Alergias, resfriados, irritación de garganta, dolor de cabeza, fatiga… ¿Se ha preguntado alguna vez si su vivienda es sostenible y saludable? Si la temperatura interior es la adecuada, si aprovecha la luz natural para no depender de la iluminación artificial y ahorrar energía, o si hay humedad.
Desde hace siete años estos parámetros están siendo evaluados por el fabricante danés de ventanas para cubierta Velux. A través de su proyecto Model Home 2020, este grupo ha construido seis casas en Europa por un importe de 10 millones de euros, tomando en cuenta los criterios de bienestar, energía y medio ambiente que promueve la alianza Active House, una plataforma verde de la que forma parte esta empresa.
Así, se diseña atendiendo a la exigencia de sostenibilidad de la Unión Europea, que implica energía cero en los edificios en 2020. Esto es, obtener el máximo rendimiento de la naturaleza para cubrir las necesidades energéticas.
Por ejemplo, se aprovecha la solar fotovoltaica para producir electricidad. Se instalan sistemas de ventilación que utilizan el aire natural para refrescar o calentar la vivienda, reduciendo el uso del aire acondicionado y la calefacción. O bien, tiran de materiales reciclados y la tecnología domótica para, a partir de la información suministrada por los aparatos, ser más eficientes. En definitiva, una arquitectura adaptada al clima, las características de la región y las preferencias de sus ocupantes.
El 82% de los edificios europeos tiene más de 25 años y muchos no tienen instalaciones adecuadas
Una vez terminada la edificación, la familia elegida se instala durante un año en el prototipo de vivienda y, transcurrido ese periodo, los resultados son evaluados por expertos y los propios integrantes, que responden sobre el antes y el después.
“Mi hijo padece asma y, durante el año que pasamos en la vivienda, no tuvo tos, ni crisis, ni tomó medicación alguna. Fue el impacto más positivo”, contaba el año pasado Samantha Pastour, la madre de la familia francesa beneficiada con el programa Model Home, durante la presentación del primerbarómetro de hogares saludables, elaborado por la compañía con la colaboración de la Universidad Humboldt de Berlín. Un estudio que refuerza el planteamiento de que un hogar insalubre genera enfermedades físicas, mentales y sobrecostes domésticos.
Ocho factores
Los resultados de este año, presentados en abril en Bruselas, y que incluyen por vez primera las valoraciones de los españoles, sostienen este enfoque. El barómetro de 2016 recoge la opinión de 14.000 europeos de 14 países acerca de ocho factores que, según la firma, determinan el estado de salud de una vivienda: luz solar, temperatura y calidad del aire interior, tamaño de la vivienda, relación con los vecinos, costes energéticos, renovación, humedad y condiciones de sueño.
Los datos así lo constatan. Los europeos que viven en casas frías y con elevados niveles de humedad son un 50% más propensos a sufrir enfermedades, como secreciones nasales o infecciones de garganta. Además, la falta de ventilación y sol disminuye la productividad y causa desánimo. Y, en caso contrario, favorece a la salud.
Economía versus ecología
La tendencia en España responde más a la economía que a la ecología. “Todo lo que se hace en el sector está orientado al ahorro energético”, indican desde la firma de reformasLuxor Espacios. “Es una práctica poco implantada”, reconoce Aurelio Ramírez-Zarzoza, presidente delSpain Green Building Council.
Sin embargo, “el concepto de sostenibilidad comienza a extenderse entre los edificios de oficinas,comercios o instituciones”, señala. “Pero pasarán 10 años hasta que llegue al sector residencial, como ocurrió en EE UU”, vaticina.
Ramírez-Zarzoza refiere, como muestra, que en el sistema de certificación internacional Líder en Eficiencia Energética y Diseño Sostenible (LEED) participan apenas350 inmuebles, de los cuales 130 han logrado el sello y solo uno es residencial en altura.
Con todo, hoy se utilizan materiales con pocos compuestos orgánicos volátiles, que suelen desprenderse con el calor de la calefacción, para evitar intoxicaciones. Además, se excluyen los que contengan cromo o metales pesados. Y se extiende el uso de plásticos cerámicos en vez de las fuentes de mercurio –plomo, cadmio– en los sistemas de iluminación de edificios.
La materia prima reciclada cobra relevancia, al reutilizarse el aluminio, acero, madera, cristal, hormigón, yeso y cemento. Para el arquitecto Adrián Martín, de Aestudio, es más sostenible rehabilitar que construir: “Hay menos gasto energético”.
Esto se debe, en parte, a que el 82% de los edificios en Europa tiene más de 25 años, apuntaba en Bruselas Andreas H. Hermelink, consultor de la firma renovableEcofys. “Unos 50 millones no pueden calentar sus casas en invierno, 100 millones soportan altas temperaturas en verano y 70 millones viven en un barrio contaminado”, detallaba, y reclamaba mayores esfuerzos en eficiencia energética.
Y pese a que 80 millones de europeos viven en hogares húmedos e insalubres, solo el 1% reforma anualmente, añadía Ingrid Reumert, vicepresidente de sostenibilidad de Velux. Unas condiciones que se mantendrán en los próximos años si no se cambia de rumbo. “En 2050, 9 de cada 10 de estos edificios estarán todavía en uso”, alertaba.
El profesor Bernd Wegener, de la Universidad Humboldt de Berlín, va más allá: “Hay estudios que demuestran que la falta de calefacción y las bajas temperaturas prolongadas en el interior de una casa influyen en enfermedades cardiovasculares y dolencias respiratorias, con el consecuente efecto negativo en la tasa de mortalidad nacional”. Solo el asma cuesta a Europa aproximadamente 17,7 billones al año, y entre el 9% y 15% de las muertes naturales están relacionadas con las altas temperaturas inusuales, según Ecofys.
“Un hogar saludable es muy importante para nuestro bienestar, ya que pasamos el 90% del tiempo en su interior. Tanto la industria como los Gobiernos deben fijar su atención en la construcción sostenible, pero desde una perspectiva más amplia: no solo para ahorrar energía, sino para garantizar la salud y la calidad de vida”, reclamaba Michael K. Rasmussen, director de marketing de Velux.
La compañía inaugura este mes RenoActive, un proyecto que se centra en la reforma del barrio de viviendas sociales de los años veinte Bon Air, en la comuna de Anderlecht (Bruselas), con casas de 90 metros cuadrados, cuyo presupuesto asciende a 1.000 euros por metro cuadrado.
“El objetivo es demostrar que se puede renovar y ser eficiente sin que cueste mucho dinero”, comentan en la firma. La familia seleccionada entrará a vivir en 2017. El proyecto será reproducido en otras 86 viviendas.
Temperatura inadecuada
Los malos niveles de humedad y temperatura son las principales problemáticas que afectan a la sociedad española, según el barómetro. Así, el 36% reporta humedades en sus casas mientras que el 22% dice que su vivienda es muy fría en invierno. Unas razones que pueden influir en que el 68% no cuente con unas condiciones óptimas de sueño, según el estudio. Uno de cada tres españoles dice que duerme mal o bastante mal.
La dependencia de luz artificial o la falta de aire natural son otras dos quejas. En el primer caso, el 18% cree que es excesiva. Aunque para los españoles el bienestar depende de si su casa está reformada, Peter Holzer, ingeniero socio del Institute of Building Research & Innovation de Viena, advierte: “El confort no es igual a salud”.