Las nuevas tecnologías están revolucionando "las formas de hacer" de numerosos negocios tradicionales. Una transformación cuyo eje principal se centra en cuestionar los modelos convencionales mediante el desarrollo de ideas innovadoras y la apuesta por las herramientas digitales con el objetivo de establecer modelos de negocio más eficientes. En la actualidad, esta tendencia ya está llamando a la puerta del sector inmobiliario.
Una influencia que observamos, por ejemplo, en los cambios que se están produciendo en la relación entre el comprador y vendedor de una vivienda, de un local, de una oficina o de cualquier otro tipo de activo inmobiliario. En estos momentos, existen determinadas herramientas online o algunas aplicaciones móviles que están generando la idea de que el cliente (sea comprador o vendedor) puede cerrar una operación de compraventa sin contar con la figura de un asesor inmobiliario.
Es evidente que los actuales retos y oportunidades en el sector inmobiliario son muy distintos a los de antaño. Las nuevas compañías inmobiliarias tienen claro que la innovación tecnológica, la optimización de los procesos o el análisis pormenorizado del comportamiento de los mercados locales son aspectos fundamentales para ofrecer un servicio más eficaz y de mayor calidad a los clientes. No atender a estas cuestiones, no es una opción para las firmas y los profesionales del mercado inmobiliario porque la demanda es, en estos momentos, quién tiene el poder para elegir el mejor producto y/o servicio.
La clave para que el negocio de la intermediación inmobiliaria pueda sobrevivir a esta revolución digital pasa porque sus profesionales ofrezcan servicios diferenciales que acompañen al cliente en todo el proceso de compraventa. Esta experiencia ya se ha producido en los mercados inmobiliarios del norte de Europa y en el estadounidense, donde el porcentaje de operaciones que cierran los agentes inmobiliarias es superior y donde la mayor competencia ha llevado a una concentración del sector de la intermediación a favor de las grandes firmas, que crecen a través del régimen de franquicias, frente a los agentes independientes.
En Solvia pensamos que ésta es la evolución lógica de un mercado en el que las compañías inmobiliarias, que operan en todo el territorio nacional, pueden facilitar la labor y el trabajo de los profesionales intermediarios al aportarles herramientas útiles para incrementar el nivel de servicio a sus clientes como, por ejemplo, informes y estudios de los distintos mercados inmobiliarios a través de técnicas de análisis Big Data; el mejor CRM que facilite la satisfacción del cliente y una mayor inversión en publicidad y marketing digital así como el posicionamiento de una marca de referencia en el sector inmobiliario.