Los retos de la recuperación asimétrica


La recuperación del mercado de la vivienda es un hecho, como también lo es que esa reactivación se está produciendo de forma asimétrica. Mientras en zonas como Baleares y Madrid, las casas recuperan con ritmos más acelerados el valor perdido durante la crisis, en la mayor parte de España las revalorizaciones son más suaves. En la capital, los precios ya han crecido casi un 10%, lo que significa haber remontado tras unos años en que llegaron a depreciarse casi un 35%. En Baleares, los inmuebles se han revalorizado más de un 13% cuando llegaron a depreciarse un 25,8% de 2008 a 2013. Tras estos dos mercados, el ritmo de recuperación es sustancialmente menor. En Canarias no llega al 8% mientras que en Cataluña se queda en poco más de un 6%. Un vistazo al mapa inmobiliario explica las diferencias que existen incluso dentro de un mismo municipio. En general, los precios están subiendo a un ritmo mayor en aquellas zonas donde había menos stock sin vender o en las que se ha ido absorbiendo el que había. Las ciudades, por los mejores salarios, menor desempleo y un mayor poder adquisitivo, concentran la mayor demanda, hasta el punto de que en algunos puntos se han logrado poner en marcha promociones por la escasez de obra nueva. Ocurre exactamente lo contrario en aquellas otras zonas donde o bien existe una oferta muy amplia, fruto todavía de lo construido en los años dorados de la burbuja, o bien la actividad económica es escasa, y ello pasa factura a unos precios que no terminan de arrancar. Es el caso de Andalucía, que con la excepción de Málaga, acumula un aumento solo del 1,39%, o de la Comunidad Valenciana, donde las casas valen hoy un 2,45% más que hace dos años.

El repunte, aunque desigual, del mercado inmobiliario en España se explica por la propia recuperación económica. El aumento del empleo y la recuperación del mercado de crédito han servido de engranaje a un mercado que sufrió las consecuencias de un desarrollo excesivo y desordenado y que ha padecido como pocos los rigores de la crisis económica. Junto al aumento del precio de la vivienda, España está viviendo también un crecimiento de otros modelos de inversión inmobiliaria, a través de instrumentos, como las socimis, espcialmente respecto a locales comerciales y oficinas. Todo ello son signos del regreso de la actividad en un mercado que tiene ante sí un reto muy claro: aprender de los errores del pasado, poner los medios necesarios para combatir la especulación y la corrupción relacionadas con el suelo, aumentar la transparencia y las buenas prácticas de los operadores y asumir que el crecimiento sostenible es un camino más lento, pero más seguro, para apuntalar la reactivación de cara al futuro.

 
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