Entre las novedades de la campaña de renta que comenzó ayer figura un aviso online de Hacienda dirigido a los contribuyentes que obtienen rendimientos por alquileres tramitados a través de internet.
La nueva plataforma única para calcular el IRPF de la Agencia Tributaria –Renta Web– avisa al ciudadano de que entre los millones de movimientos que la AEAT detecta figura el uso de portales de arrendamientos online. Ese toque de atención insiste en algo que no constituye una novedad: la obligación de declarar en el IRPF las rentas percibidas a través de cualquier alquiler.
Aunque desde la AEAT se recordaba ayer que en la campaña del año pasado se incluyó un anuncio similar dirigido a los contribuyentes con rentas percibidas en el extranjero, la advertencia sobre este tipo de actividad constituye una prueba del elevado crecimiento que están experimentando en España las plataformas digitales de alquileres por particulares. Un negocio que se ha transformado –en otros tiempos los propietarios de pisos utilizaban anuncios por palabras en los diarios o colgaban carteles en los portales de las casas– y se ha visto potenciado gracias a la irrupción de las plataformas web de alojamiento colaborativo y arrendamiento vacacional.
El rápido crecimiento de estos alquileres online ha planteado dos retos. Por un lado, la necesidad de abordar su regulación legal y evitar que esta actividad engrose las filas de la economía sumergida y pueda dañar seriamente la buena imagen del sector turístico español. La reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) transfirió la competencia legislativa para hacerlo a las comunidades autónomas, aunque hasta el momento solo algunas de ellas han abordado la regulación. El segundo reto es puramente fiscal: la importancia de aumentar el control tributario sobre un tipo de alquiler cuyas características facilitan el incumplimiento del deber de declarar.
El mensaje de la Agencia Tributaria en la nueva plataforma Renta Web da a entender que Hacienda tiene claro que los arrendamientos en internet no solo constituyen un negocio que avanza a buen ritmo, sino que pueden convertirse en una importante fuente de ingresos fiscales, y hacerlo además en una coyuntura económica –con un déficit público un punto por encima de lo previsto– que hace urgente aumentar y optimizar la recaudación. A la implantación de mensajes como este, que buscan el cumplimiento voluntario por parte del contribuyente, habrá que sumar un actuación inspectora equilibrada y rigurosa, que no ahogue la creación de este tipo de plataformas digitales, pero que evite que se conviertan en un medio para obtener ingresos y dejarlos al margen de las obligaciones tributarias. Un punto de equilibrio que requiere voluntad, medios y, sobre todo, eficiencia.