El Colegio de Registradores de la propiedad de España hizo público hoy el Anuario de la Estadística Registral Inmobiliaria que analiza, entre otras cuestiones, aspectos como la utilización que hacen los españoles de sus casas. Este uso se deduce del tiempo medio de posesión de cada vivienda, una información muy valiosa de la que solo disponen los registros. En 2015, ese promedio fue de 12 años y siete meses, cuando en 2008 apenas alcanzaba los siete años y 10 meses.
Así, aunque esta consideración no es infalible, Hacienda estipuló ya en tiempos del último boom que menos de cinco años de posesión podrían indicar que el inmueble fue adquirido como inversión, mientras que por encima de ese periodo se considera que se utiliza como residencia.
Los números publicados hoy vuelven a demostrar un año más que desde que estalló la burbuja y se constataron los serios problemas que han tenido muchos ciudadanos y empresas para vender sus inmuebles, han ganado terreno las operaciones con periodos de posesión superiores a los cinco años.
De hecho, pasaron de representar apenas el 43,7% en 2007 (es decir menos de la mitad de las viviendas que se compraban y vendían en el último año del boom era para vivir en ellas) a nada menos que el80,7% el año pasado, lo que los expertos califican de cifras mucho más equilibradas. Por el contrario, las operaciones con una posesión inferior a los cinco años pasaron del 56,3% en 2007 al 19,3% el año pasado.
Otro dato significativo es el relativo a quiénes realizaron la mayor parte de las compraventas en 2015. El 87,3% de las transacciones las realizaron las familias, lo que representó el segundo incremento seguido desde 2013. Las empresas, por el contrario, continuaron perdiendo peso, ya que protagonizaron el 12,7% de las operaciones, frente al 15,3% de 2014 y el 21,9% de 2013. Aún están lejos del mínimo del 5,1% marcado en 2007.
Las compras de casas por parte de extranjeros supusieron el 13,2% del total y ya suman siete años creciendo. En Baleares, ese porcentaje se elevó al 35,6%. El 5,2% de todas las operaciones de los foráneos fue de inmuebles cuyo precio superó los 500.000 euros.