El mercado inmobiliario español fue uno de los que comenzó a ajustar sus precios más tarde cuando se desató la crisis financiera global, entre dos y tres años después. Además, según recordó ayer la consultora Knight Frank, las rebajas se sucedieron de forma más suave y lenta que en otros mercados del área como el británico o el irlandés.
Esa circunstancia, que entonces (en 2008 y 2009) se vio como un inconveniente, en la actualidad se ha convertido en uno de los principales activos de España en general y de Madrid en particular que atraen a la inversión extranjera en inmuebles del sector terciario: oficinas, logística y centros comerciales.
“Como los precios permenecen por debajo de sus niveles máximos y la economía evoluciona bien, el recorrido que queda al alza tanto en precios, como por lo tanto en rentabilidad, es todavía muy interesante para el inversor”, explicó ayer el director general de Knight Frank España Humphrey White.
Y es que en opinión de esta consultora, con un escenario de tipos de interés negativos y mercados financieros afectados por una fuerte volatilidad, los inversores siguen teniendo que diversificar sus carteras de activos inmobiliario y salir fuera de sus países es una tendencia que seguirá al alza a corto plazo. España y sobre todo Madrid y Barcelona han logrado posicionarse en este mercado y tanto en oficinas, como en retail y, en menor medida, en logística, aparecen como los destinos preferidos por los inversores extranjeros.
De hecho, hasta junio pasado la inversión extranjera en terciario superaba en España los 10.200 millones de euros, incluyendo las operaciones corporativas. Las previsiones para finales de este año y el que viene son muy positivas. Tanto es así que Knight Frank calcula que as rentas del mercado de oficinas de Madrid podrían volver a recuperar los valores máximos que alcanzaron en 2007 a finales de 2018 o comienzos de 2019.
Además del sector de oficinas, las rentas máximas que se llegaron a pagar antes de la crisis podrían volver a registrarse finales de 2018 o comienzos de 2019 en los centros comerciales y en los activos del sector logístico. Todo dependerá de la evolución de la economía y de que se mantenga “un Gobierno estable y centrista”, tal y como apuesta esta consultora.
Según el último informe Global Cities que mide la inversión extranjera que recibe el sector inmobiliario español no residencial, Madrid es la séptima ciudad del mundo con mayor volumen, algo más de 5.000 millones de euros. La capital española solo se ve superada por Manhattan en Nueva York (con más de 24.000 millones de euros), seguida de Londres, París, Sídney, Shánghai y Los Ángeles.
En cuanto a quiénes son los inversores que se decantan mayoritariamente por el sector inmobiliario terciario, después de las empresas radicadas en España (aunque su capital proceda fundamentalmente de EE UU y Gran Bretaña) que copan el 48% del total, destacan los europeos, con el 20% y los norteamericanos, con el 17%.
¿Se pueden mejorar estas cifras? Knight Frank no tiene dudas: absolutamente sí. El problema es que las últimas campañas que ha protagonizado por ejemplo el Gobierno de la Comunidad de Madrid para tratar de atraer a empresas no están correctamente planteadas. White sugirió que en lugar de limitarse a mandar fomentar las bondades de la región, sería más práctico que las autoridades políticas se hiciesen acompañar de expertos laboralistas, fiscalistas e inmobiliarios capaces de convencer a las empresas de todas las ventajas que tendría trasladar su sede a Madrid. “Tal y como lleva años haciendo Dublín, sería definitivo ofrecer a las compañías exenciones en los costes laborales y fiscales porque aunque estas políticas tengan un elevado coste, cuando una empresa decide venir, es para mucho tiempo”, concluyó White.
Fuente: http://www.cincodias.com/