Edificar a golpe de digitalización


La digitalización en el sector de la construcción avanza de manera lenta pero segura.
Un camino que pasa inexcusablemente por adoptar la metodología BIM (Building Information Modeling) o, lo que es lo mismo, por construir edificios de forma virtual (tridimensional) antes de hacerlo físicamente para así poder anticiparse a los problemas que puedan surgir.

"Esto conlleva que hacer un proyecto en BIM exija tener en cuenta muchas más cosas al inicio -en fase de proyecto básico- que antes sólo se veían en fase de proyecto de ejecución o, simplemente, se obviaban", explica Miguel Pinto, director del departamento de innovación de Vía Célere, empresa constructora que lleva cinco años trabajando con esta metodología.

Esta herramienta en sí misma, a pesar de que supone un mayor esfuerzo inicial para el profesional (sobre todo económico, ya que el alquiler de las licencias de los programas ronda los 3.000 euros al año), permite una mayor calidad en la ejecución durante la fase de construcción, un ahorro de tiempo considerable y una menor generación de residuos.La aplicación de esta tecnología para la gestión integral de los datos del edificio, desde su diseño hasta el mantenimiento durante su vida útil, requiere de un trabajo multidisciplinar. Y no todos los profesionales están por la labor.

Según los datos de la encuesta BIM de en mayo de 2016 por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) a casi 3.800 colegiados, su grado de implantación es aún bajo entre los estudios de arquitectura (sólo se usa en el 40% de los despachos). 

Tampoco la colaboración con otros profesionales que intervienen en el proyecto cumple las expectativas (apenas alcanza un 24%).Uno de los puntos de interés que arroja esta encuesta es la percepción que tienen los arquitectos sobre la implantación de estos sistemas BIM. 

Mientras que para el 51% se trata de una oportunidad porque permite una mejor gestión del proyecto, el 11% considera que es una amenaza, ya que puede limitar la creatividad debido a una mayor estandarización del trabajo, y el 38% piensa que su uso representa ambas cosas.

"La encuesta realizada refleja que existe un conocimiento del BIM mucho más extendido del que esperábamos", sostiene Jordi Ludevid, presidente del CSCAE. Y justifica que su implantación sea lenta por la "dificultad de adaptarse a una tecnología diferente en un momento de escasa actividad, con 10 años de crisis a las espaldas y con los honorarios en unos niveles casi indignos".

 En este sentido, puede pasar al menos una década, calcula Ludevid, para que todo el sector de la edificación utilice de modo habitual los sistemas BIM.Como detallan desde el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Madrid (COAATM), este modelo de parametrización digital no sólo contiene datos arquitectónicos, sino también toda la información interna del edificio (ingeniería, estructuras, conductos y tuberías de los sistemas, etc., e incluso datos sobre su sostenibilidad). 

"Hablar de entornos BIM es optimizar en la medida de lo posible la eficiencia en todas las fases del ciclo de vida de un inmueble, minimizando residuos y maximizando beneficios", aclara Jesús Paños, presidente del COAATM.Pese a que las rutinas de este programa y la propia edificación posterior hacen que el BIM resulte más operativo en la obra nueva que en la rehabilitación, "se puede modelar con relativa facilidad un edificio ya construido del que no se conserva proyecto y sobre ello incorporarle los mantenimientos preventivos y correctivos, inspecciones o reformas", asegura Paños.

Ahora bien, según Pinto, "para la rehabilitación de edificios antiguos, el levantamiento de datos iniciales para realizar el modelo BIM de esos inmuebles sería costoso y, hoy por hoy, sólo se justificaría para edificios de alto valor patrimonial".

Vía Célere, que ya ha desarrollado ocho promociones en Madrid y otras tres en Barcelona con este sistema, ha dado un paso más en su innovación pasando del BIM en 3D al BIM en 4D y 5D. 

Mientras que el primero se basa en la secuencia, añadiendo al 3D el factor tiempo y permitiendo, en consecuencia, que el modelo sea dinámico y se puede visualizar cómo se desarrollará el proceso de construcción, el BIM en 5D se sustenta en datos y además del tiempo asocia a cada partida las cantidades y los costes que la misma supone.

El BIM se acabará imponiendo como forma de proyectar edificios aunque, sentencia Pinto, "el promotor debe ser saber que hay un proceso de aprendizaje largo y que, cuando sea obligatorio, será tarde para empezar".

Fuente: http://www.elmundo.es/
 
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