Los pequeños inversores pueden ejercer de promotores inmobiliarios. Esa es la idea de la plataforma de crowdfunding Housers, que ayer anunció la puesta en marcha de un proceso de captación de recursos con el objetivo de levantar un edificio de viviendas en Madrid.
Housers es una plataforma de internet que capta pequeñas aportaciones, arropada por la Ley de Crowdfunding de 2015, para destinarlo en la compra conjunta de viviendas y locales comerciales para alquiler y posterior venta a un plazo medio de cinco años. A cambio, cada inversor recibe la rentabilidad que le corresponda por su aportación, en el caso de que la operación de beneficios. Este tipo de firmas son más habituales en la financiación de proyectos culturales, sin fines de lucro y de empresas de internet, pero también han surgido algunas como esta empresa española fundada por los socios Álvaro Luna y Tono Brusola hace exactamente un año.
El paso que ahora propone Housers es convertirse en promotor, una actividad más insegura financieramente pero que ofrecería mayor beneficio. “Este proyecto ofrece un mayor margen de rentabilidad y también más riesgo”, reconoce Luna. Hasta ahora, la rentabilidad media a los inversores se sitúa en el 6,7%, según datos de la empresa, y en este caso espera que se eleve hasta el 20%. “Este modelo de negocio es más habitual en Reino Unido y Estados Unidos donde ya existen plataformas especializadas por sectores”, apunta Luna.
De hecho, uno de los grandes pioneros es la sociedad estadounidense Prodigy Network, fundada por el colombiano Rodrigo Niño, que mantiene inversiones en Colombia y en EEUU. Precisamente Niño explica que la filosofía del crowdfunding inmobiliario consiste en que cualquier pequeño inversor pueda participar en grandes proyectos de construcción a semejanza de los magnates del ladrillo.
Housers ha decidido que su primera promoción esté en la calle Santa Eulalia de Madrid, en el distrito de Tetuán. El proyecto consiste en la compra del terreno, demolición de la pequeña vivienda existente, así como la construcción íntegra del edificio residencial, se explica desde la empresa. Contará con cinco viviendas y tres lofts tipo dúplex. “Más que el tipo de viviendas, creemos que el éxito de este desarrollo pasa por la zona donde se ubica, donde existe muy poca obra nueva”, asegura Luna.
El coste del proyecto se calcula en 1,041 millones de euros, de los que 255.228 euros corresponden a la compra de la casa actual donde se construirá el edificio de viviendas y el objetivo de venta se sitúa en 1,242 millones. La plataforma española pretende captar 748.000 euros, el 71,8%, de los ciudadanos que deseen participar, y el resto se financia mediante una hipoteca sobre el edificio, ya preconcedida, según explica Luna, a un tipo de euribor más tres puntos. Cualquier persona puede participar con una inversión de 50 euros y hasta 3.000 euros, aunque se debe tener en cuenta el riesgo de entrar en un proyecto de promoción. Si se trata de un inversor acreditado o persona jurídica –que cumple ciertos requisitos que obliga la norma española– no hay límite de inversión. Actualmente, la plataforma cuenta con una aportación media de alrededor de 4.000 euros.
La compañía ya ha dado la señal sobre el terreno y pretende acabar y vender todas las viviendas en 24 meses. Para la construcción cuenta con la empresa Pórtico Infraestructuras, que se encargará de la obra, indica Luna. Los pisos y lofts se comenzarán a comercializar sobre plano en el momento que empiecen las obras.
Esta empresa de crowdfunding inmobiliario ha cumplido un año este agosto. En estos doce meses ha logrado una comunidad de más de 8.000 inversores y 20.000 usuarios a través de su plataforma online, se explica desde la firma. Además, ha conseguido más de 8,5 millones de euros, mediante aportaciones para este modelo de inversión compartida, que han servido para adquirir 38 inmuebles en Madrid, Barcelona, Valencia y Marbella. Hasta final de año, tiene previsto llegar a entre 90 y 110 inmuebles y alcanzar 25 millones de financiación.
Fuente: http://www.cincodias.com/