrontar los costes mínimos de agua, gas, electricidad, así como la cuota de la comunidad de vecinos y el impuesto sobre bienes inmuebles (IBI). El contrato le otorga al dueño del piso un máximo de una semana al año para disfrutar del inmueble fuera de la temporada alta. Es decir, entre los meses de octubre a mayo.
El gancho de la rentabilidad garantizada ya fue utilizado por Marina d’Or en los años del boom para vender apartamentos en construcción. Entonces, el dinero adelantado en las cuotas mensuales de las promociones, aún sin finalizar, se remuneraba con porcentajes de hasta el 5%. Rentabilidad que después se descontaba del precio final del piso.
La deuda financiera de la compañía se situaba a cierre del año pasado en 99,2 millones. La buena noticia es que sus vencimientos de 2016 a 2019 son de 10,4 millones: tiene el horizonte despejado hasta 2020. A partir de ese año, la firma deberá hacer frente a créditos que expiran por 87,5 millones. La hotelera confía en verse “fortalecida por la tendencia del consumo en general en España” y añade que “las previsiones y presupuestos elaborados para los próximos ejercicios contemplan un importante crecimiento en la generación de resultados”.
El auditor incluye una salvedad y avisos en las cuentas
La filial hotelera del imperio creado por Jesús Ger está funcionando a pleno rendimiento, a diferencia de la promotora, en concurso de acreedores desde hace más de dos años y medio. Hoteles Marina d’Or facturó el pasado ejercicio 40,7 millones de euros, un 5,4% más que en 2014, y ganó 1,08 millones de euros, frente a las pérdidas de 1,53 millones del año anterior. Pero el informe de auditoría de las cuentas del año pasado, elaborado por Ana María Antolí Dolz, de la firma Audicas, incluye una salvedad, dos párrafos de énfasis y una advertencia adicional.
El primer aviso a navegantes es la salvedad por haber modificado el criterio de amortizaciones. El año pasado destinó a esta partida 1,12 millones de euros menos que en el ejercicio de 2014, tras haber realizado un “test de deterioro”, explica la empresa hotelera. La compañía que verifica las cuentas sentencia que no ha podido cerciorarse sobre “la razonabilidad de dicha evaluación”, que obviamente tiene un efecto directo en el resulto neto. Auditas también alerta de que Hoteles Marina d’Or anuló unos ingresos de tres millones de euros en concepto de patrocinio del Ayuntamiento de Oropesa por los ejercicios 2013 y 2014, y que esto ha provocado que reformulara el resultado de 2014, que pasa de unos beneficios de 627.000 a las pérdidas mencionadas. El efecto fue de –2,16 millones.
La hotelera también ha modificado su criterio respecto al cálculo de los gastos anticipados, y este ha tenido un efecto positivo en la última línea de la cuenta de pérdidas y ganancias de 270.000 euros. La auditora advierte en el informe, fechado el 27 de junio, que las operaciones entre la sociedad y sus empresas vinculadas están en una base de datos que “está pendiente de actualizarse”