El 62% de las hipotecas variables que se comercializan en España aplica un interés fijo durante los primeros meses de vida del préstamo, lo que impide que el consumidor pueda beneficiarse de los bajos niveles que atraviesa el euríbor. Así lo asegura un estudio de la web del ahorro, Kelisto.es (www.kelisto.es), que revela que un hipotecado que opte por uno de estos préstamos tendría que abonar hasta 650 euros más durante el primer año que si eligiera una oferta en la que, desde el inicio, tuviera un interés variable, resultado de sumar euríbor más un diferencial.
El 89,2% de las hipotecas que se firman en España es de tipo variable, lo que significa que su interés se calcula sumando dos elementos: un índice de referencia (normalmente, el euríbor) y un diferencial, que es un porcentaje fijado por cada banco. Desde hace varios meses, el euríbor registra mínimos históricos (cerró abril en el -0,010%) y, en febrero, entró en terreno negativo por primera vez en su historia, lo que ha permitido rebajar considerablemente la cuota que los hipotecados pagan cada mes.
En este contexto, 23 de las 37 hipotecas variables ofertadas por la banca (el 62% del total) cobra un interés fijo durante sus primeros meses de vida, en lugar de aplicar uno variable, que resultaría más económico para el consumidor. Este interés "de salida" se sitúa, de media, en el 1,75% y se cobra durante 13,6 meses.
Si un consumidor optara por uno de estos productos, pagaría una cuota mensual de 495,3 euros durante el primer año, lo que equivaldría a un desembolso anual de 5.943,6 euros. En cambio, si decidiera optar por un préstamo que cobrara un interés variable desde el primer día (con un diferencial medio, situado a día de hoy en el 1,20%6), su cuota mensual bajaría hasta los 467,18 euros (5.606,16 euros al año). Por tanto, contratar una hipoteca con interés fijo de salida supondría abonar 337,44 euros más al año de media (un 6,02% adicional).
"La banca atraviesa un momento complicado. Por un lado, los bajos tipos de interés, la guerra comercial para ganar clientes a largo plazo y la debilidad que todavía muestra el negocio crediticio han provocado que se reduzcan sus ingresos. Mientras, el mantenimiento de su amplia estructura de oficinas y la fuerte inversión en I+D+i que realiza para adaptarse a la digitalización del sector ha provocado que sus gastos sigan aumentando. En esta tesitura, las entidades buscan nuevas estrategias para incrementar su facturación, como el aumento de las comisiones que ya ha anunciado la propia patronal bancaria o el encarecimiento de los préstamos.
"El interés fijo de salida que aplican los bancos puede llegar hasta el 2,25% y aplicarse durante un máximo de 24 meses. En un caso así, un consumidor con una hipoteca media tendría que pagar una cuota mensual de 521,28 euros durante el primer año, lo que equivaldría a un gasto de 6.255,36 euros durante ese período. Por tanto, optar por una hipoteca con este tipo de barrera inicial le hubiera obligado a pagar 649,2 euros más durante el primer año de vida del préstamo, un 11,6% más que un consumidor con un préstamo que cobrara un interés variable desde el primer día3", explica la portavoz de Finanzas Personales de Kelisto.es, Estefanía González.
Productos vinculados: otra forma de encarecer las hipotecas
Una de las vías que siguen utilizando las entidades para encarecer sus préstamos son los conocidos como "productos vinculados" cuya contratación, si bien no es obligatoria, sí resulta esencial para poder acceder al diferencial más barato publicitado por los bancos.
De media, las entidades exigen que el consumidor contrate cuatro productos vinculados para poder contratar sus hipotecas en las condiciones publicitadas, aunque el rango oscila entre los dos extras del producto menos exigente (la Hipoteca Aire, de Globalcaja) y los siete del que tiene más requisitos (la Hipoteca Triodos, de Triodos Bank).
Los productos o servicios vinculados que se requieren con más frecuencia son la domiciliación de una o varias nóminas (en el 94% de los casos), seguidas de la contratación de un seguro de vida (91,6%% del total) y de uno de hogar (80,6%). En el extremo contrario se encuentran la contratación de una tarjeta de débito (5,6%) y de una de crédito (11,1%) sin la necesidad de realizar un gasto mínimo, y la contratación de un seguro de protección de pagos (13,9%)4.