Así entrará la tecnología en los salones del futuro


Llegar a casa y encontrarse las persianas bajadas tal y como se ha programado a distancia desde el móvil, la canción elegida sonando al volumen indicado o la televisión ya encendida par ver la película deseada. La sociedad avanza hacia un día a día en el que cada vez se pase menos tiempo en casa, pero en el que, eso sí, las horas se aprovechen al máximo y de la forma más cómoda posible. “Esto no significa inventar nuevos artilugios, sino crear y modificar los espacios en los que vivir. Y en el hogar, la tecnología tiene esa capacidad, con un potencial que está empezando y que no ha hecho más que empezar a mostrar su valor”, explica Javier Liedo, director de ventas en España y Portugal de la compañía danesa de productos audiovisuales de lujo, Bang & Olufsen.

Esta mentalidad es la punta de lanza de la firma, que presentó la semana pasada cuatro importantes novedades que se sumarán al resto del catálogo. La idea primordial, recordó Liedo, ha sido intentar convivir con los productos actuales que cualquier consumidor puede tener ya en su casa, así como dar alas a la integración. “Un salón, por ejemplo, puede ser tanto un lugar en el que ver una película como en el que trabajar o celebrar una fiesta”, añadió el gerente de formación de la firma, Miguel Martín.


Los dos altavoces BeoSound.

Siguiendo este precepto, los dos televisores presentados (BeoVision 14 y BeoVision Horizon) están pensados para adaptarse a cada uno de los espacios, para que sea el dispositivo el que se ciña a la habitación, y no al revés, porque “cuando surgen nuevas tecnologías, a veces la tendencia suele ser la de complicar las cosas más que la de resolver problemas”. Tal es la tendencia que, incluso, se está comenzando a concebir la televisión como un dispositivo que se mueve entre dos extremos: o bien un elemento decorativo más de la vivienda o un dispositivo que solo debe estar a la vista cuando se utiliza. Por eso, la moda y la estética adquieren cada vez más peso en estos aparatos, que con 40 pulgadas rondan los 6.300 euros y que, tal y como matiza Martín, no deberían ser llamados televisores, sino “equipos de sonido con un display muy bueno”, en referencia a la calidad y potencia de su audio.

Materiales nobles, como maderas de roble, cristal templado o acero, son la base de estos dispositivos. Las pequeñas membranas de madera que visten la parte inferior de la BeoVision 14, por ejemplo, son elaboradas a mano una a una, en la sede danesa, y la pieza final, meramente decorativa, supone casi 1.000 euros del precio final del televisor. La tecnología, además, cobra especial protagonismo. “Un sensor en la parte superior mide constantemente el nivel de luminosidad de la sala, para adaptar la luz de la pantalla al exterior en cada momento”, explica Martín. Este aparato también mide las tonalidades y los colores de las paredes y muebles cercanos, para que los elementos externos al televisor no distorsionen la imagen.

Los avances tecnológicos y la conectividad también se atreven con los sistemas de seguridad del propio consumidor. Una televisión puede ser a la vez portero automático, recuerda Liedo, “para que el cliente pueda ver desde su pantalla lo que sucede en la puerta de su casa. Se trata, ante todo, de adaptar la tecnología para hacer la vida más fácil. Cada vez se requieren menos los productos que valen solo para una cosa”.

La customización y personalización es otro de los aspectos que cada día valoran más los consumidores. Por eso, en materia de música, la firma también se ha caracterizado por importantes innovaciones, como un sistema que, gracias a las canciones que elige el oyente, descubre el estado de ánimo del consumidor, para mantener un estilo melódico u otro dependiendo de si está cansado, triste o alegre. En este apartado, las dos novedades principales son los altavoces BeoSound 1 y BeoSound 2, de 1.300 y 1.700 euros respectivamente.

La principal característica es que atiende a la diferencia de sonidos. “Los agudos son unidireccionales, y el dispositivo consigue dirigir todos esos sonidos 360 grados a la redonda”, prosigue Martín. De esta forma, cualquier aspecto, por diminuto que sea, puede ser captado por el oyente, algo poco habitual en estos aparatos, que normalmente suelen impulsar la música únicamente hacia delante. Estos altavoces cuentan también con conectividad y acceso a internet, además de estar equipados, entre otros, de plataformas y aplicaciones como Spotify o Youtube.

 
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