En la isla de Tinos, en el archipiélago de las Cícladas, Grecia, hay una casa con una piscina infinita que se funde con el mar. Recientemente la isla se ha convertido en un punto focal de inspiración arquitectónica. Entre los molinos abandonados y los más de 1.000 palomares artísticos, escultores y pintores de todo el mundo han encontrado a su musa entre estas mágicas tierras bañadas por el Egeo, como el estudio con sede en Atenas, Kois Associated Architects, cuando creó la fascinante Mirage House.
Las colinas rocosas que definen la topografía de la isla, lleno de terrenos accidentados y paisajes prácticamente vírgenes, convierten la zona en un emplazamiento único. El verdadero reto consistía en cómo construir e integrar la casa dentro de esta maravillosa y pintoresca postal, sin romper con la estética del entorno.
Ubicada en una meseta natural, la casa terminó sirviendo como un mayor propósito de inspiración para construir una la piscina que se fundiese con el mar. Solo se necesitóun nivel y 198 metros cuadrados para ofrecer a sus propietarios una amplia colección de habitaciones, incluyendo tres dormitorios y una cocina independiente, así como lasala de estar al aire libre que actúa como punto de conexión entre las aguas del mar Egeo y la perfección de los interiores excavados en la roca.
El espacio está cubierto por una piscina sin monturas, en la que el agua produce un efecto visual que se extiende hasta el horizonte, desapareciendo y fusionándose con el paisaje marino. Desde la distancia, especialmente si se ve desde el camino de aproximación situado en un terreno más alto, la única característica visible de la casa es la superficie de la piscina, cuyas aguas reflejan el entorno durante el día, y el manto estrellado durante la noche, evocándonos al fenómeno óptico del espejismo.
El equipo decidió incluir unos muros de tierra apisonada alrededor de la parte trasera del edificio, con capas de vegetación que le ayudarán a crear un ambiente interno lleno de frescura. De hecho, si miramos hacia el mar por encima de la casa, nos daremos cuenta de que todo está calculado para que esta se vuelva prácticamente invisible con el entorno, ya que además se utilizaron materiales de origen local y métodos muy característicos de construcción, como las paredes en seco, para logarlo.
Concebida como “un oasis en mitad del desierto”, los residentes de la casa pueden disfrutar de unas vistas panorámicas fantásticas, sin tener que renunciar a su privacidad. Además, la piscina actúa como un espejo inmenso para ayudar al camuflaje del edificio con el entorno.
“Algunas de las principales preocupaciones de nuestros clientes eran la visibilidad y privacidad”, cuenta el arquitecto del proyecto Nikos Patsiaouras. “Al principio estábamos preocupados con el concepto de la invisibilidad. Nos preguntamos ‘¿Cómo podríamos hacer que el edificio desapareciese?‘. La respuesta estaba bien clara: imitando los elementos del paisaje”.
Fuente: http://www.lavozdelmuro.net/