La Moncloa: ¿cómo es el palacio que todos quieren ocupar?


Dos meses después de las elecciones, España sigue sin presidente. Esta semana el socialista Pedro Sánchez se somete a la sesión de investidura que puede darle el acceso a la Moncloa o, en caso de que no sume los apoyos necesarios, alargar todavía más un proceso que podría culminar en unos nuevos comicios. Por eso, desde Nuroa.es analizamos y ponemos precio de mercado al palacio que todos quieres ocupar. ¿Cómo es y cómo se distribuye la Moncloa? ¿Cuánto valdría si saliera a la venta como si de una finca anónima se tratara?

Además del propio palacio y sus jardines (de 5,8 hectáreas), el complejo de la Moncloa incluye otros 12 edificios, la mayoría vinculados a la Presidencia del Gobierno, repartidos en un total de 20 hectáreas y unidos a través de un sistema de túneles con un búnker subterráneo. El palacio en sí, de estilo neoclásico y de dos plantas, acoge el despacho del presidente y ocho salas de reuniones. En la parte correspondiente a la vivienda, de 200 metros de superficie, hay ocho habitaciones, nueve baños y tres vestidores, así como otras estancias de uso común.

Una finca de estas características en uno de los distritos más caros de la capital española, se elevaría hasta cifras astronómicas. De hecho, si no centramos sólo en los 58.0000 metros del Palacio y sus jardines, y suponemos que se pusieran a la venta a los precios actuales de Moncloa-Aravaca (2.700 euros/m2), la Moncloa podría costar la friolera de 156,6 millones de euros, según datos de Nuroa.es. Todo ello sin tener en cuenta su valor histórico y patrimonial, ya que se trata de un conjunto declarado Bien de Interés Cultural.

Cada presidente añadió su toque personal
Pese a sus innegables connotaciones políticas, la Moncloa ha sido para sus inquilinos esencialmente un hogar, lo que explica que cada mandatario le proporcionara su toque personal, tanto en lo referente a la estructura y a la funcionalidad como en lo que concierne a la decoración. Así, Adolfo Suárez cubrió un patio exterior y colocó una pista de tenis, Leopoldo Calvo-Sotelo instaló un piano, Felipe González, cuya afición a los bonsáis es sobradamente conocida, cultivó un pequeño huerto y José María Aznar instaló una sala de juegos para sus hijos y construyó una pista de pádel en los jardines para practicar una de sus más conocidas aficiones.

Sin embargo, la reforma de mayor envergadura vino de la mano del presidente Zapatero y su esposa, Sonsóles Espinosa, quien reformó el palacio y lo redecoró en tonos blancos y grises, con mobiliario moderno y obras de arte, para adaptarlo a los nuevos tiempos.Mariano Rajoy, por su parte, realizó pocos cambios en sus años de estancia.

Ahora queda por ver quién será su próximo inquilino y qué cambios realizará para adaptarlas a sus gustos y necesidades. Puede que a finales de semana tengamos la respuesta o puede que tengamos que esperar un poco más.

De finca agraria a palacio para presidentes
El Palacio de la Moncloa fue en sus inicios una finca de uso agrario, que, debido a su privilegiada situación, se convirtió en una casa palacio. Después de pertenecer a varios miembros de la nobleza durante siglos, a finales del siglo XIX la reina Isabel II cedió su propiedad al Estado y tras la Guerra Civil española se destinó a residencia oficial de los mandatarios extranjeros de visita a España, uso que se le daría hasta 1977.

Por aquel entonces, un recién designado presidente Adolfo Suárez decidió trasladar la sede de la Presidencia del Palacio de Villamejor (situado en el centro de Madrid) a la Moncloa, que garantizaba una mayor seguridad ante posibles ataques contra la recién estrenada democracia por su ubicación y sus características. Desde entonces, este palacio se ha convertido en la residencia oficial de los presidentes españoles, así como también en un símbolo del poder político en nuestro país.

Fuente: http://www.finanzas.com/
 
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