El sector inmobiliario, nuevo refugio de la inversión


El mercado inmobiliario español ocupa desde hace dos años un lugar destacado en las estrategias de los inversores. Los primeros signos del cambio de percepción sobre el sector aparecieron en la segunda mitad de 2013, impulsados en gran medida por la mejora de las principales variables macroeconómicas y por el fuerte ajuste. Esa tendencia, que se consolidó en 2014 de forma notoria, terminó el año pasado marcando cifras récord en cuanto al volumen de inversión.

En el análisis de estos datos es importante reseñar cómo se ha transformado y/o evolucionado en los últimos tres años el perfil de los inversores que buscaban y adquirían activos inmobiliarios, así como la tipología de los mismos. De esta forma, los primeros inversores que aterrizaron en el inmobiliario fueron fondos que buscaban oportunidades en el corto plazo con rendimientos superiores al 10% en sus operaciones.

No obstante, a medida que se consolidaba la recuperación económica, este perfil se ha ido diluyendo y ha dejado paso a una mayor competencia por parte de inversores core tanto internacionales como los fondos soberanos y de pensiones, pero también nacional, como las Socimi y los family offices. En la actualidad, la presión compradora ha provocado un descenso de las rentabilidades y una escasez de producto. Todo esto ha generado que el abanico de los activos adquiridos por los inversores —tanto terciario como residencial— se haya ido ampliando progresivamente al tiempo que los más atractivos desaparecían.

Sin embargo, esa caída de las rentabilidades no ha frenado la inversión, porque el sector inmobiliario se sigue viendo como un valor refugio frente a la perspectiva de incertidumbre global que se presenta en otros mercados (como la renta variable, la deuda soberana o los depósitos). Este escenario tampoco ha pasado desapercibido para los operadores locales que disponen de liquidez, y que han optado por modificar la hoja de ruta de su inversión hacia el sector inmobiliario ante la expectativa de que la mejora de las variables macroeconómicas continuará alimentando el dinamismo en el sector.

En Solvia constatamos que, a pesar de las incertidumbres, el atractivo del sector como nicho de inversión sigue prevaleciendo de cara al cierre de operaciones. En nuestro caso, no sólo suelo urbano a promotores, sino también industrial o terciario, donde detectamos un incremento importante del número de transacciones, tal y como hemos recogido en nuestro último informe SolviaMarketView.es. Pero también en naves industriales (cuyas rentabilidades medias rondan el 6,75%), centros comerciales (entre el 5%-6%) y oficinas (4,25%-4,75%). Si bien estas referencias son generales, en las transacciones en las que Solvia asesora a distintos clientes vemos que existe una amplia dispersión de la rentabilidad final.

Fuente: http://www.elpais.com/
 
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