Al sector inmobiliario se le ha definido siempre como una actividad eminentemente local. Es decir, que se ve influida por las condiciones de la oferta y la demanda de su área de referencia. Esto quiere decir que es muy frecuente ver cómo lo que ocurre con la inversión en vivienda en un país no tiene nada que ver con lo que está pasando en su vecino. Así ha sido en la Unión Europea (UE) en los últimos años con los precios de las casas.
Después del estallido de la crisis financiera y la entrada en recesión de las grandes economías del área, el precio de la vivienda se mantuvo en tasas negativas durante 2009, remontó levemente en 2010 y volvió a desplomarse a mediados de 2011 hasta 2014, cuando inició una nueva senda alcista que ahora se acelera. Eso ocurrió en términos agregados, aunque por países, no en todos la recuperación llegó al mismo tiempo ni se produjo con igual intensidad.
De hecho, los últimos datos disponibles, del cierre de 2015, revelan que los precios inmobiliarios ya registran tasas positivas en todas las naciones excepto en Croacia, Italia y Chipre y en estos tres las caídas son cada vez más suaves. En el resto, los inmuebles se revalorizan a diferentes velocidades.
Destaca la burbuja de precios y compraventas de Suecia, Dinamarca y Noruega, alentada por los bajos tipos de interés (en tasa negativa) y las facilidades de acceso al crédito. Un escalón por debajo se sitúan los dos grandes mercados anglosajones: Reino Unido e Irlanda, que junto con España vivieron en la primera década de este siglo el mayor boom de su historia reciente; y fueron los primeros en volver a registrar alzas de precios.
Empleo y financiación
Y, en tercer lugar, en ese grupo de los países donde se está acelerando el precio de las casas se han colado recientemente España y Portugal, dos economías que tras la última gran recesión, pugnan por superar la crisis. Francia, además, acaba de abandonar las tasas negativas y el precio de la vivienda se está estabilizando en la segunda mayor potencia del euro.
En España, donde ya existen precios comparables al resto de Europa del primer trimestre de este año, la vivienda se apreció en promedio un 6,3% anual, lo que supone la cifra más alta desde 2007. Ese fuerte repunte, ya que un trimestre antes los precios crecían al 4,3%, se explica por la mejora del empleo y las condiciones de financiación. Además, las compraventas llevan meses registrando avances de dos dígitos, el último superior al 20%.
Por su parte, el precio de la vivienda en Portugal se incrementó un 6,9% en el primer trimestre respecto al mismo periodo de un año antes y el número de casas vendidas alcanzó el valor más alto desde 2010. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) luso, el aumento registrado por el Índice de Precios de la Vivienda (IPHab por sus siglas en portugués) representa la tasa de crecimiento más elevada desde el último trimestre de 2013.
El precio –que ya encadena 10 trimestres consecutivos de aumentos– se disparó especialmente en los alojamientos de segunda mano, que se apreciaron una media del 7,9%, el crecimiento más elevado desde que el INE portugués tiene registros, mientras que el de las casas nuevas lo hizo un 4,7%. A la subida de los precios contribuyó la mayor demanda en el sector inmobiliario, que continúa dando señales de fuerte recuperación.
De esta manera, la aceleración de los precios de la vivienda en Europa prosigue la tendencia iniciada a mediados de 2014. Las casas de la zona euro cerraron 2015 con un alza de precios del 2,9%, frente al 0,7% de tres trimestres antes y las de la UE se revalorizaron un 3,8%, 1,4 puntos más que a comienzos de ese mismo año.
Mercado inmobiliario y PIB, una evolución a veces dispar
Parece lógico pensar que allí donde más están creciendo los precios de la vivienda en el Viejo Continente se corresponde con las economías que a su vez mejor se están comportando. Es decir, que donde el PIB avanza a tasas más elevadas, las casas se revalorizan más deprisa.
Pues si se comparan los datos que publica Eurostat se puede comprobar como esto no es siempre así. De hecho, dependerá de cada país y el peso que tenga el sector inmobiliario en su economía.
Suecia, con una revalorización media de los inmuebles del 14,2% anual en 2015, lidera el ranking de los países de la UE donde más se encarecen en estos momentos las casas. Es tal la vorágine compradora en ciudades como Estocolmo y tal la escasez de pisos disponibles, que se han llegado a cerrar operaciones sin que el comprador haya visitado físicamente la casa.
En este caso, ese fuerte repunte de los precios sí se corresponde con un crecimiento de su producto interior bruto (PIB) robusto, del 4,2% anual a comienzos de este ejercicio. Ocurre algo muy similar en Reino Unido, cuyos precios se encarecen a ritmos del 7,1% al tiempo que el PIB avanza un 2%; y en España, donde las casas se apreciaron en el primer trimestre un 6,3% y su PIB crece a una de las tasas más elevadas de la UE, un 3,4% anual.
Sin embargo, no se produce este paralelismo en Portugal, donde los pisos suben un 6,9% y su actividad apenas lo hace al 0,9% o en Dinamarca, cuyas casas suben a tasas del 6,5% mientras el PIB apenas se incrementa un 0,6%. Y es que allí donde el sector inmobiliario tenga un gran protagonismo en la actividad económica, el aumento de las compras de vivienda y sus precios es lo que producirá a continuación la mejora del PIB.
Fuente: http://www.cincodias.com/